La Madre y la Política

“Y la batalla de agonizantes bestias que cuidan el olvido…” Shakespeare

En 1982, a los 10 años de edad, inicié mi carrera política y electoral.  Avanzaban las elecciones presidenciales de ese año y yo fungía  como “empacador” de votos en la campaña de Luis Carlos Galán y el Nuevo Liberalismo en Medellín.  Obviamente estaba demasiado joven para entender mucho de lo que Galán y su grupo representaban y proponían para el país, pero aun hoy recuerdo perfectamente la pasión, el compromiso, la energía transformadora, la decencia y el amor con el que el grupo de hombres y mujeres de ese naciente movimiento político que buscaban transformar el país y enfrentaban a las maquinarias del bipartidismo y del establecimiento.  Empecé a vivir la política desde la responsabilidad, la decencia y la posibilidad de construir y transformar y… desde el interior de mi propio hogar.

Mi madre, Constanza Uribe Gutiérrez, fue mi primer y uno de los más determinantes contactos con la actividad política, con el país político y con los afanes y la adrenalina de una campaña electoral.  Humanista, sicóloga, docente, educadora, indignada, activista…mi madre siempre fue capaz de compartir con nosotros de manera sencilla, clara y contundente sus análisis y advertencias sobre la realidad de la Colombia de los años 80 y 90.  El narcotráfico, los traquetos, la cultura mafiosa y el peligro que representaban fue una de sus primeras y tristemente premonitorias lecciones.  En la Medellín de principios de los ochentas apenas despuntaban las orejas del monstruo destructor que sería el narcotráfico, pero ya mi madre nos advertía sobre los ríos de plata, la violencia, la fractura de los valores y la cultura de la ilegalidad que arrasaría con lo que intentara interponerse en su camino.  Con Galán, desde esa primera campaña, denunció la complicidad y el proyecto conjunto del narcotráfico con una clase política  acostumbrada a desfalcar las arcas públicas, a ganar elecciones comprando votos y a negociar con fines de lucro personal los temas y proyectos de la ciudadanía.  Con apellidos sonoros, y aún hoy vigentes, se señalaban a los caciques electoreros y a los empresarios del recurso público antioqueño como amenazas a la democracia y al desarrollo cabal de la ciudadanía.  A Galán esas denuncias le costaron la vida y para mi madre ese magnicidio fue un ancla que la hundió en la tristeza y la alejó de la política electoral.

Por medio de la razón, de la empatía, de la imaginación, de la ética y de la corresponsabilidad, mi madre nos enseñó a apreciar, valorar y proteger la diversidad y el pluralismo. En esos años salieron amigos al exilio y mucha gente valiosa fue asesinada porque pensaba, enseñaba y opinaba diferente.  Nunca he podido entender la sociedad por fuera de estos preceptos y siempre he pensado que uno de los objetivos fundamentales de la política y del poder es fomentar, permitir y fortalecer sociedades abiertas, respetuosas y promotoras de las libertades de expresión, opinión y desarrollo personal.

Hoy, 34 años después de mi “primera” campaña electoral, después de pasar por varias otras campañas propias y ajenas, por el Concejo de Medellín y por el Gobierno de Antioquia (la más educada), con aciertos, errores y avances emocionantes de transformación social y política y con muchas de las herramientas y los sueños que me legó mi madre, me embarco todos los días como ella y los soñadores del Nuevo Liberalismo(algunos de los cuales hoy siguen soñando y construyendo conmigo) en el proyecto político de transformar la vida de la gente.

Romper los lazos de la corrupción, la violencia y el clientelismo con la actividad política, avanzar en hacer de esta una sociedad más tolerante y abierta, educar y formar ciudadanos, avanzar en la  búsqueda de la equidad, fortalecer la justicia y construir paz son luchas que, como decía Galán, “no terminan  nunca” y dan sentido a nuestra vida.

En mi primera columna en Al Poniente y a 5 años de su muerte, quiero recordar a mi madre con este pequeño homenaje. Recordar y resaltar su pasión por educar,  su compromiso con la construcción de un país donde quepamos todos  y su apuesta por la política y su poder transformador.  Gracias

Santiago Londoño Uribe

Abogado, Magister en Derecho Internacional y DDHH y en Procesos Urbanos y Ambientales. Exconcejal de Medellín, Exsecretario de Gobierno de Antioquia.

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