Comunicado Nº8: Sobre la implementación de la medida de restricción del consumo de licor en los parques y espacios públicos.
Señor alcalde Federico Gutiérrez
La ciudadanía cuenta con vos, ¿vos contás con la ciudadanía?
Pues así se expresa la ciudadanía desde antaño:
“Es hija de la ignorancia
y de la brutalidad
la maldita sociedad
que llaman de temperancia.
Dime: ¿no es extravagancia
el pretender seriamente
que [en los parque] no beba más la gente
y que de hoy en adelante
es mejor ser temperante
que una tina de aguardiente?”
Manuel Donato Navarro (Principios del S.XX)
De: Gente maicera, mosaico de Antioquia la grande
“En el recodo de todo [parque]
la vida me depare el bravo amor,
y un vaso de aguardiente, ajenjo o vino” [i]
León de Greiff
Podría uno agregar al verso de De Greiff una Pilsen o una Águila para estos días de ardiente sol, un Segú ollé, un Macgregor, un chirrinchi, una tapetusa, en su defecto un tinto, eso sí, que no falte la buena conversación que ha sido siempre usual en nuestros parques y plazas, el verdadero acicate del licor… y el bravo amor, el bravo amor, el bravo amor.
Los parques y los distintos espacios públicos de la ciudad son el lugar del Encuentro. Medellín ha sido por años ciudad de bohemia y apertura, de esa bohemia cultural que bien pueden atestiguar los búhos estáticos que apuraban al mismo ritmo versos y copas al principio del siglo pasado en honor al dios Pan, o las conversaciones de los señores que frecuentan cotidianamente el Parque Bolívar, la Plazuela de San Ignacio o el Parque de Berrío, asiduo visitante de este último fue Tartarín Moreira quien estaría subidito de tono con esta medida. De igual forma no se quedan atrás los años de la eterna bohemia nadaísta… Pero más allá de esos antecedentes, vale la pena pensar por qué es valioso el servicio social (de socialización) que rinde el licor en las plazas…
La violencia en Medellín nos ha minado los valores más fundamentales para la convivencia y la relación, la confianza que se perdió en el encierro de las urbanizaciones sólo puede ser recuperada en los parques y los espacios públicos… los límites, las fronteras invisibles que dejó la violencia empiezan a difuminarse en los parques que acogen por igual las más diversas expresiones del ser medellinense, es en esos parques donde nos hemos reencontrado y re-conocido bajo formas de la libertad y el respeto, la tolerancia y el dialogo, y siempre ha sido acompañante y buen moderador de los ánimos una cerveza, un vino, una mediecita de ron o de guaro…
Por lo anterior rechazamos esos mecanismos arcaicos del control y la prohibición, 400 años de cotidiana brega nos convocan para la celebración y el encuentro en los parques… ya sería imposible saber cuántas noches de bohemia nos han hermanado… así pues de la noche a la mañana, que es curiosamente cuando se asiste al mayor éxtasis de la ebriedad, no puede usted señor alcalde cambiarnos la atmósfera del encuentro… Sólo porque a usted bien le parece, y porque el Coronel Vásquez cree que hay que “erradicar malas costumbres” que han tenido los medellinenses; pues les recordamos que el Manual de urbanidad y buenas maneras de Carreño, hace rato que es por estos parajes de gentes libres, motivo de chiste y mofa. Esas medidas diseñadas para sociedades menores de edad, ya no calan bien a esta villa que hace rato viene dando amagos libertarios.
Así pues, Señor alcalde, lo invitamos más bien a que venga a brindar con nosotros en comunión y que este viernes, ésta sea la consigna en los parques de la ciudad:
“De vino, de poesía o de virtud, como gustéis. Pero embriagaos.”
[i] Con el perdón de León de Greiff el verso tiene una leve modificación que viene al caso.
3 Comments