Valiente en tiempo de crisis

“Tendremos que vivir en un mundo más sencillo y menos arrogante y vanidoso si queremos entregar algún pedazo de tierra habitable a nuestros hijos…”

Si pudiéramos revisar la historia detalladamente, no alcanzarían los años para poder registrar las innumerables veces que el mundo ha estado en crisis,  aquí algunas de ellas “las más recientes” : 1629 la gran peste bubónica  relacionada al movimiento de tropas enfermas que afectó gran parte de Italia y la Europa moderna de ese tiempo, 1855 la gripe española que llevó a fuertes controles que desataron disturbios y violencia en gran parte de los países afectados,  1873 La primera Gran Recesión  una quiebra financiera que se extendió desde Norteamérica hasta Europa, 1914 la primera guerra mundial  que puso en jaque a todo el continente europeo y se extendió hasta 1918, la gran depresión de 1929 que afectó la mayor cantidad de países por el desplome de las bolsas de valores, 1939 la segunda guerra mundial la mayor contenida bélica de la historia con la participación de todas las potencia del momento llegando aproximadamente a los cien millones de muertos directa o colateralmente.

Y así podríamos seguir hasta nuestros días donde se han producidos conflictos comerciales internacionales, virus que han afectado masivamente a la población, un deterioro exponencial del medio ambiente y una crisis en el cambio climático por el masivo consumo y demanda de la población y todo esto provocando la movilización de poblaciones  a grandes escalas alrededor del planeta, sumando a una crisis que está llamando urgentemente a ciudadanos que desde su individuo, marquen un cambio de comportamiento y de sentido de responsabilidad que se propague como un virus y toque las conciencias desde su pequeña aldea o ciudad hasta los organismos internacionales.

Es fácil decir y argumentar nuestra indiferencia frente a las crisis, diciendo “ el resto del mundo lo hace, ¿por qué yo no seguir haciendo lo mismo, en que cambiaria que yo lo hiciera? ”

O “esto está lejos de suceder de mi  o de los míos, así que no tiene importancia por el momento”

Y esta indiferencia cobarde y paralizante pareciera que no nos dejará esperanzas para el futuro.

Pero siempre en medio de estas crisis se han levantado valientes, individuos que con una sencilla pero clara visión de un mundo mejor, han desarrollado con genialidad y astucia un resurgimiento como desde las cenizas con pequeños, pero constantes actos de cambio, que dieron un rumbo diferente al panorama oscuro que se resistían a vivir, es allí donde nacen valientes en tiempos de crisis.

Dejo algunas recomendaciones que desde mi perspectiva y espero que algunos otros también sean compartidas y puestas en práctica:

  • Cambio de comportamiento y responsabilidad individual de cada ciudadano, desde los desechos y basuras que generamos, hasta el compromiso de cuidado personal de dietas saludables en pro de disminuir enfermedades y fortalecer el estado inmunológico, que no solamente deterioran a la persona y sus familiares, sino al detrimento de recursos de un estado en materia de salud
  • Ahorro masivo y administración responsable del agua
  • Disminución en el consumo de productos no renovables, y entre estos están tus juguetes tecnológicos
  • Ropa y productos que contengan químicos altamente costosos para el planeta, pero económicos a tu billetera
  • Transición de consumo de energías fósil a energía verde, como eólicas y solar.

Tendremos que vivir en un mundo más sencillo y menos arrogante y vanidoso si queremos entregar algún pedazo de tierra habitable a nuestros hijos.

Dios bendiga los corazones valientes, y desde el lugar donde me encuentro, pido sabiduría desde ya para empezar hacer el cambio, gracias amigos de una sola casa ,  ¡nuestro planeta!

Alvaro Jorge Acosta Peña

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