Tras de gordo, hinchado

“Mil obras de…” “Es un hecho: el alcalde congelará la tarifa de servicios públicos”; eslóganes como los anteriores, solo por mencionar esos dos, dan cuenta del engaño”.


Seguramente en repetidas ocasiones has escuchado el dicho “tras de gordo, hinchado”. Puede parecer gracioso, si se quiere, pero encierra en sí mismo la posibilidad de ser interpretado como la exageración para aquel que con desaciertos, continúa cometiéndolos uno tras de otro. Puede aplicarse el anterior, a las acciones que dejan ver la poca diligencia de quienes “administran” el recurso público; digo “administran”, pues pareciera que esa administración se dé, pero en beneficio particular del dignatario y de quien lo rodea. Es evidente en la realidad, aunque lo hagan ver como irreal, la desacertada gestión y retroceso de una ciudad reconocida como ejemplo de desarrollo en el país.

Esta expresión cae como anillo al dedo para analizar la compleja situación por la que atraviesa Medellín, una ciudad que, en los últimos cuatro años, pasó de ser un lugar limpio a observarse sucia. Además, el deterioro que se ve a nivel estructural es deplorable; solo por recordar hechos recientes, un niño muere al caer de un columpio a causa del abandono estatal en los escenarios a los que accede la ciudadanía. Lo peor, luego del suceso, agilizan su reparación y, sin vergüenza, manifiesta sentir dolor por lo acontecido aun sabiendo que la comunidad ya había solicitado su reparación.

Por otro lado, no sé cómo permanecemos expectantes ante el gasto inoficioso del recurso público en publicidad falsa y engañosa. En los últimos días se observa de poste a poste, vallas que dan mensajes de la obra ejecutada por la administración que, en la realidad, nada tienen que ver con lo observado: “Mil obras de…” “Es un hecho: el alcalde congelará la tarifa de servicios públicos”; eslóganes como los anteriores, solo por mencionar esos dos, dan cuenta del engaño. Contrario a lo que la administración quiere mostrar, se observa en la factura de servicios públicos aumentos desfasados, aunque quieran desmentirlo; basta observar el recibo y, medio saber multiplicar, para determinar que el porcentaje de aumento en los últimos cuatro años ha sido por encima del 45%.

Solo hay que mirar alrededor, caminando por distintos escenarios de la ciudad y apreciar la dejadez. Luego, realizas un ejercicio de observación para darte cuenta que la irrealidad creada y publicitada, casi nada tiene que ver con lo que se observa en el entorno.

Definitivamente, al observar el panorama queda mucho por pensar y cuestionar a la administración; adicional puede sugerírsele un ejercicio de conciencia que juzgue por sí mismo si su acción realmente ha sido concerniente a lo que observamos en la ciudad, pero esto de pensar con responsabilidad seguramente terminará a beneficio personal y concluiremos considerando que al dignatario seguirá aplicándosele el dicho: “Tras de gordo, hinchado”.


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John Jaramillo

Educador apasionado y convencido del camino que allana la educación para gestar generaciones honestas, responsables y constructoras de sociedad. Licenciado en Filosofía y Educación Religiosa de la Fundación Universitaria Católica del Norte; magister en Tecnología Educativa y Competencias Digitales; actualmente, abogado en formación.

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