Ser migrante no es un delito

Hace unos días se publicó una ley en Perú (Ley N.º 31689) que obliga a que los arrendadores de inmuebles exijan a extranjeros acreditar su situación migratoria para hospedarlos. No solo por el aspecto ético es una terrible normativa –claramente xenófoba–, sino que además, genera costos para el que arrienda el inmueble, que al final del día se le transferirán a los arrendatarios –es decir, a los extranjeros–. En esta columna quiero responder los comentarios más repetidos en las redes sociales que justifican la ley en mención.

En primer lugar, los defensores parten de una premisa –ciertamente errónea– de una supuesta “protección a la seguridad”. Consideremos algunos puntos:

  1. Primero: no tener los papeles al día, no te hace un criminal. Querer limitar la libre contratación entre dos personas por su situación migratoria carece de una visión coherente con la realidad migratoria. Asimismo, querer ponerle a un ser humano el adjetivo de “ilegal”, y mucho más cuando no ha cometido delito alguno y solo busca trabajar, escapando muchas veces de un país donde es oprimido, es xenófobo.
  2. Segundo: ¿por qué el Estado traslada la responsabilidad de verificar el estado migratorio a los dueños de propiedades? Como expuse en el párrafo introductorio, lo que va a terminar sucediendo es que va a generar mayores costos a los migrantes que, de hecho, ya cuentan con varios dentro de los cuales se incluye el mismo trámite con el Estado. Querer sustentar la ley con base en premisas de “seguridad” no es más que xenofobia enmascarada.

Lo más irónico del asunto, es que estos argumentos son utilizados por las derechas nacionalistas para complicar el sistema de visados y fronteras ¿Cómo puedes estar a favor de la migración legal, pero volverla cada vez más compleja? No tiene sentido exigir por ley a un migrante la documentación en regla para acceder al arrendamiento de una vivienda. La migración irregular no es delito ni debe ser usada para limitar a los inmigrantes el ejercicio de sus derechos fundamentales protegidos internacionalmente, ni de los peruanos a contratar y disponer libremente de su propiedad privada.

En segundo lugar, se menciona bastante que en los Estados Unidos un migrante “ilegal” no puede arrendar una propiedad. Es interesante que pongan ejemplos de un país cuya historia representa “la tierra de los inmigrantes”. Tanto es así, que el historiador neoyorquino Oscar Handlin ha expresado lo siguiente: “Yo pensé en escribir la historia de los inmigrantes en los Estados Unidos. Entonces descubrí que la historia de los inmigrantes era la historia de América”. Sin embargo, más allá de su corto conocimiento sobre historia, el argumento que utilizan los defensores de la ley no es cierto ¡En los Estados Unidos no existe prohibición para rentar a inmigrantes irregulares! El que quiere lo puede hacer, sencillamente, porque es su propiedad privada. De eso también se trata la idea de contratar libre y voluntariamente: hacerlo obligatorio no logra más que generarle costos a ambas partes. Por un lado, le trasladamos la carga al arrendador; por el otro, le limitas al extranjero la posibilidad de acceder a una vivienda. Si esto sucediera en España, Argentina o en cualquier otro país donde los peruanos quieran empezar una nueva vida, miles de ellos dormirían en las calles.

Sumado a todo lo dicho, también abundan comentarios que sostienen que, si en un país esto sucede, pues está bien o aquí también deberíamos implementarlo. Falso. Que suceda en un país no significa que también debamos aplicarlo o que esté bien. La ley aprobada por el Congreso y promulgada por el Ejecutivo deja desprotegidos a los inmigrantes que, de hecho, a la larga terminan siendo un contribuyente que trabaja y que genera valor. La realidad es que el inmigrante llega a trabajar y dentro del libre mercado la nacionalidad no juega un papel importante.

Yo le guardo un absoluto respeto a los individuos que emigran. Dejar de lado su hogar para salir a buscar algo mejor, requiere de valentía. Al final del día, la migración nutre a los países y hace que las personas opten por abrir empresas, por trabajar y por generar un futuro mejor que va a beneficiar al conjunto de la sociedad. No debemos olvidar además, que muchos individuos que emigran no lo hacen porque quieren. Muchos de ellos, como los venezolanos, emigran a otros países porque prácticamente son obligados a hacerlo por culpa de la dictadura. Habría que reflexionar que muchas veces culpamos a quienes no debemos culpar. Hoy más que nunca tenemos que entender que hay que ser solidarios con los individuos a lo largo de nuestro continente que están escapando de las garras del socialismo del siglo XXI.

Finalmente, es preciso reiterar que la migración irregular no es un delito ni debe ser usada para limitar a los inmigrantes el acceso a una vivienda, tal como acaba de ser aprobado en Perú. En términos de Antonella Marty: La inmigración es la historia del Homo Sapiens. Negar esto o ponerle trabas es ir en contra de quiénes somos y de dónde venimos. Saber que todos venimos de un grupo que decidió moverse y que nadie es 100% peruano ni 100% argentino, nos va a ayudar a recordar nuestra historia, a no caer en absurdos nacionalistas y a interiorizar que muchos de ellos escapan de regímenes autoritarios en busca de una mejor situación.

Por último, y como recuerda el Nobel Mario Vargas Llosa: “No hay manera de parar la inmigración”.


La versión original de este artículo apareció por primera vez en el portal Lucidez.pe – La Claridad de la información, y la que le siguió en nuestro medio aliado El Bastión.

Daniella Ravelo

Peruana. Activista liberal, escritora, conferencista y estudiante de Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), institución en la que, en 2021, fue elegida Representante Estudiantil ante la Asamblea Universitaria (órgano más alto de representación en esa entidad). Ha realizado viajes al extranjero para asistir a conferencias en favor de la libertad de la mano de la Fundación Libertad, Unge Venstre (Young Liberals of Norway) y el Instituto Político para la Libertad (IPL – Perú). Actualmente, hace las veces de conductora de la serie de videocolumnas del Instituto de Libertad y Acción para el Desarrollo (ILAD Media). Es además, Coordinadora Local de Students for Liberty Perú (SFL Perú) y miembro de la organización #LaLigaLibertad. Escribe columnas en medios internacionales como El Bastión, Al Poniente, Diario El Gobierno, entre otros.

Durante 2022, se ha desempeñado coordinando eventos y programas liberales para influir en la política peruana desde la participación juvenil. Asimismo, ha sido invitada a diversas mesas de trabajo en el Congreso de la República del Perú para debatir sobre distintos proyectos de ley. Sostiene una lucha firme y permanente en la defensa de las libertades económicas, políticas e individuales, y de la igualdad ante la ley, el libre mercado, la propiedad privada y el Estado de derecho.

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