Funambulismo geopolítico

La creciente tensión militar entre Rusia y Estados Unidos deja al descubierto un panorama geopolítico de aliados y enemigos que podría desencadenar una guerra de orden global, en la que Latinoamérica podría ser un escenario de conflicto bélico debido a la cercanía de naciones como Venezuela, Cuba y Nicaragua con la antigua nación soviética, y a la de Colombia con el país del tío Sam.

Además, es bien conocido que Venezuela y Nicaragua han tenido rencillas con Colombia, ya sea por razones geopolíticas o de expansionismo ideológico, sin hablar de Cuba que desde hace muchas décadas entrena terroristas para que actúen en suelo colombiano y además sirve de refugio para los mismos.

En Europa la tensión que se vive no es menor, pues cerca de 30 países del viejo continente hacen parte de la OTAN, y es precisamente el expansionismo hacia las antiguas repúblicas socialistas de la OTAN, la que ha generado el malestar en el Kremlin y la que nos tiene en este tire y afloje, con amenazas de lanzamiento de misiles de por medio.

La pregunta que debemos hacernos entonces es ¿Es posible que estalle una guerra? La respuesta es, completamente sí. Recordemos que ya en el 2014 estalló un conflicto bélico por la zona de Crimea en la que la participación del ejército ruso fue evidente, pero en esa ocasión las amenazas fueron más sutiles y los ánimos no estaban tan caldeados, pero hoy el tono ha subido, al igual que la desconfianza entre los países miembro de la OTAN y Rusia.

Ahora bien ¿Es posible que una eventual confrontación militar nos lleve a una guerra mundial? Y la respuesta es que es remotamente posible, ya que en gran medida esto dependerá en qué tanto involucren los directamente implicados a sus aliados, y frente a esto, no son muy tranquilizadoras las declaraciones del viceministro ruso Sergei Ryabkov, quien contempló la posibilidad de bases militares en suelo latinoamericano.

Puede que Ryabkov estuviera ‘cañando’ como decimos en paisa, pero lo cierto es que es una posibilidad, y ante una afrenta de este tipo, Estados Unidos actuaría de inmediato teniendo como aliado a Colombia, ya que como lo dijimos anteriormente, seríamos los directos amenazados. Ahora la pregunta es ¿Hay ánimos belicosos en Suramérica? En 2018 el excandidato al Senado y hoy presidente de ACORE -Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro-, John Marulanda- señaló en múltiples oportunidades que tanto Nicaragua como Venezuela estaban comprando mucho material bélico, precisamente a Rusia. Recordemos también que Venezuela es además fabricante de los fusiles AK-47.

Adicionalmente, tanto Nicaragua como Venezuela suelen atizar los odios contra Colombia y Estados Unidos, por lo que no sería raro que esas dos banana republiks no solo hicieran eco de la guerra sino que la avivaran, y para ello se valieran de sus aliados terroristas: ELN y FARC.

No obstante, la situación actual de pandemia ha llevado a que los recursos de la inmensa mayoría de los países en el mundo se vean diezmados, por lo que podría ser una razón para que sea la diplomacia la que se encargue de resolver este impase, o al contrario, podría ser una razón más para seguir adelante con los vientos de guerra.

Es menester decir que una situación de conflicto de las magnitudes que estoy relatando, aviven a su vez otras rencillas, por ejemplo, se podrían tensionar las Coreas e Irán podría concretar sus amenazas contra Israel… y así a la guerra fría 2.0 que ha habido en los últimos años se le puede subir la temperatura.

Escenarios así son de extrema presión y a la vez de mucha cautela. El tablero de la geopolítica se está moviendo y quien no funja como funambulista, puede caer al vacío desencadenando un efecto dominó que quizás mañana lamentemos.

El planeta entero debe exigirle a la OTAN que deje de expandir su influencia en las antiguas naciones soviéticas, y en contraparte, Rusia tendría que dejar de lado sus intenciones expansionistas en Europa del Este, especialmente con Ucrania. Ese es el acuerdo al que se debe llegar si es que aún existe algo de sensatez, pero dicen que hay dos cosas infinitas en esta vida: el universo y la estupidez humana.

“No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras”, Albert Einstein.

César Augusto Betancourt Restrepo

Soy profesional en Comunicación y Relaciones Corporativas, Máster en Comunicación Política y Empresarial. Defensor del sentido común, activista político y ciclista amateur enamorado de Medellín.

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