Muchas personas hemos manifestado durante los últimos días nuestra intención de votar en blanco en la segunda vuelta, porque no creemos que ninguno de los dos candidatos merezca algo tan sagrado como nuestro voto. Uno de ellos es el senador Jorge Robledo, con quien tengo profundas diferencias ideológicas. Hemos recibido críticas de todo nivel.
Hoy quisiera hacer una breve reflexión a toda esa gente que ha tratado de persuadirme de tomar partido por uno de los dos candidatos. Espero que sea útil y no se ofendan.
Lo he dicho muchas veces: respeto y entiendo profundamente a quienes de manera libre votarán por Juan Manuel Santos en esta segunda vuelta por la creencia de que será él quien firme la anhelada paz para Colombia. Estoy convencido de que lograr la paz negociada es un fin loable que merece todo mi respeto y admiración. Desde el primer día he rodeado el proceso de paz con todas mis fuerzas y hoy por hoy estoy seguro de que este es el camino que debemos seguir para acabar con la guerra. Pero aquí viene mi crítica:
Me es aún difícil entender por qué creen que soy un sectario cuando no quiero elegir entre dos personas que me parecen malas, no solo por su forma de pensar, sino también por su forma de actuar. Todo el tiempo he respetado a quienes tomarán partido en la segunda vuelta, pero curiosamente, muchos no respetan mi posición. Eso sí es sectario.
Es sectario porque no entienden que hay personas que pensamos distinto. Es sectario porque no entienden que tenemos diferencias enormes tanto con Santos como con Zuluaga. Lo dogmático, creo yo, es pensar que con Santos viene la paz porque sí, sin cuestionarse más allá de lo que significa eso mismo, la paz.
Para muchos con quienes he hablado últimamente, no votar por Santos, es ser enemigo de la paz. Creen que votar en blanco, es votar por Zuluaga, y no es así, porque votar en blanco, es votar en blanco, no por Zuluaga… simple.
Un requisito mínimo para lograr la paz verdadera, es respetar la libertad que tiene cada ciudadano a elegir libremente en unas elecciones y no estigmatizarlo ni hacerle matoneo diciéndole enemigo de la paz. Lo que Colombia necesita hoy, no es rasgarse las vestiduras diciendo que quienes van a votar en blanco son unos apátridas o guerreristas. Lo que el país necesita hoy más que nunca, es que respetemos las diferencias que tenemos unos con otros. Quizás así le bajaremos un poco el tono a la polarización actual.
Un amigo –que no sabe si votar en blanco o por Santos-, me citó una gran frase de Mario Benedetti que quiero traer a colación: “Uno no siempre puede hacer lo que quiere… Pero siempre tiene el derecho de no hacer lo que no quiere”. Yo no quiero votar por Santos, mucho menos por Zuluaga, y no es vanidad ni capricho, es una decisión libre y autónoma. Espero que me respeten, igual que yo respetaré a quienes voten por Santos o por Zuluaga sin decirles más adelante que son cómplices de la corrupción o de las alianzas con ilegales que uno u otro candidato tenga durante su mandato.
@danielduquev
[author] [author_image timthumb=’on’]https://scontent-b-mia.xx.fbcdn.net/hphotos-prn1/t1.0-9/66463_10151968321795671_2103100727_n.jpg[/author_image] [author_info]Daniel Duque Velásquez: Estudiante de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT. Crítico y propositivo. Apasionado por la política, los temas de actualidad y el fútbol. Ciudadano del común. Leer sus columnas. [/author_info] [/author]
23 Comments