A Gustavo Petro

No entiendo cómo un ser humano puede alcanzar un nivel de egocentrismo, de maldad y de odio al país como sólo lo puede encarnar un personaje como usted.

Le confieso que usted jamás ha sido de mis afectos y que conste que algo así es muy difícil en mi alma, pues trato de mantener un equilibrio espiritual y emocional estable, pero gracias a usted he tenido que doblegar mis esfuerzos para no morir en el intento. No ha sido fácil en el buen ejercicio de la democracia tener que aceptarlo como un reinsertado sin arrepentimiento, un senador sin mérito, un alcalde sin capacidad y el eterno candidato presidencial.

Aun no entiendo las razones por las que usted le ha causado y le quiere causar tanto daño al país y a su democracia, no puedo comprender como usted haciendo uso de su sagacidad manipuladora, es capaz de destruir el sueño de jóvenes que genuinamente buscan un país mejor y equivocadamente le han prestado a usted sus oídos, sus manos, su juventud, para que sean multiplicadores y generadores del caos que hoy vive nuestra nación.

Es maquiavélica su estrategia de manipulación de la juventud como herramienta de guerra, usted sabe perfectamente de su sensibilidad, del enorme deseo que los jóvenes guardan de hacer nuevas las cosas, de su inquebrantable lealtad cuando creen estar haciendo el bien, ellos como jamás lo podrá hacer usted, están dispuestos a dar la vida misma.

Es desgarradora la forma en como utiliza a algunos jóvenes para manipular a los pueblos, se aprovecha descaradamente de una crisis mundial como la actual para desestabilizar la democracia y sobre todo desprestigiar nuestras instituciones, especialmente las que nos proveen seguridad y control.

En su formación usted tiene claro que la juventud no tiene memoria histórica o la tiene sesgada por la influencia de quien se la ha contado y tengo que reconocer que, para sus egocéntricos intereses, se las ha sabido contar muy bien, mas no así para los intereses de los jóvenes y mucho menos los del país. Los jóvenes colombianos al prestarse para escucharlo, han pagado muy caro su inocencia y candidez, algunos incluso han perdido la vida.

Si algo le queda de bueno, le pido que no continúe más con su estrategia malvada en la que sólo ha evitado que los jóvenes puedan ser libres.

La tentación de silenciar a la juventud siempre ha existido, y usted no ha sido la excepción; los jóvenes han dejado de ser ellos, para gritar lo que solo a usted le conviene, por eso Petro, BASTA YA, “usted es el fiel reflejo de las sociedades decadentes que se empeñan en ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil”, tengo claro que su incoherencia en la ideología comunista-socialista-burgués, no sólo forjará su propia destrucción, sino también a su propio sepulturero”. Le pido a Dios que Colombia se redima, que Los jóvenes encuentren buenos y sanos liderazgos, que libres de usted, de su manipulación, de sus incendiarias y contaminantes ideas, sean para el país “una vergüenza menos y una libertad más”.

Con el libertador Bolívar guardo la esperanza que Colombia como “Todos los pueblos del mundo que han luchado por la libertad, exterminen a sus tiranos” desde la justicia y la democracia.

Omar Bedoya

3 Comments

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  • Excelente Columna. Estoy de acuerdo, el país no resiste otro mes con un ser tan dañino. Organismos de control deberían mirar con urgencia lo qué pasa en Colombia. #PetroBastaYa

  • Podría coincidir en algunas observaciones sobre la persona y no sobre la figura de Gustavo Petro. Válida como cualquier voz más encuentro su opinión. Su contenido es sin embargo débil y lo propone de forma ingenua, misma que hace que, con todo lo veraz que lo escrito podría o no ser, termine cómo tantas otros ataques en el olvido. ¿Usted escribe siempre así de mal, señor Bedoya, como con las tripas?

  • No cabe duda que Petro es ese ser irracional que hace mucho, pero mucho daño al país.
    excelente su escrito. Gracias por compartirlo. Seguiré muy atento a sus próximas intervenciones por este medio.