Velocidad, factor clave para salvar vidas

La Alcaldía de Medellín tiene el reto de reducir su tasa de mortalidad vial de 10 a 5 por 100.000 habitantes para el 2023. Para lograrlo implementa el enfoque #VisiónCeroMED, que implica que Cero es el único número aceptable de muertes y lesiones graves por incidentes viales.

Juan Diego Restrepo Toro – Secretaría de Movilidad

 

Cada 23 minutos resulta lesionada una persona por incidente vial en Medellín y cada 35 horas una familia pierde a un ser querido.

La situación es tan grave que al menos 6 equipos de fútbol se hubieran conformado con los hombres entre los 20 y 29 años que murieron en incidentes viales en las calles de Medellín en 2019.

Para Carlos Cadena Gaitán, secretario de Movilidad de Medellín, es necesaria la implementación del enfoque Visión Cero porque ha demostrado su éxito en distintas ciudades del mundo y porque Medellín tiene una alta tasa de mortalidad vial.

“Desde hace 15 años hay una leve tendencia decreciente para el número de muertes que se registran cada año producto de incidentes viales, pero la tasa se ha mantenido por encima de las 10 muertes por cada 100.000 habitantes; alta en parámetros internacionales”, apuntó Cadena, para quien la ciudad no ha seguido un camino claro y consistente en la gestión de la seguridad vial.

Para Martha Giraldo Duque, directora de FundaPeatón, el problema es de ejercicio del derecho a la ciudad. “Nos soñamos una ciudad más empática con todos los actores viales. Podemos compartir el espacio público y vivir una ciudad para todos, sin miedo de morir o ser lesionados en la vía”.

En esto concuerda Gustavo Cabrera Arana, profesor e investigador en seguridad vial de la Universidad de Antioquia, quien considera que es necesario gestionar la velocidad para garantizar la seguridad de los más vulnerables, peatones y ciclistas, y de los más expuestos, personas en motocicleta y quienes usan transporte público. Por lo que son necesarias medidas de control y una transformación educativa y cultural.

Detrás de cada número hay un corazón

Un corazón es el símbolo que Medellín escogió para Visión Cero. No es una calle o una señal de tránsito, como en otras ciudades del mundo que han adoptado este exitoso enfoque global de seguridad vial desde 1997. Es un corazón que representa la fragilidad humana y de distintas formas de vida, animales domésticos o salvajes, que no deben morir por cruzar una calle. La vida palpita y se mueve en todas direcciones, a veces como un torrente sanguíneo.

Visión Cero implica un cambio de paradigma, al que le apuesta Medellín. No busca culpar a los ciudadanos, sino compartir la responsabilidad en la seguridad vial. Reconoce que los humanos cometemos errores y que el cuerpo es frágil. Considera que es moralmente irresponsable que la gente muera por ir a la escuela, por viajar en bicicleta o ir a trabajar. Y contempla que los accidentes no existen, son incidencias, porque todas las muertes y lesiones en las vías son prevenibles.

La ciudad adoptó el enfoque Visión Cero para la Seguridad Vial por medio del Decreto 261 de 2019 y lo implementa como parte de su Plan de Desarrollo 2020-2023 “Medellín Futuro”.

Por su parte, el director de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, Luis Felipe Lota, destacó el trabajo que hace Medellín para salvar vidas. “La seguridad vial es corresponsabilidad de todos. Hay que recordar que la Organización de Naciones Unidas – ONU nos han hablado del sistema seguro: usuarios, velocidades, infraestructura y vehículos seguros”.

Según la Organización Panamericana de la Salud – OPS, la velocidad excesiva aumenta la probabilidad de que el conductor pierda el control del vehículo y su capacidad de anticipar los peligros. Además, impide que otros usuarios de la vía pública puedan prever adecuadamente el comportamiento del vehículo.

La OPS lo explica con un ejemplo: “si un niño cruza frente a un automóvil a 13 metros de distancia cuando el automóvil transita a 30 km/h, este puede detenerse justo antes de atropellar al niño. Pero si la velocidad del automóvil es de 50 km/h o más, el niño será atropellado y las posibilidades de que sobreviva serán pocas”.

En el mismo sentido, la ONU, considera que el límite de velocidad segura en calles urbanas debe ser de 50 km/h, para que los conductores tengan tiempo de reaccionar y frenar.

Detrás de las 250 personas que perdieron la vida en las calles de Medellín en 2019, hay historias de vida, sueños y esperanzas que quedaron truncados, corazones que son imposibles de dimensionar en números.

¿Cuál sería un número ético aceptable de muertes viales? ¿Si esas personas fueran de su familia, cuál sería ese número?

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