Mujeres sin hombres

“… Y en ocasiones perder a una mujer supone perderlas a todas. Así es como nos convertimos en hombres sin mujeres…”

– Haruki Murakami


Haruki Murakami señala el amplio vacío que deja la ausencia de la mujer después de una relación amorosa para un hombre, pero y ¿qué hay de las mujeres?, claro que nosotras ya sabemos lo que hemos pasado tras una ruptura, pero que no somos cada vez más mujeres sin hombres.

Inicio, nudo y desenlace. Conocemos a un galán, unas cuantas citas, un par de besos, y ¡boom!, surge el amor; algunas mariposas en la barriga, un par de montañas rusas emocionales y se terminó; ¿qué pasa luego? Nos entregamos a la aflicción, a Rocío Dúrcal, a la cama, el licor o al gimnasio. Durante esta etapa nos cuestionamos si realmente valió la pena, si deberíamos cambiar de orientación sexual y siempre la pregunta suicida, ¿y si le escribo? A partir de este lapsus ya nos hemos convertido nuevamente en Eva sin la protección de su Adán.

En la obra de Murakami, estos se han quedado solos desde una separación, pero nosotras las de siempre, lo hemos estado en tiempos atrás, aun sin dar fin a una relación; las esposas son mujeres sin esposos, las hijas son mujeres sin padres, es decir que aun con ellos estamos solas. “Si el hombre es como centro principal del universo, eje del mecanismo astral y funciones en correlación con las demás leyes”, ¿no es acaso el hombre en su totalidad la creación perfecta de Dios?, y si el hombre es el núcleo del universo, ¿la mujer que vendría siendo, aparte de la costilla? ¿La pieza faltante?.

Quizás de ahí radica lo poético, Adán perdió a una mujer y después perdió una pequeña parte de su cuerpo y desde entonces el varón siente el vacío cada vez que una mujer lo deja, pero Eva no, en realidad fue la curiosidad lo que separó al hombre de la mujer en sus inicios, claro que no es muy diferente el mismo sentir de la soledad, de la cólera, pero ¿qué más podemos esperar después de varias generaciones femeninas sintiéndonos así?, el hombre lo ha vivido a lo largo de la historia, pero son pocos los que pueden decir que se han quedado sin mujeres aun estando ellas allí, además si Adán pudo andar sin una costilla por ahí, Eva podrá seguir viviendo como hueso.


Todas las columnas de la autora en este enlace: María Ángeles Vargas González

María Ángeles Vargas González

Periodista en formación. Me gusta leer, no siempre es placentero, es una relación de amor y odio.

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