La comida, es como todos sabemos el medio por el cual alimentamos a nuestro organismo y lo hacemos distribuir estos alimentos, de manera que llegue a toda parte del cuerpo y que no haga falta nada para poder estar sanos.
Pero, si miramos el contexto en el cual la Fast Food hace contacto con nosotros, no podemos ver la magnitud del problema, es dañina y contiene demasiados males y con los cuales no soportaríamos un día mas si no los maquillaran, como lo vemos en la famosa marca de los Arcos Amarillos, que no tienen una característica especial, tan solo poner una “sonrisa” en las comidas y ayudar con su bebida comercial mejor vista que “destapemos la felicidad”. Me pregunto yo, si entonces la felicidad viene enmarcada en una caja de cartón roja, que contiene otras cajas llenas de productos químicos que a nadie interesa si son buenos o malos para la salud del colombiano, y que solo aumentan mi necesidad de sentirme lleno, por que muy pocas veces percibimos esa necesidad de estar satisfechos.
Es ahí donde hago una crítica social, en donde tratemos de ser únicos, donde no nos dejemos llevar por que me Encanta todo eso, o por que destapando una gaseosa destapemos felicidad, son solo métodos de llegar al consumo del colombiano promedio, que muy pocas veces come por Satisfacer que por Llenar.
Pongo este caso puntual porque me pasó la última vez y que decidí no volver a este monopolio de servicios grasosos, mentirosos y poco alimenticios. Hace dos semanas aproximadamente, necesitaba llenar mi estomago a la hora del almuerzo, no sabía de que, y preciso apareció. Los Arcos Amarillos me llamaron y tenía esa necesidad de llenarme, por que no había más a mí alrededor y mi bolsillo no daba para más. Ese sabor que sentí después del mordisco primero, fue algo horroroso; uno que espera un almuerzo con sabor a Dioses, y se encuentra con una salsa de tomate llena de grumos, para luego morder las papas mas secas y saladas que no se puede imaginar. La gaseosa fue el pasante de esta atroz comida que no llenó, ni mis expectativas ni mis ganas de saciar una hora tan pesada como la del almuerzo.
Si nosotros como personas de razón lógica, no hacemos el pare a esta industria, ¿que nos hará decidir en unos próximos años, que la magnitud de este problema sea tan grande que ya no tengamos de donde sacar opciones sino de esta fatídica empresa?, que solo llena sus bolsillos de dinero nuestro y que no hace mas que darte una sonrisa y una hamburguesa de pésima calidad que acorta mas tu lecho de vida con este y demás productos.
Por: Sebastian Felipe Muñoz Vargas
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