Jóvenes en Paz: ¿una trampa para la libertad?

El Gobierno colombiano ha lanzado recientemente el programa Jóvenes en Paz, el cual, busca reclutar a jóvenes de zonas vulnerables del país para que se conviertan en gestores de paz, con beneficios económicos y educativos. Según el Presidente Gustavo Petro, se trata de una forma de prevenir que los jóvenes caigan en las redes de la ilegalidad o la violencia, y de promover el desarrollo y la reconciliación del país.

Sin embargo, esta propuesta no es tan inocente ni tan beneficiosa como parece. Desde una óptica liberal-libertaria, que defiende la libertad del individuo, los derechos de propiedad privada y la economía de mercado, el programa Jóvenes en Paz (Nación – Revista Semana, 2023) es cuestionable y peligroso, pues implica una mayor intervención del Estado en la vida de los ciudadanos, una distorsión del mercado laboral y educativo, y un posible efecto cobra.

El efecto cobra se refiere al fenómeno que ocurrió en la India colonial, cuando el Gobierno británico ofreció una recompensa por cada cobra muerta, con el fin de reducir la población de estas serpientes venenosas. El resultado fue que los indios empezaron a criar cobras para cobrar la recompensa, y cuando el Gobierno se dio cuenta y canceló el programa, los indios soltaron las cobras, aumentando el problema (Baccaglioni, 2020; Davies y Harrigan, 2019).

Figura N.º 1. El Efecto Cobra [Caricatura]. | Fuente: Admin. ADUM (2021).

De manera similar, el programa Jóvenes en Paz podría generar incentivos perversos (Dubner, 2012; Siebert, 2001) para que los jóvenes se involucren en conflictos o simulen ser gestores de paz para obtener los beneficios. Y cuando el programa termine o se agoten los recursos, los jóvenes queden desempleados, frustrados y resentidos. Además, el programa podría desplazar a otras opciones laborales o educativas más productivas y efectivas que respondan a las necesidades reales del mercado y de la sociedad.

¿Qué sentido tiene pagarle a un joven para que sea gestor de paz, cuando podría estar trabajando o estudiando algo que le apasione y le aporte valor? ¿Qué garantía hay de que ese joven realmente contribuya a la paz y no a la guerra? ¿Qué pasará con ese joven cuando se acabe el programa o cuando se enfrente a la realidad del país? ¿No sería mejor dejar que ese joven decida por sí mismo qué hacer con su vida, sin depender del Estado ni de sus dádivas?

El programa Jóvenes en Paz no es más que una forma de paternalismo estatal, que busca controlar y manipular a los jóvenes, haciéndoles creer que son parte de un pacto nacional, cuando en realidad son solo peones de un juego político. El programa Jóvenes en Paz no respeta la libertad individual, el derecho de propiedad ni la economía de mercado: el programa Jóvenes en Paz viola el Principio de no agresión y la autonomía de los individuos.

Hay que entender que muchos jóvenes de los que reciben un plan social no son mendigos del sistema político, sino víctimas. Es así que, cuando se quiera corregir una problemática que genera injusticia, no se corrige por el lado de la víctima, sino del victimario. Los victimarios son la clase política que se roba el dinero de los contribuyentes, por medio de políticas superfluas que se escudan en los menos favorecidos, con acciones biempensantes y cinismo incesante. El Gobierno debe ser muy consciente de que toda acción humana tiene consecuencias tanto intencionadas como no intencionadas. Los individuos reaccionan a cada regla, regulación y orden que imponen los Gobiernos, y sus reacciones dan resultados que pueden ser muy diferentes de los que pretendían.

Por lo tanto, desde una perspectiva liberal-libertaria, el programa Jóvenes en Paz puede ser una mala idea, que lejos de solucionar los problemas del país, los puede agravar. Lo que se necesita es reducir el tamaño y el poder del Estado, eliminar los impuestos y las regulaciones que limitan la iniciativa privada, y respetar el Principio de no agresión y la autonomía de los individuos para tomar sus propias decisiones. Solo así se podrá lograr una verdadera paz y prosperidad para Colombia.

Referencias (Fuentes e Imágenes de la columna)

Admin. ADUM. (2021, 6 de mayo). El Efecto Cobra [Imagen destacada]. ADUM. Recuperado el 15 de julio de 2023 de: https://adum.es/el-efecto-cobra/.

Baccaglioni, F. (2020, 19 de mayo). El Efecto Cobra. Fabio.com.ar. Recuperado el 15 de julio de 2023 de: https://www.fabio.com.ar/8078-el_efecto_cobra.

Davies, A. & Harrigan, J. R. (2019, 6 de septiembre). The Cobra Effect: Lessons in Unintended Consequences. Foundation for Economic Education (FEE). Recuperado el 6 de septiembre de 2019 de: https://fee.org/articles/the-cobra-effect-lessons-in-unintended-consequences/.

Dubner, S. J. (2012, 11 de octubre). The Cobra Effect: A New Freakonomics Radio Podcast. Freakonomics, LLC. Recuperado el 15 de julio de 2023 de: https://freakonomics.com/podcast/the-cobra-effect-2/.

Nación – Revista Semana. (2023, 8 de julio). Jóvenes en Paz: inició el programa del presidente Petro que paga una mensualidad para estudiar y no matar. Semana.com – Últimas Noticias de Colombia y el Mundo. Recuperado el 15 de julio de 2023 de: https://www.semana.com/nacion/articulo/inicio-el-polemico-programa-jovenes-en-paz-presidente-petro-confirmo-que-se-pagara-una-mensualidad-para-desarmar-jovenes/202354/.

Siebert, H. (2001). Der Kobra-Effekt. Wie man Irrwege der Wirtschaftspolitik vermeidet (en Alemán). Deutsche Verlags-Anstalt.


Esta columna apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Nelson Rueda

Contador Público de la Universidad Popular del Cesar, con interés en temas económicos, políticos y sociales desde una perspectiva liberal libertaria. Creo en la libertad individual, el libre mercado y el Estado de derecho como pilares de una sociedad próspera y justa.

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