El largo plazo del Cambio Social

La velocidad, la inmediatez y la superficialidad son rasgos de la sociedad actual que le plantean retos a la política popular. Los tiempos de lo político, la democracia electoral y los plazos de las políticas públicas de gobierno, son contrarios a los tiempos requeridos en la transformación de la realidad social que angustia las mayorías. Todo ese complejo institucional limita los alcances del primer gobierno progresista en nuestra historia, y por tal razón, la discusión sobre las Reformas Sociales incluye debates sobre la reelección, el reemplazo, la Constituyente y otros escenarios que garanticen la continuidad y la profundización del Cambio; solo así podemos ver las Políticas Sociales de largo plazo derivadas de las Reformas que hoy se tratan de implementar.

A propósito del territorio hostil para impulsar otro desarrollo, el próximo julio se cumplen 30 años de la Ley Orgánica 152 de 1994, por la cual se crea y se regula el Sistema Nacional de Planeación, derivada de la Constitución de 1991 que debe cambiarse; la norma fue promulgada durante el alistamiento neoliberal, y la promoción de ese estilo de desarrollo incluyó el uso ideológico del desmonte del Estado; se abusó de la idea según la cual la Planeación representa la Intervención, opuesta a la mano invisible del Mercado. Esas teorías terminaron minando de contradicciones al Estado y a la sociedad colombiana, al punto de traernos a la decadencia actual.

Una de las contradicciones ejemplares del paquete neoliberal, es que al mismo tiempo que utilizaban la ideología del achicamiento del Estado Social, fortalecían su Intervención en sectores de interés estratégico de la oligarquía. Así las cosas, fue el Estado Social de Derecho el que se desmontó a través de la privatización de la salud, las pensiones, la educación, la vivienda y los servicios públicos, por mencionar aspectos centrales de la Cuestión Social. Al desmontar la intervención pública estatal en estos sectores, convirtieron los Derechos en mercancías, con resultados notorios.

Pero otra cosa sucedió con la Intervención militar, fortalecida al punto de que las FFAA representaron más de la mitad del total de servidores públicos; allí sí hubo confianza en la eficiencia y eficacia de la Planeación y en el crecimiento estatal. El desmonte del Estado Social proyectó escenarios de un futuro de inconformidades, siendo la comprobación ejemplar, el Paro Nacional y Popular de 2021; allí se dejó ver la fuerza preparada para atender la ilegitimidad del régimen ganada con el empobrecimiento. Lo mismo sucedió con la planeación de largo plazo de los sectores minero energético y del trasporte, donde igual la Intervención pública en la construcción de la infraestructura y la seguridad del saqueo tuvo su lugar destacado.

En el pueblo pobre necesitamos construir conciencia y confianza del largo plazo. Revertir las consecuencias de décadas de pobreza exige la continuidad. Se requiere tiempo para verle el impacto a las Reformas Sociales. Gran reto con la población sometida a vivir el día a día por el desempleo, la informalidad y la desprotección social. El trabajo político popular esta retado a generar el máximo de conciencia sobre la importancia del largo plazo para ver las transformaciones sociales.


Todas las columnas del autor en este enlace:  Fredy Escobar Moncada

Fredy Escobar Moncada

Trabajador Social. Magíster en Ciencia Política.

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