El cambio de Petro

Ni en 2012 en medio de una de las primeras alcaldías de izquierda de la historia reciente de Colombia, ni en la dura batalla Ordóñez vs Petro por la revocatoria de su mandato, mucho menos en la campaña presidencial del Polo en 2010, ni en la de 2018 con la Colombia Humana, se hubiese pensado ver a un Gustavo Petro acercándose a la diversidad política y social que hoy lo acompaña. En cualquier país democrático, estos acercamientos serían lo ideal y lo aceptado por la sociedad, pues permiten reducir la polarización, sin embargo en Colombia generan polémica y rencillas; el país es un caso de estudio social.

De todas maneras, todo lo que Gustavo Petro dice y no dice, hace y no hace, siempre es tendencia y da mucho de qué hablar.

Diversos analistas políticos coinciden en que la campaña presidencial de 2022 empezó el 7 de agosto de 2018, día de la posesión de Iván Duque, quien recibió las banderas del uribismo y de las fuerzas más conservadoras del espectro político. A partir de ese día se ve a un Petro distinto, más humano, más cercano, si se quiere decir, y a la vez más atento a la coyuntura y a un contexto político cada vez más vertiginoso.

Llegó al Congreso en 2018 como la segunda votación presidencial y la más grande que los sectores alternativos han logrado en la historia, siendo desde el principio la voz que llamó a construir el camino para una presidencia en 2022. Desde entonces, le hemos visto convocando a la unidad, al cambio y a unir esfuerzos de todas las fuerzas políticas y sociales para materializar las transformaciones que pide la sociedad colombiana. Sociedad que fue testigo de lo que pasó durante estos cuatro años producto de la falta de conexión de Duque con los jóvenes, las mujeres y la realidad del país en general. Esta administración deja un escaso legado, que incluye además el mal manejo económico y social de la pandemia, agravando la crisis que se vive día a día.

Así llegó Petro a 2020, a construir con distintas fuerzas, unas más polémicas que otras, pero distintas al fin y al cabo. Y allí surge el Pacto Histórico, como un proyecto que parte de unir a los diferentes para buscar el cambio que permita mejorar la vida de quienes viven en Colombia.

El Petro de 2022 es distinto al Petro de izquierda militante de hace 10 años. Hoy, es un Petro que marca la agenda de los candidatos, haciendo que colombianos y colombianas, incluyendo políticos de todas las vertientes, hablen de sus propuestas, sea a favor o en contra. De hecho, también los medios y la misteriosa y volátil opinión pública trata lo que Gustavo pone sobre la mesa.

Con sus propuestas, el Petro de 2022 logró convencer a líderes pro-paz de derecha y de izquierda, a las negritudes, a los cristianos y hasta a los empresarios que tímidamente vienen sumándose a su campaña. El Petro de hoy pone en el debate y en los oídos de la gente propuestas novedosas con respecto a las que plantean los de siempre y que están a la vanguardia del mundo (con las que podemos o no estar de acuerdo) para responder ante los problemas de Colombia, y si se quiere del mundo como el calentamiento global, el modelo económico y las dinámicas digitales.

Quien hoy por hoy encabeza sondeos de opinión, encuestas y tendencias en internet viene atrayendo distintas fuerzas políticas que poco a poco vienen entendiendo su línea. Trabaja de la mano con exdirigentes de Cambio Radical, de La U, de Liberales, de conservadores rebeldes, de evangélicos alternativos y junto a más de un político tradicional que se suma a la campaña. Sabe que solo sumando a diferentes puede ganar la presidencia.

En los círculos políticos se dice que en las elecciones la derecha es pragmática y la izquierda programática, y de allí las dificultades para ampliar alianzas y buscar consensos entre sus múltiples facciones. Pasó en la conformación de listas para el congreso y las consultas presidenciales con la Alianza Verde y también con los liberales, sin embargo, varios de los y las más importantes representantes de estos partidos se vienen sumando al proyecto de Gustavo Petro (por ejemplo Camilo Romero, Inti Asprilla, León Fredy Muñoz, Andrea Padilla, Katherine Miranda, Luis Carlos Leal, Luis Fernando Velasco, Guillermo García Realpe y Roosvelt Rodríguez, entre muchas y muchos otros).

La campaña va andando y no se descartan nuevas alianzas con políticos y partidos de centro e incluso con sectores de derecha moderada. La fórmula matemática del economista Petro parte de sumar con diferentes e indecisos, multiplicar su voto duro, dividir a sus contradictores y restarle fuerza a la campaña de la derecha.

El candidato del Pacto Histórico seguirá surfeando la ola política, meticuloso, respondiendo a las crisis, generando debates y poniendo agenda, apostando siempre por las ideas sobre los ataques personales. Así ha sido su vida, así ha sido su historia como líder de la oposición, tal como lo señala en su libro “Una vida, muchas vidas”.

Simón Rubiños Cea

Consultor y asesor político. Coordinador del Grupo de Investigación en Desarrollo Territorial, Paz y Posconflicto (GIDETEPP-UNAL) e investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG)

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