Trascendencia de los jóvenes en la política colombiana

Los jóvenes en Colombia, como sujeto político, necesitan nutrirse de conocimientos, al igual que cuestionar aquellos, fehacientemente admitidos, para poder aceptar decisiones que resultarían acertadas y benéficas para el país.

Para nadie es un secreto que los jóvenes representan una cantidad considerable al momento de votar por su candidato preferido en un proceso electoral. Así como también es de reconocer que este grupo social está siendo bombardeado, constantemente, con información e ideas que entran en sus mentes de forma arbitraria, sin ser muchas veces estudiadas por ellos mismos.

Para afirmar tal situación no veo necesario presentar datos o gráficas que corroboren lo mencionado. Basta solo con escuchar cómo se manifiestan muchos de estos, y notar que, al momento de brindar razones en favor de lo que ellos consideran correcto, no utilizan argumentos claros, o peor aún, evaden sustentar sus pensamientos.

En las pasadas elecciones presidenciales los jóvenes generaron millones de votos que, sin lugar a duda, fueron y siguen siendo determinantes al momento de la escogencia de quien nos represente. Muchos de estos votos fueron motivados por afinidades a corrientes progresistas que a largo plazo constituyen un peligro para la sociedad.

Dichas corrientes penetran el corazón de este grupo poblacional –mi grupo poblacional– debido a que se muestran como una esperanza y tocan fibras internas. Es por esto por lo que se consienten, la mayoría de las veces, sin medir las consecuencias que son capaces de provocar. Los jóvenes necesitan meditar si aquello que se muestra como lo beneficioso lo es en realidad.

Es por esta razón que aprovecho estas líneas para invitar a toda la juventud a replantearse muchos pensamientos que han sido fijados por otros, y a estudiar realmente lo necesario para adoptar posturas que sean verdaderamente idóneas para influir provechosamente en los resultados de las elecciones que se darán el próximo año. Es indispensable que todos los jóvenes estudiemos a profundidad las diferentes posturas y escojamos aquella que sí dé a conocer lo que queremos para nuestro país, pensando claramente en nuestro futuro.

Aunado a lo anterior, reflexionar acerca de distintas situaciones que hoy en día enfrentan países hermanos como Cuba, Nicaragua y Venezuela (en especial este último), lo cual, en gran medida, ha inspirado el presente escrito. Venezuela fue hace muchos años un país próspero que brindaba oportunidades laborales, incluso a extranjeros, y que tristemente, a causa de la equivocada decisión de sus ciudadanos en un pasado, ahora lucha por deshacerse de un régimen socialista y empobrecedor atracador de la libertad de su gente.

Como joven, la situación de mi país me resulta preocupante, en la manera en que la cabeza de este, encarna ideas paupérrimas que se disfrazan de escudos de la libertad, engañando así a muchas personas embelesadas por el ideal de una “sociedad igualitaria”. Desde el fondo de mi corazón deseo que este año, que ha comenzado tan agitadamente, signifique para todos mis lectores un nuevo comienzo, en el que los pensamientos que tenemos muy aceptados e interiorizados sean objeto de análisis para lograr identificar si son convenientes y fructíferos, o no.


La versión original de esta columna apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Mayta Bolaño

Activista por las ideas que considera correctas. Escritora y conferencista. Estudiante de Derecho de la Universidad Libre Seccional Barranquilla. Cuenta con estudios de Diplomado en Cultura Democrática para La Paz y en Coaching para el Liderazgo.

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