Amar y maltratar

no parece ser tan claro en cuestiones sentimentales que el que maltrata, mata, hiere, es un enfermo, alguien que requiere de mucha ayuda y con quien se debe tomar distancia ante cualquier signo de violencia.


Las caricias se convierten en golpes, las palabras bonitas en dardos que van penetrando en lo profundo de la consciencia y de los sentimientos, los detalles en diversas formas de abuso y así empiezan muchas historias que pasan de apasionados amores a episodios de terror. La violencia intrafamiliar tan sonada en los últimos años trae consigo un dilema y un fuerte debate, ¿por qué abusar del que se dice amar?

Cada diecisiete minutos aproximadamente, una mujer fue víctima de agresión en un reporte del 2021 en Colombia. Además, en esos casos donde el atacante es una pareja o expareja, la proporción es de 7 mujeres  frente a un hombre que denuncian ser víctimas (Sisma, 2022)[1].  En las últimas semanas, por redes sociales abundan las “denuncias públicas” en contra de los diversos agresores. En muchas de las ocasiones, la víctima sube videos e imágenes de un fuerte contenido gráfico, que logran captar la atención inmediata de los usuarios que ven (a veces con morbo) siluetas ensangrentadas, cortadas, morados, gritos, como si se tratase de un espectáculo de una película de suspenso o terror. Precisamente los casos más conocidos son aquellos que se divulgan a través de medios digitales y que han generado mayor indignación si se trata de una figura mediática o si el perpetrador es un funcionario público.

La violencia no es un fenómeno reciente, incluso para algunas culturas y según la propia historia, ese maltrato está justificado por alguna absurda razón. Pero en medio de un marco general de derechos, al menos hoy para Colombia y gran parte del mundo es un delito y constituye un atentado contra la propia dignidad de cada ser humano, el ser sometido a cualquier tipo de maltrato, violencia y agresión. Sin embargo, estos abusos siguen estando vigentes en las relaciones y aunque se ha señalado que es causa de cierto rezago histórico que creó unos estereotipos fuertes de masculinidad y vulnerabilidad en hombre y mujeres, la atención en la actualidad debería centrarse en la educación y la concepción que tenemos acerca de amar y respetar.

Películas y series de televisión, suelen trasmitir relaciones muy apasionadas, pero llenas de mensajes posesivos como el “eres mío o mía”. Se incluyen discusiones y largos dramas que pueden ser entretenidos, pero la realidad dista mucho de lo que predican como normal y adecuado. Por esto, no parece ser tan claro en cuestiones sentimentales que el que maltrata, mata, hiere, es un enfermo, alguien que requiere de mucha ayuda y con quien se debe tomar distancia ante cualquier signo de violencia. Su propia visión está corrompida y puede terminar en la locura. Ante estas situaciones es necesario abordarlas con cuidado y atención, más porque en muchas situaciones la separación es más complicada si se depende económicamente del abusador y muchos casos quedan en el silencio de la propia víctima.

Hoy, debería hacerse énfasis en los valores, en el respeto al ser mismo, en cómo los padres se tratan a ellos mismos, en que educación damos a niñas y niños. Aún más en cuál es el uso de las redes sociales, porque algo que llama la atención es que antes de que todo salga a la luz, en ese mismo espacio que después será el escenario para denunciar, se publican idílicas relaciones. Se postean declaraciones de amor, se suben fotografías dándose muestras de cariño y luego todo se desvanece mostrando la cruda realidad. Al momento de denunciar no es suficiente hacerlo por estos medios, debe acudirse a la vía legal y aún existe un largo camino para que la administración de justicia sea más pronta y oportuna.

Amar se trata de un ejercicio libre, cordial y servicial; aun cuando el agresor diga lo contrario y quiera justificar sus conductas o pedir falso perdón después de golpear a su pareja (porque vuelve a hacerlo), intentando así aliviar lo que no puede curarse, amar nunca podrá significar maltratar.


Todas las columnas de la autora en este enlace:  https://alponiente.com/author/mcforero/


[1] Corporación Sisma Mujer. (2022). Día Internacional de la Mujer 2022. Violencias contra las mujeres y participación en el mercado laboral. https://www.sismamujer.org/wp-content/uploads/2022/03/VF-Boletin-8M-2022-1.pdf

María Camila Perdomo Forero

Estudiante de derecho, he participado como líder voluntaria en organizaciones sin ánimo de lucro y activamente como monitora en proceso de lectura y escritura en la universidad. Me intereso por la literatura, la política, los derechos humanos y la escritura como forma de expresión del conocimiento, arte y ciencia.

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