No es Quintero Calle, es el IPP y adelante con la Revocatoria

En el último año -octubre de 2020 a octubre de 2021- el Índice de Precios al Productor (IPP) aumentó 14,6%. Esta es una noticia mala para los habitantes de Medellín y de toda Colombia porque las tarifas de los servicios públicos domiciliarios aumentan al ritmo del IPP. Según la regulación, cada vez que el IPP acumula una variación de cierto porcentaje, las tarifas lo hacen igualmente. Es por eso que las tarifas de los servicios públicos domiciliarios han venido aumentando aceleradamente y continuarán haciéndolo en el futuro si el IPP continúa aumentando a ese ritmo.

Esa es la razón principal por la cual los ingresos de EPM, al tercer trimestre de 2021, aumentaron 30% con relación al mismo período de 2020. La otra razón es que el anterior fue un año de cierre económico a causa de la pandemia. Este crecimiento se traduce en notable aumento de la utilidad neta del Grupo EPM que llega los 2,8 billones de pesos en el tercer trimestre y que seguramente superará los 3,5 al finalizar el año.

Esto hay que decirlo pronto antes de que, con su habitual desparpajo, Quintero Calle salga a decir que esos resultados son obra de su extraordinaria gestión que le ha permitido sacar a EPM de la calamitosa situación en la que la encontró a su llegada a la alcaldía cuando estaba en las garras de los chupa-sangres del GEA.

Lo que diga Quintero Calle no importaría mucho pues ya nadie, ni siquiera los turiferarios que lo cubren de alabanzas, cree las fábulas que salen de su caletre calenturiento. Sin embargo, a la luz de su desempeño reciente, preocupa lo que pueda este hombre hacer con tan ingentes recursos.

Se necesitaron 65 años para que EPM llegara a los 6.000 empleados, en poco menos de dos años, Quintero y sus gerentes títeres le metieron cerca de 800 más. Ninguna esperanza puede cifrarse en una junta directiva bruta, ciega, sordomuda, torpe, traste y testaruda como dice la canción Shakira.

Tampoco hay que hacerse muchas ilusiones sobre el destino de las transferencias – no menos de 2 billones – que el próximo año recibirá el municipio. Ahí están los amigotes de la “coalición”, sus oenegés y sus colectivos con las fauces abiertas para tragarse esos recursos en contratos directos de esos que tienen por objeto “aunar esfuerzos por la convivencia multicultural en una sociedad diversa” y otras linduras del mismo jaez.

¿Y los organismos de control? Bien, gracias preguntar.

Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen y los errores se pagan con plata, dice la sabiduría popular. Estamos pagando el error gigantesco de haber elegido a Quintero Calle. La revocatoria nos da la oportunidad de dejar de merecerlo más pronto que tarde, ahorrar mucho dinero y aliviarnos la desazón permanente que produce ver la forma en que acaba con todo lo que los medellinenses queremos. Adelante con la revocatoria.

Luis Guillermo Vélez Álvarez

Economista. Docente. Consultor ECSIM.

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