Un adiós y un nuevo comienzo

A medida que vamos creciendo en años también lo hacemos en conocimiento, y, si nos esforzamos lo hacemos en virtud y valores; desde la universidad he tenido profesores, amigos y compañeros que me han llevado a querer mejorar varios aspecto de mi vida o por lo menos a intentar ser una mejor persona, por ello hoy soy un hombre convencido en que el país necesita una ciudadanía activa que crea y ayude a construir instituciones democráticas sólidas y confiables, líderes políticos cercanos, auténticos y con una mínima preparación académica para ostentar cargos públicos y de elección popular, pero sobre todo creo que nuestro país necesita personas que vean en Dios, la ética, los valores y principios la hoja de ruta para llevar a Colombia a buen puerto.

Durante varios años (desde su fundación para ser más exacto) pertenecí al Centro Democrático, allí tuve la oportunidad de conocer personas que trabajan con convicción en la construcción de una mejor sociedad, y a ellos quiero agradecerles por su amistad, su trabajo y cariño. Especial gratitud a Simón Molina, hoy concejal de Medellín, quien me abrió las puertas para trabajar por nuestra Ciudad desde el Concejo Municipal. De igual manera, a los demás corporados que trabajan con disciplina, amor y convicción por sus regiones, por nuestro país y fieles a sus principios, a ellos mis respetos.

Hace algunos meses tomé la decisión de renunciar al partido Centro democrático (CD), diferentes razones me llevaron a esta disposición, en especial, que en mi forma de ver y sentir el CD perdió el norte por el cuál fue creado, las diferentes casas políticas de antaño son quienes hoy mueven las fichas e intereses dentro de la colectividad ante una directiva silenciosa e inactiva. También forma parte de mi motivación de renuncia, que algunas personas dentro del partido han puesto intereses políticos y electorales por encima de principios y valores, aquel centro democrático que luchaba por millones de colombianos en el año 2013, hoy se ha desdibujado.

Mis principios, valores y creencias me conducen a creer en una mejor sociedad, donde Dios y la familia sean un pilar fundamental, la libertad una realidad no un sueño, y, la responsabilidad en cumplir con nuestros deberes sea una necesidad del corazón; que nuestros niños sean protegidos desde su nacimiento, que nuestros jóvenes tengan más y mejores oportunidades, nuestras ciudades sean seguras, el desarrollo sostenible llegue a todos los rincones del país y las empresas puedan generar más empleos y oportunidades para todos.

Quiero agradecer a mi Familia y amigos que me han acompañado en esta carrera, a ustedes me debo y por ustedes es que cada día saco motivación para esforzarme académica, profesional y personalmente, espero algún día representarlos con orgullo, tranquilidad y serenidad.

 

Santiago Narváez Lombana

Ingeniero de Producción-Universidad EAFIT, MBA, lector y deportista.

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