Por: Nerea Palma y Gastón Alvear [1]
En el primer spot de la franja electoral, para la primaria presidencial de 2021, Gabriel Boric se subió a su árbol favorito de Punta Arenas, desde el cual se puede ver toda la ciudad y el estrecho de Magallanes. Desde entonces, los árboles se han utilizado como símbolo entre los simpatizantes del actual presidente de Chile. En esta columna hacemos un repaso de lo que fue uno de los hitos claves del primer de gobierno del exlíder estudiantil y buscamos responder la pregunta: ¿Los árboles no dejan ver el bosque?
El presidente fue parte de la creación de la tercera fuerza política del país, la coalición de partidos llamada Frente Amplio, en conjunto con sus compañeros y compañeras del movimiento estudiantil, quienes en la actualidad siguen en su mayoría siendo parte de la arena política chilena. Desde su fundación criticaron el actuar de la coalición de centro-izquierda histórica del país –Concertación—que abarcaba todos los partidos que hicieron campaña contra la dictadura de Pinochet, y que terminaría gobernando Chile desde 1990 hasta 2010 con el triunfo de Sebastián Piñera. En la actualidad la Concertación no existe como coalición, pero pareciera que su alma sigue viva en algunos partidos que la conformaron. Algunos de ellos son Ministros, subsecretarios u ostentan algún cargo dentro del poder ejecutivo liderado por Boric.
¿Cómo es posible que convivan estas dos almas bajo un mismo gobierno?, ¿cómo se concilian diferentes miradas sobre lo político y el proyecto país? En un país que desde el regreso a la democracia tuvo que aprender a negociar y cooperar por leyes y situaciones informales (negociación fuera de instancias oficiales), el actual gobierno ha tenido que negociar tanto con sus propios partidos colaboradores dentro del aparataje estatal, como de oposición, y dejar de lado las disputas y miradas de corto plazo de lado. Después de todo, la concentración en los árboles más cercanos sin mirar el bosque completo no rindió los frutos esperados ni necesarios para llevar adelante la agenda de gobierno y crear grandes mayorías para los acuerdos que el país necesita. Especialmente luego del estallido social de 2019.
Este gobierno debe ser una antesala para los siguientes años del presidente Boric y una guía para los futuros gobernantes de Chile, entendiendo que se abrió la puerta para nuevos partidos, nuevas demandas necesarias para el país, pero que requieren de un impulso y agenda a largo-plazo mirando el bosque completo. Hoy no se puede perder el espíritu político de creación de acuerdos y negociaciones entre todos los agentes, en especial después de perder el plebiscito del 4 de septiembre y la –hasta el momento—fallida reforma tributaria necesaria para el país. Por ende, dejamos el mensaje para los gobiernos de nuestra región, que no se pierda la capacidad de negociación y cooperación con mis propios aliados y quienes son parte de la oposición.
[1] Nerea C. Palma:
Cientista política, candidata a Doctora en Ciencia Política por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Se especializa en temáticas de investigación de comportamiento y participación electoral y opinión pública. Actualmente es académica de dos universidades chilenas: Universidad Diego Portales y la Universidad Alberto Hurtado. Es parte de la red de politólogos. Representante General de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política Joven.
Gastón O. Alvear:
Maestro de Investigación en Política Comparada FLACSO Ecuador y Cientista Político de la Universidad Diego Portales – Chile, miembro del Comité Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana de Ciencia Política Joven (ALACIP Joven). Actualmente es profesor ayudante en la Universidad Diego Portales, ha sido coordinador y observador electoral nacional e internacional para diversas instituciones internacionales.
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