Nuevas talanqueras para la minería

Se conoció un borrador de una resolución del Ministerio de Ambiente que pretende cobijar a varios municipios del Suroeste antioqueño para declarar por precaución y de manera temporal, zonas de protección y desarrollo de recursos naturales renovables”.


En teoría, la minería, petróleo y proyectos hidroeléctricos se pueden hacer en zonas donde no hay reservas naturales ni páramos. Si hay indígenas, se debe hacer consulta previa con estas comunidades. Sin embargo, cumplir con estos criterios no es sinónimo de que esos proyectos se vuelvan realidad. El recorrido es largo.

El primer paso, es empezar a estudiar el territorio donde está ubicado el proyecto de interés desde los componentes ambientales, sociales, económicos para que a medida que se vaya recolectando la información, los interesados determinen la viabilidad de su desarrollo. Si la respuesta es afirmativa, deben continuar con el proceso de licenciamiento ambiental, es decir, hacer un Estudio de Impacto Ambiental donde le cuenten a la autoridad encargada de aprobar el proyecto (para pequeña y mediana escala en Antioquia las entidades son Corantioquia y Cornare, y de gran escala es la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales ANLA), cómo está el territorio sin proyecto desde los componentes anteriormente enunciados, cómo se va a impactar ese lugar con la operación del proyecto y cuáles son las propuestas para mitigar, compensar y/o remediar los impactos generados.

Si la autoridad ambiental considera que son mayores los impactos negativos que los positivos, no aprueba su desarrollo. En el Suroeste Antioqueño, hace unos diez años aproximadamente, se negó el proyecto hidroeléctrico Cañafisto, que lideraba la empresa Isagén, que iba desde Anzá (Occidente antioqueño) hasta La Pintada por posibles afectaciones al Bosque Seco Tropical.

Actualmente hay tres tipos de respuesta a las solicitudes de licencia ambiental: negación, que fue el caso de Cañafisto con Isagén, donde definitivamente el proyecto no va; archivo, que significa que la empresa interesada en desarrollar el proyecto no suministró toda la información requerida por la autoridad ambiental y por tanto, la empresa debe empezar un nuevo estudio en el que se complemente la información requerida; y finalmente, el caso de la aprobación, donde se considera que el proyecto cumple y puede avanzar con la construcción y posterior operación.

Sin embargo, las reglas de juego en el actual gobierno nacional parecen estar cambiando, hace dos años, la ANLA archivó la licencia ambiental del proyecto Soto Norte en Santander y el año pasado la del proyecto Quebradona. Ambas empresas continúan trabajando en lograr la información faltante que determinó la ANLA y cuentan con título minero (permiso) que el mismo Estado otorgó años atrás.

El pasado viernes 3 de febrero, el presidente Petro desde Málaga, Santander, afirmó que no va a permitir que Minesa (hoy Aris Mining) avance con su proyecto en la región y cuando estuvo en Jericó, el 14 de enero, también dijo que en su gobierno no se iba a avanzar con la minería en el territorio, cuando estos proyectos ni están ubicados en reservas naturales, ni páramos ni tienen comunidades étnicas.

Incluso, hace pocas horas se conoció un borrador de una resolución del Ministerio de Ambiente que pretende cobijar a varios municipios del Suroeste antioqueño para declarar por precaución y de manera temporal, zonas de protección y desarrollo de recursos naturales renovables que impediría “temporalmente” el desarrollo, no solo de actividades mineras sino de infraestructura y obras públicas como vías.

El gobierno nacional, que al mismo tiempo viene hablando de la importancia de encontrar más yacimientos de cobre, níquel, litio y otros minerales que le den impulso a las energías limpias como el que está en Jericó, debería darles garantías a estos proyectos para demostrar si son positivos para el país y si pueden coexistir con las vocaciones de los territorios y el medio ambiente, si se logra, ganamos todos. Si no se logra, al menos tuvieron la oportunidad de estudiar en detalle; de lo contrario, va a ser complejo que las empresas del sector se animen a invertir en exploración.

*Empleado de Minera de Cobre Quebradona.


Todas las columnas del autor en este enlace: https://alponiente.com/author/joche0916/

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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