Limpios desde adentro

Ver el vaivén de la vida que  nos envuelve nos va llevando hacia un camino del cual no conocemos ni su principio ni su fin, pero que tampoco nos importa, que los ruidosos tráficos de las ciudades nos alteran tanto que solo quisiéramos pitar o teletransportarnos  para llegar a casa hacer el tan anhelado ocio,  porque venimos de lugares donde no somos felices donde se construyen imperios para emperadores que ni el nombre nos sabemos, por qué trabajamos para sobrevivir, pero como de un momento a otro en esos momentos de ocio como nos enseñaron en casa que descansar es ver tv y no meditar o leer, nos empiezan a inundar los medios de una gran cantidad de mensajes que nos hacen sentir orgullosos de  pertenecer a este territorio, en el que el amarillo se vuelve el color emblemático, en el que el trafico ya no nos importa porque tenemos la oportunidad de pitar más con una melodía estándar para apoyar   un equipo que tiene todo un país paralizado, porque nos dio la oportunidad de vendernos como una nueva nación en la que prima la diversidad de su flora, de su fauna, la calidez de la gente, la belleza de sus mujeres, el trabajo en equipo, la superación, porque para quienes han aprovechado este momento de euforia que vive esta nación  le han sacado partido total, vendiendo un país que antes del 13 de junio muchos ni sabían donde encontrarlo en el mapa,   se han preocupado más por como celebrar, con la fe puesta en que vamos a ganar; pero mientras todo esto pasa con todo y nuestro vivos colores seguimos siendo el país de los capos, de las barreras invisibles, en el que trabajar en lo sea es un orgullo porque “todo trabajo es digno” en el que hay que rebuscarse los tres golpes del día pa uno y pa alguno de la familia que no quiere hacer nada y toca para que la viejita no deje de comer por dársela a él, en el país en el que se presume democracia pero donde la gente le importa más el futbol que salir a ejercer su derecho de ser ciudadano para escoger a  quien pensara por todos en los próximos cuatro años, en que la niña entre más pequeña este más corta debe ser su falda y en el que el niño entre más pequeño este mas baroncito se tiene que mostrar, acabando con una inocencia que años atrás era un tesoro preciado y que hoy  a los diez años de vida ya está estorbando, pero  con todo y sus goles y la pasión que nos contagia a todos la victoria que estamos saboreando  seguimos caminando y viendo el hambre en la calle, seguimos viendo noticias de desaparecidos, gente que no tiene un techo donde refugiarse esta noche e incluso muertos que deja esta pasión bien sea por riñas o por inconscientes bebedores.

¡¡Y si!! claro que todos queremos que nuestra selección gane, que cuando entremos a un país lejano no tengamos que explicar “Colombia sí; por ahí por Brasil” si no que podamos llegar a otro país y cuando digamos Colombia nos miren como el país del buen futbol que irradiemos victoria, juego en equipo, insistencia y persistencia, tenemos que llenarnos primero nosotros de amor por lo nuestro porque lo que se quiere no se descuida, por solidaridad con todos; por que como diría mi abuela hay que salir limpio de casa, para que en la calle no olamos maluco y nos dejen entrar donde queramos.

 

[author] [author_image timthumb=’on’]https://fbcdn-sphotos-f-a.akamaihd.net/hphotos-ak-xfp1/t1.0-9/10489758_1452707611653766_1928709471960845853_n.jpg[/author_image] [author_info]Luisa Fernanda Ramirez 29 años, estudiante de administración de empresas UNIVERSIDAD SAN MARTÍN, tecnologa en gestión financiera TECNOLÓGICO DE ANTIOQUIA, técnica en gestión bancaria SENA trabajo en el sector financiero. Escritora inexperta pero escribo con el corazón. [/author_info] [/author]