La minería y el mazamorreo del oro en el “oriente cercano”

El Municipio de Medellín, dotado por la naturaleza de una gran riqueza, especialmente en las montañas orientales, muestra potencialmente un gran pasado en el desarrollo de la minería y el mazamorreo auríferos; son acciones con un punto de partida dentro del cual no se ha considerado su lugar de inicio, su desarrollo histórico cultural; son espacios para el desarrollo de nuevos hábitos ciudadanos pero sin contemplar la evolución histórica del entorno cambiante, ni su influencia en los modos de vida, ni las maneras de la explotación aurífera, se han negado las formas de hacer trueque, comercio; igualmente, no hemos contemplado las acciones administrativas y/o gerenciales, a fin de generar ganancias y la acumulación del capital regional, a partir de la minería y el mazamorreo del oro.

OBJETIVOS.

General.

Activar los procesos de memoria y patrimonio cultural y natural para la construcción de cultura ciudadana, llevándonos al fortalecimiento y promoción de las expresiones culturales, a través de espacios y mediadores que integren la educación y la cultura.

Específicos.

  1. Rescatar para lo citadino y lo cultural el Territorio de Piedras Blancas.
  2. Reconocer y salvaguardar el patrimonio del corregimiento de Santa Elena, destacando la región de Piedras Blancas, en el campo de la minería y el mazamorreo del oro.
  3. Identificar otros posibles bienes materiales e inmateriales del corregimiento para potenciales estudios patrimoniales.
  4. Crear interculturalidad, más allá de la identidad y de la multiculturalidad, un camino hacia la Apropiación Social del Patrimonio.

 

CAMINO HACIA ARVI.

PLANO N° 1. INGRESO AL VALLE DE LOS AVURRAES.

EL TERRITORIO DORADO.

Una vez regresó al “real”, partió de aquella provincia de avurra, otro día después de San Bartolomé y se fueron al sábado en la ubicación de un pueblo que se dice llaman torvura, luego bautizado por los peninsulares como los tahmies; les preguntó el capitán robledo por la tierra y las edificaciones construidas en el otro lado de avurra, suministrándole como respuesta, “que adelante estaban las provincias de nutave y urezo y que su jefe había destruido aquellas antiguallas y que tenían mucho oro, tumbas, demarcadas todo en oro y les contaron la historia de la destrucción en avurra”. Juan Bautista Sardella, Escribano del Capitán Jorge Robledo, septiembre, año de 1541.

El Corregimiento de Santa Elena, representa un atractivo vivo y permanente del Valle de Arvi, espacio de las Piedras Blancas. Representa uno de los centros auríferos destacables de la era minera del oro, en el “Oriente cercano”: la cuenca alta de la Quebrada Piedras blancas y la altiplanicie sur oriental. La construcción del territorio, influyó de manera significativa, creando un marco dorado para el desarrollo y crecimiento de la villa de nuestra señora de la candelaria de Medellín, desde fines del siglo XV.

La economía colonial del Nuevo Reino de Granada fue esencialmente minera, giró alrededor de la explotación del oro. Las autoridades debieron controlar lo relativo al beneficio y explotación de los yacimientos de aluvión y de veta. Una de las más importantes regulaciones de esta actividad fue la expedida por Gaspar de Rodas en 1587, promulgada a raíz de los descubrimientos de las minas de Zaragoza y zonas adyacentes. Este ordenamiento partía del principio planteado en las Siete Partidas de Alfonso X El Sabio, sobre la propiedad del subsuelo.

LA COLONIA EN EL TERRITORIO DE LAS PIEDRAS BLANCAS.

En el valle de Guarne y a la quebrada Honda, en fecha aproximada de 1645, tierras que constituye el límite más extremo de la provincia de Santa Fe de Antioquia, se procedió, en presencia del representante de la iglesia, a repartir ríos y quebradas, en palabras de Fernando de Toro Zapata, “les he de dar y señalar a cada uno lo que le tocare. podrán entablar un real de minas, con esclavos negros en ríos y quebradas “.

De esta adjudicación surge, oficialmente, los tres primeros con derechos para aprovechar minas de oro de aluvión a nombre de la corona española, en la “tierra donde brota el oro “de la región de Arví entre las Piedras Blancas, el capitán Don Diego Beltrán del Castillo (natural de Miranda de Ebro, España), el propio Fernando de Toro Zapata y su otro cuñado, juan García de Ordaz y Figueroa, territorio denominado con el pasar de los años, como Piedras Blancas.

Ante el agotamiento de los centros mineros de Zaragoza, remedios, Santafé de Antioquia, Cáceres, la nueva zona minera comenzó a ser explotada alrededor de 1634, ubicadas en las zonas altas antioqueñas. En el año de 1644, ya se otorgaban con frecuencia capitulaciones, las cuales apoyaban el descubrimiento de minas en esta zona (Suárez Pinzón 1993, 141, Parsons 1997, 78).

Es importante anotar que, si bien la explotación del Valle de Aburrá fue bastante limitada y nunca llegó a ser considerada como un centro minero, si se constituyó un puente para llegar a otras zonas, como las explotaciones en Guarne y La Mosca, en actividad desde 1644, y de allí hacia Rionegro en 1650, Santuario en 1661 y Piedras Blancas en 1668.

Hacia el oriente del Valle de Aburrá se encuentran en producción para este período las cuadrillas de Diego Álvarez del Pino; en la quebrada Pantanillo la de Facundo Ramírez de Herrera; en varias minas de Rionegro las de Rodrigo García Hidalgo. En Piedras Blancas las de Felipe de Herrera; en las quebradas La Honda, Brizuela y La Jacinta las de Cristóbal de La Parra, hijo; y en La Mosca, las de Ana María de Toro Zapata (Suárez Pinzón 1993,150). Las gravillas auríferas ubicadas en los cerros de las tierras altas antioqueñas, ofrecían alrededor de Rionegro una capa relativamente superficial y delgada, fácil para su explotación.

LOS MAZAMORREROS.

La gran empresa minera se encontró en crisis y ello coincide con la consolidación de la minería de aluvión, como lo prevaleciente en la provincia para el siglo XVIII; ya desde la segunda mitad del siglo XVII comienza a presentarse en Antioquia el fenómeno del pequeño minero, del barequero, del mazamorrero, del zambullidor. Van formándose poco a poco núcleos de gente nómade, buscadores de oro.

Se fue formando una nueva clase de minero independiente, el mazamorrero, quien era una persona la cual trabajaba una mina con menos de cinco (5) esclavos o trabajadores libres; igualmente, da lugar a una agricultura de subsistencia ejercida por mineros independientes. Este laboreo de mina, no contribuía a los Quintos Reales y así permite en algunas ocasiones, acumular una pequeña fortuna o riqueza y ascender socialmente.

LOS MAZAMORREROS EN PIEDRAS BLANCAS.

La existencia de mazamorreros en la mina de Piedras Blancas, lo corrobora una solicitud de Don Pedro del Mazo al Cabildo en el año de 1726 para un desalojo a libres sin licencia de la mina de Piedras Blancas, “mandando se arrojen de las minas de la quebrada de piedras blancas y salina de Don Pedro del Mazo los libres que allí havitan sin exercicio de sus dueños por los daños que expresan padecen, que visto por sus mercedes, dixeron le obedecían y obedecen con el respecto devido y le recusan y reciven al dicho rondon al uso y exercicio de su comisión, arreglándose al despacho “. A.H.M. Fondo Concejo de Medellín. cabildo. colonia. solicitud de desalojo de las minas de piedras blancas. tomo 6. folios 146v-147r. 1726.

En 1755 un informe detalla solamente cuatro minas explotadas en la provincia, todas ellas en la Villa de Medellín: Piedras Blancas, La Tasajera, Matasanos (cuenca de la quebrada Piedras Blancas) y en San Cristóbal.

Es Mon y Velarde quien decide firmemente matricular a los mazamorreros, en febrero de 1780. La matrícula más antigua de estos trabajadores independientes en la provincia de Antioquia, es la efectuada en la jurisdicción de Medellín en 1780 y 1786. en ella se inscribieron treinta (30) vecinos que trabajaban en minerales ubicados en los términos de la villa (cuenca de Piedras Blancas): 8 en la quebrada Piedras Blancas, 7 en el arroyo de Matasanos, 7 en la quebrada la Gurupera, 4 en la renombrada fuente de El Rosario; 4 en la quebrada Cortés (Envigado).

En 1790 había 23 mazamorreros registrados, nueve (9) de ellos en la zona de Piedras Blancas o también llamada Partido Quebrada Arriba. Algunos años más tarde, 1797, un informe de la Real Hacienda señala la existencia de 100 Reales de Minas en la provincia de Antioquia: 20 en jurisdicción de Santafé de Antioquia, 14 en la Villa de Medellín, 26 en Rionegro, 16 en Zaragoza, 17 en Cáceres y 7 en el poblado de Remedios.

Esto nos indica aún, el dominio español en la minería del oro a fines del siglo XVIII en el espacio definido como “un triángulo de minerales,” el cual representa de manera significativa, el 40% del total de los Reales de Minas en la provincia y un territorio, el “Oriente cercano” (Piedras Blancas), enmarcado en dicha zona, escenario de la creciente actividad del mazamorreo y las relaciones de producción capitalistas, cuyo camino era el suministro en alguna proporción, del “principal” para la dinámica económica de la cercana nueva ciudad de Medellín.

MONTAÑA DE MINERAL LA VETA DE PIEDRAS BLANCAS. SOCIOS CARLOS SEGISMUNDO T. VON DE GREIFF, RAFAEL MARÍA GIRALDO, JOSÉ AMBROSIO y JOSÉ ANTONIO ALZATE VÁSQUEZ. A.H.A. MINAS. TOMO 73. EXPEDIENTE Nº 4951.1853.

LA MINERÍA EN EL PARAJE MAZO.

MAPA 3. PARAJE MAZO, AÑO 1873

TÉRMINOS DE LA MINERÍA DEL ORO EN PIEDRAS BLANCAS.

La ley o acuerdo de un acueducto para la zona urbana de Medellín, acarreó a los inversionistas a ubicar sus exploraciones y explotaciones fuera del Territorio de Mazo. La Guerra de Los Mil Días, 1899-1903, generó graves consecuencias para la minería, en general para el Departamento de Antioquia. los animales con su carga eran requisados, sus habitantes mineros reclutados para la guerra y algunos empresarios o financistas de la época se fueron al campo de batalla. Las estadísticas para la zona son pobres o desaparecidas, pero algunos datos dan a conocer el bajo impacto de la guerra, dado el desplazamiento de empresarios de las zonas violentas hacia Piedras Blancas. De un número aproximado de 179 minas de nuevo y antiguo descubrimiento denunciadas entre 1881 y 1899, promedio de 9.9 por año, la cifra pasó a 172 denuncios entre 1900 y 1917, un promedio de 9.6 por año, lo cual representa una variación mínima. Incluso, entre los años de la guerra, se denunciaron 49 yacimientos para un promedio de 12.2, superando los promedios ya anotados.

Luego de los años 1904 a 1918 los 58 denuncios representan un promedio aritmético de 3.4 por año, mostrando un nivel descendente a causa de los bajos denuncios (siete) del año 1918 y al tiempo, se dan las nuevas leyes de aguas para Piedras Blancas. La minería del oro comienza entonces a desplazarse hacia la parte central del Corregimiento de Mazo, la llamada zona de Santa Elena. Poco a poco el Territorio de Mazo pierde su importancia económica derivada del oro y la sal.

La vertiginosa desaparición de los mazamorreros y barequeros del punto denominado “Tiburcio”, como modalidad importante de producción, debido entre otras causas, a la atracción de Medellín con sus llamativos jornales y una vida más cómoda. Numerosos mazamorreros abandonaron los filones y bateas de los amagamientos y quebradas del “Oriente cercano” y, el oro en polvo como medio circulante, fue desapareciendo con el paso de los años.


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Manuel Fadduil Alzate Cano

Docente en Universidad de San Buenaventura

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