Ínfulas de superioridad, pobreza oculta

Es lamentable ver u oír a un pobre humillando a otro por ser de su misma condición, quizás los complejos de superioridad por tener una casa a 120 cuotas más el 7,96% de interés, un vehículo en Chevyplan a más de 7 años, viviendo en barrio estrato 3,4 y 5 para no perder el estatus y en ocasiones no alcanza ni para el mercado de la casa, todo esto llegando hasta tal punto de terminar dentro del ejercicio de la prostitución en hombres y mujeres, dentro y fuera del país en aras de pretender mostrar una vida holgada de prestigio y riqueza.

Todo esto para llegar a una experiencia personal, resido provisionalmente en un barrio de la ciudad de Medellín por temas de estudio y cercanía a la universidad, mientras disfrutaba del fin de semana llegó un invitado al apartamento en un aguacero infernal como los que caen en Medellín. Una pareja de venezolanos transitaban gritando a todo pulmón “Por Favor, les pedimos comida que nos quieran regalar, no hemos comido” a lo que el invitado de la casa nos pide que cerremos las ventanas como señal de que no estábamos de acuerdo y empieza a decir: “Qué pereza esa gente no respeta este barrio tan costoso, vayan a pedir a otra parte, que aguanten hambre y consigan trabajo manada de gamines”, cosas que me indignó hasta el punto de terminar diciéndole: usted es un pobre más con ínfulas de poderoso.

La pandemia ocasionada por la Covid 19 nos enseñó que somos tan vulnerables y podemos pasar de una ostentosa mansión a una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), todo esto mostró una realidad de la cual desconocíamos según el portal noticioso  Blu Radio expone una radiografía de la “POBREZA OCULTA” Una realidad para muchos habitantes de estratos altos en Bogotá La Secretaría de Integración Social alertó sobre la existencia de los llamados “Pobres Vergonzantes”. Es decir, personas que viven en estratos altos de la ciudad, pero que asisten a los comedores comunitarios porque sus recursos no les alcanzan para su sustento, BLU Radio habló con Clara, una mujer de 62 años, que vive en Chapinero Alto, asiste a un comedor comunitario de la ciudad y que ha sufrido las consecuencias de la pérdida del empleo de su esposo. “Nosotros los que vivimos esta situación somos muy orgullosos, pero viendo la situación nos vimos en la obligación de pedir ayuda a la Secretaría de Integración Social”.

Podemos seguir hablando de los múltiples ejemplos de la pobreza oculta, no solo en la capital del país sino también en otras ciudades como Medellín, poblado envigado y hasta en lugares donde no creemos que exista la pobreza. ¿Será que todo esto tiene un trasfondo? De una sociedad vacía la cual profesa virtudes como la humildad, la generosidad y la solidaridad, pero todo ello es un discurso populista asociado a conceptos religiosos.

La vida no hace concesiones con nadie.


 

Joan Steven Zuñiga Pacheco

Estudiante de derecho de la universidad Santo Tomás Sede Medellín y Estudiante de Administración pública Territorial en la escuela superior de Administración Pública ESAP.

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