Otra vez al cansancio con la política (tamayazos)
Partiditis: inflamación infecciosa en los partidos cuando están metidos hasta el cuello en sus propias aguas estancadas.
Demasiados partidos políticos -PSOE, PP, Ciudadanos, Más Madrid- en estas horas vertiginosas solo han pensado en su trasero. Es el típico comportamiento que aleja a la gente de la política. Evidente. Los tamayazos, como el de Murcia, son vomitivos. Pero lo que se ha movido a su alrededor no huele menos.
Las élites económicas se inventaron a Ciudadanos poniendo dinero y, sobre todo, apoyándoles en sus medios de comunicación. Es la foto de Colón, amparada por Aznar y la FAES. Cuando les salió rana por la ambición de Rivera, las élites apostaron fuerte a la carta de VOX.
Pero el problema viene de lejos. Lo que ha arrancado con el esperpento de Murcia son los últimos coletazos del bipartidismo y los intentos desesperados de evitar lo inevitable: que a España ya no la representan ni el PSOE ni el PP ni los intentos de las élites de forzar la existencia de partidos que actúen como muletas del bipartidismo. La politiquería ya no funciona. Y lo que pudo parecer una buena idea en la cabeza de un spin doctor se convierte en un disparate que aleja a la gente de la política. Irresponsables.
Las élites económicas se inventaron a Ciudadanos poniendo dinero y, sobre todo, apoyándoles en sus medios de comunicación. Es la foto de Colón, amparada por Aznar y la FAES. Cuando les salió rana por la ambición de Rivera, las élites apostaron fuerte a la carta de VOX. Ciudadanos tenía que recuperar los votos que perdía el PP y quitarle votos al PSOE, no terminar de resquebrajar al PP. Recordemos que VOX votó el Fondo de Reconstrucción porque se lo mandó la patronal. Son más extremistas pero más obedientes.
Ciudadanos siempre fue una mentira
Ciudadanos ya estaba condenado a muerte por su inconsistencia ideológica. Se acercó demasiado a VOX y se quemó como Ícaro. La foto de Colón no se rompe porque toda la derecha se haya acercado a la extrema derecha. Se rompe porque era un constructo sin base y les salió mal, como a veces ocurre con los experimentos. Porque la ambición es una variable independiente en la política de partidos. Y construyes monstruos inflando las encuestas, llevándoles a las tertulias, regalándoles entrevistas fáciles, y terminan creyéndoselo.
Ha sido que Ana Rosa Quintana y la Brunete Mediática madrileña retire el apoyo a Ciudadanos y ya parecen bolivarianos castrocomunistas atacando a los pobres medios de comunicación.
Es espectacular leer al Vicepresidente Aguado decir en twitter: «Controlan medios de comunicación, ponen y quitan tertulianos, alteran las encuestas para condicionar el estado de ánimo de la opinión pública. Son muy poderosos, no hay duda. Pero nunca podrán quitarte la capacidad de pensar por ti mismo, de ser crítico y libre. ¡Vamos Cs!».
Ha sido que Ana Rosa Quintana y la Brunete Mediática madrileña les retire el apoyo y ya parecen bolivarianos castrocomunistas atacando a los pobres medios de comunicación. A ver cuánto tarda gente como Toni Cantó en dar otro salto a otro partido.
El PP vuelve a parecerse a AP
El PP ha intentado a la desesperada reencontrarse con el centro porque el bloque de la derecha no puede gobernar sin el centro, sin Euskadi y sin Catalunya. Pero su alma franquista y los millones que han robado a España, a la que tanto quieren, no le han dejado. Pablo Casado, un cachorro de Aznar, confió en disputarle el espacio a VOX con la ayuda de Cayetana Álvarez de Toledo. Sin éxito, sino todo lo contrario. Lo que han logrado ha sido invitar a su electorado a votar a VOX, como se ha visto en Catalunya. Cuando quiso regresar al centro durante la moción de censura de VOX, ya era tarde.
Otra vez Aznar y Esperanza Aguirre, con la desmesura ejecutora de Miguel Ángel Rodríguez, retomando las raíces reaccionarias de la derecha española. No va a tardar mucho para que Díaz Ayuso diga: «puedo disparar a alguien en mitad de la Gran Vía y me seguirán votando»
El PSOE ha hecho todo lo posible para romper a Unidas Podemos, incluyendo alimentar la ambición –otra vez la ambición de la politiquería- de los que rompieron Madrid y le entregaron la alcaldía al PP. El PSOE intentó una gran coalición de Susana Díaz y Mariano Rajoy, amparada por Felipe González, pero un azar llamado Pedro Sánchez lo desbarató. Aunque no del todo. Sánchez ha intentado constantemente apoyarse en Ciudadanos, porque así evita asumir esa nueva gobernabilidad de España que pasa por Unidas Podemos. La aventura de Murcia, aunque pudiera beneficiar a los murcianos que salen de un PP corrupto e ineficiente que ha matado el Mar Menor y la economía murciana, tiene un objetivo mal articulado: salvar al soldado Ciudadanos. Pero se ha llenado demasiado de mierda. Los tres tránsfugas de Ciudadanos, comprados por el Partido Popular y aireado como si fuera una gesta heróica por Teodoro García Ejea, puede tener una vuelta de tuerca más convenciendo después a tres expulsados de VOX. Los murcianos se merecen algo mejor.
A Arrimadas le viene todo grande y lo único que han hecho ha sido abrir la caja de los truenos. Con dos conclusiones: primero, Ciudadanos va a desaparecer. Una parte se va a ir al PP y otra a VOX. Porque viene del tronco de la derecha española y no ha hecho nada para ganar espacio en el centro. La foto de Colón tenía detrás ideología compartida. Segundo, el PP entra en la noche y puede pasar cualquier cosa. Díaz Ayuso ha aprovechado la moción de censura en Murcia para dar su pelea por el PP desde su mirada aznarista: reconstruir la derecha con VOX, frente al planteamiento de Feijoo en Galicia que era reconstruir la derecha hacia el centro. Otra vez Aznar y Esperanza Aguirre, con la desmesura ejecutora de Miguel Ángel Rodríguez, retomando las raíces reaccionarias de la derecha española. No va a tardar mucho para que Díaz Ayuso diga: «puedo disparar a alguien en mitad de la Gran Vía y me seguirán votando». El trumpismo ya está en Madrid, porque Aznar, el que mintió cuando los atentados de Atocha, ya estaba en el trumpismo mucho antes. Y Ayuso es un residuo del aznarismo y de Esperanza Aguirre.
La derecha está desesperada, y cuando estás desesperado cometes errores.
El PP de Casado está en descomposición. Se le juntan sus malos resultados electorales, el último su práctica desaparición en las elecciones catalanas, Bárcenas señalando a toda la cúpula en cuyos pechos se crió Casado, VOX llamándoles derechita cobarde y los bancos quitándole su sede porque saben que no van a levantar cabeza. Al PP de Casado solo le quedan los medios de comunicación, pero es probable que ni eso dure cuando vean que el PP está camino de su disolución.
Por eso VOX quiere elecciones. Para terminar de rematar al PP. Está cometiendo el mismo error que el Ciudadanos de Rivera. Para las élites económicas, un partido como VOX solo es la opción cuando fallan todas las demás. Quien ha entendido esa voluntad es Díaz Ayuso: reconstruir la derecha, en vez de romperla. Aunque en realidad también la va a romper.
Una derecha convertida en extrema derecha puede pensarse en Madrid, pero mintiéndose. Porque en estas elecciones, quien vote a la derecha sabe que está votando un gobierno de la extrema derecha. Ayuso ha disuelto la Asamblea de Madrid no porque sea bueno para Madrid, sino porque es bueno para su proyecto personal: pasar de dircom del perro de Esperanza Aguirre a líder de la derecha española. El PSOE de Gabilondo y Más Madrid presentaron dos mociones de censura cuando Ayuso había anunciado la disolución de las cámaras. Eso también es politiquería, digan lo que digan finalmente los jueces (que lo más probable sea que hay elecciones el 4 de mayo). Porque el ejecutivo debe poder disolver las cámaras sin que mociones sobrevenidas lo impidan. ¿No han tenido tiempo todos estos meses? Harían mejor pensando en fórmulas de unidad en vez de imitar la politiquería.
VOX está sacando del armario las boinas, los correajes y las antiguas banderas, alentado por los medios de comunicación que, a cambio de dinero, les han blanqueado al tiempo que blanqueaban el franquismo y normalizaban a la extrema derecha.
Conclusiones tristes
El PSOE vuelve a ser desleal con la izquierda echándose al monte queriendo salvar a Ciudadanos. Ciudadanos, con su intento desesperado, termina de inmolarse, lo que demuestra que Arrimadas ha perdido cualquier brújula. El PP zigzagueante de Casado se desvanece y vuelve con Díaz Ayuso y Maroto a la Alianza Popula de Manuel Fraga o a 1934, a la lógica de la Confederación Española de Derechas Autónomas, lo que le impide ganar unas elecciones generales.
VOX está sacando del armario las boinas, los correajes y las antiguas banderas, alentado por los medios de comunicación que, a cambio de dinero, les han blanqueado al tiempo que blanqueaban el franquismo y normalizaban a la extrema derecha. El PNV calla, porque todo lo que sea debilidad del proyecto de España le hace cosquillas. ERC, enfadado porque está enredado en viejos errores, se enfada aún más cuando ve que el PSOE no es coherente y sigue jugando a dos bandas.
El que rompió Madrid, ha regresado ahora a todas horas a los medios a hablar de la moción de censura en Madrid, como si la gente de Más Madrid no contaran nada en Madrid. Y encima dice que no quiere oír hablar de unidad. Mejor cabecita de ratón que cola de león. Y como todo está enredado, se judicializa la política, que es como entregarla, al menos una parte, a la extrema derecha.
Yo estoy hasta las narices de tanta politiquería pequeña, de esa mentalidad partidista tan menguada. De la partiditis. Necesitamos otra vez un poco de espíritu 15M. Digna rabia desde la izquierda.
¿Quién demonios necesita estas elecciones? De momento, el adelanto electoral en Madrid impide que lleguen 600 millones de ayudas a comercios, pymes y autónomos y retrasa la llegada de los fondos europeos. Insensata.
Podemos tiene que regresar a Madrid con el espíritu del 15M junto a todos los logros alcanzados en el gobierno de coalición. A ver si ese ánimo de unidad vuelve a recuperar Madrid para el sentido común.
Y un poco de esperanza
A Unidas Podemos le toca una enorme responsabilidad. En Madrid y en España. En un gesto de infinita generosidad, Podemos no se presentó a las elecciones en Madrid para no competir con Manuela Carmena. No sirvió de gran cosa, porque el roto ya se había hecho cuando Más Madrid decidió romper con Podemos. Para nada. Y no solamente se perdió el ayuntamiento de Madrid y no se ganó la Comunidad, sino que ahora hemos visto otra escisión más, del sector de Manuela Carmena, que se separan de Errejón. Y Manuela Carmena era la unica excusa para aquella ruptura aciaga. Politiquería. Y no recuperamos Madrid con politiquería.
Podemos tiene que regresar a Madrid con el espíritu del 15M, añadiendo todos los logros alcanzados en el gobierno de coalición. Que han sido arrancados al PSOE. Con muchísimo esfuerzo. Tiene que bajar otra vez a las calles de Madrid a contarlo. Tiene que recorrer la Comunidad de Madrid a explicar que no es verdad que España está condenada a no cambiar. Y con un discurso que vuelva a hablar de juntarnos. A ver si ese ánimo de unidad vuelve a recuperar Madrid para el sentido común.
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