«Eppur si muove»

Foto: Raul Arboleda/AFP

Las denuncias presentadas en relación con los resultados del pasado 13 de marzo para las elecciones a Congreso y consultas internas para la Presidencia, se han incrementado. En efecto, la audiencia creció. “La Registraduría del siglo XXI” no transmite seguridad, sino por el contrario, incertidumbre (…)”.


No sabemos si es verdad o fantasía, pero se ha tomado por cierto que Galileo Galilei, ante el tribunal de la Santa Inquisición para no ser llevado a la hoguera, condenado a muerte por su teoría heliocéntrica del mundo, “después de haber sido obligado a retractarse de sostener que la Tierra giraba alrededor del sol, pudo haber dicho «Eppur si muove» (“y, sin embargo se mueve”). Es decir, independiente de lo que uno crea, ahí están los hechos” (https://todosloshechos.es/).

Las denuncias presentadas en relación con los resultados del pasado 13 de marzo para las elecciones a Congreso y consultas internas para la Presidencia, se han incrementado. En efecto, la audiencia creció. “La Registraduría del siglo XXI” no transmite seguridad, sino por el contrario, incertidumbre. No se trata solo de políticos perdedores, pues los cuestionamientos se originan desde distintas orillas.

El ambiente está polarizado. Para dar contexto y de manera ilustrativa, presento una recopilación de opiniones extraídas de la red social Twitter.  Gustavo Petro, candidato presidencial: “El intento de ocultar votos del Pacto es gigantesco y sistemático”. Andrés Pastrana, expresidente: “Las cifras oficiales del Registrador apestan a fraude a favor del Pacto Histórico”. Álvaro Uribe, expresidente: “Estas elecciones dejan toda la desconfianza (…) No se puede aceptar este resultado”. Daniel Quintero, alcalde de Medellín: “Lo que está pasando no es nuevo. Llegó la hora de hacer un debate estructural al sistema electoral colombiano”. David Barguil, senador y precandidato presidencial: “Todo el país necesita claridad sobre el proceso electoral. ¡Muy grave lo que está sucediendo!”. Pablo Felipe Robledo, exsuperintendente: “No lo piense más registrador, renuncie”. Augusto Ocampo, candidato a la Cámara por el Pacto Histórico: “(…) En general falta de garantías. Qué espera el registrador para renunciar?”. María Jimena Duzán, periodista: “(…) Lo que está sucediendo en la Registraduría no es transparente. !Qué desastre!”. Ricardo Ospina, director Servicios de Blu radio: “La credibilidad de la Registraduría en cabeza del doctor Alexander Vega, queda muy golpeada (…)”. Antonio Sanguino, senador: “Elección Presidencial transparente exige: auditoría del software, nuevos testigos y registrador Ad-Hoc”. Esteban Restrepo, exsecretario de Gobierno de Medellín: “Muy importante para la democracia del país que la Registraduría se pronuncie y con Fiscalía investiguen presunto fraude sistemático en contra del Pacto Histórico y Fuerza Ciudadana”.

Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral – MOE, señala que hubo errores monumentales, resaltando que “no se puede hablar técnicamente de fraude electoral porque los votos no están perdidos”; se trata pues de “comportamientos atípicos”. Sin embargo, la legitimidad del proceso electoral está en entredicho. Debemos ser claros, de cara a las elecciones presidenciales la Registraduría Nacional del Estado Civil no ofrece las mínimas garantías a quienes pretenden hacer efectivo el derecho consagrado en al artículo 40-1 de la Constitución: “elegir y ser elegido”.

Para el premio Nobel de Economía (1993) Douglass North, las instituciones y las organizaciones son las que “proporcionan una estructura a la interacción humana”. Ante este escenario: ¿Qué estrategia debe adoptar el registrador para recuperar la confianza en el proceso electoral? ¿Puede el registrador garantizar las reglas de juego que tenemos para el funcionamiento electoral de las campañas políticas? ¿De qué forma se puede gestionar una entidad cuando no se cuenta con respaldo institucional, aceptación y legitimad ciudadana?

En virtud de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en específico la meta ODS 16: paz, justicia e instituciones sólidas, debemos defender la democracia y sus instituciones. Cuando se entienden los postulados de Montesquieu, en cuanto a la garantía de independencia y colaboración armónica por parte de los poderes públicos, tenemos sociedades más pacíficas y justas. Cuando sucede lo contrario, las entidades son ineficientes o corruptas.

Es evidente que a todas las personas que han levantado su voz de protesta y gritan “fraude” no las une la ideología. Así las cosas, se trata solo de sentido común: el registrador Alexander Vega Rocha, ha perdido credibilidad. Estamos en medio del naufragio. A quienes pensamos de esta forma, no correremos con la suerte de Galileo Galilei. Eppur si muove.

 

Miguel Ávila Bruno

Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia. Especialista en Derecho Público de la Universidad Autónoma (Bogotá). Experiencia en dirección, gestión y asesoría de entidades públicas.

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