En Río Claro hay actividades económicas en medio de una reserva natural 

“Junto a esa riqueza natural, existen minas de caliza operadas por empresas como Calco S.A. (Cales de Colombia), Caltek; y la planta de cemento del grupo Corona y la española Mollins que tiene la capacidad de producir 1.5 millones de toneladas de cemento por año”.


Esta Navidad tuve la posibilidad de conocer la Reserva Natural de Río Claro ubicada entre las subregiones del Magdalena Medio y el Oriente antioqueño, un sitio paradisíaco y envolvente por su riqueza natural y geológica.

Río Claro está rodeado de bosques tropicales húmedos cársticos, que para los que no somos expertos en geología, significa que los bosques surgen en rocas que tienen minerales solubles al agua como el yeso y la caliza, que forman un paisaje y arquitectura única en el que buena parte de sus especies son endémicas. Un ejemplo de formaciones cársticas son las cavernas. El agua, con el paso de millones de años, va disolviendo las rocas, lo que facilita la generación de galerías y pasadizos.

En este viaje es obligado hacer rafting por el río; se siente la humedad del bosque, el canto de los tucanes, las carreras de las nutrias, los brincos de los monos y la paciencia de las garzas para cazar un pez. En medio del trayecto, para los amantes de la adrenalina, se puede hacer una pausa para subir a un árbol, coger una garrucha artesanal, lanzarse al río, caer, nadar y sentir su frescura; también se descubre una imponente estructura en mármol, que los nativos bautizaron como “La bóveda de mármol”. En una de sus esquinas, se aprecia la figura de un anciano que, según la cultura popular, es el custodio de este monumento.

A 15 kilómetros de Río Claro, en el corregimiento La Danta, del municipio de Sonsón, se encuentran majestuosas cascadas que caen en pozos de 3 a 4 metros de profundidad; se puede nadar y conectarse con la naturaleza. Cerca de allí, se encuentra la caverna La Gruta, que tiene una longitud de poco más de 100 metros, antes de ingresar, se observan petroglifos que hicieron las comunidades indígenas que habitaron la región; se cruza completamente a oscuras, caminando dentro del río, lo más asombrante, pero a la vez terrorífico y bello, es escuchar durante ese trayecto, que dura cerca de 10 minutos, el sonido intenso de los guácharos, un ave que sólo vive en la oscuridad de las cavernas; esto, sumado a la imposibilidad de ver y de uno sentirse indefenso, ha hecho que más de una persona deserte del recorrido que sin lugar a dudas, vale la pena.

La magia de Río Claro ha facilitado que en los pueblos que lo rodean como Puerto Triunfo, Doradal, La Danta, Sonsón, se haya desarrollado una industria ecoturística que permite que miles de personas conozcan este ecosistema respetando el medioambiente; uno de los aspectos que más me sorprendió, fue ver que junto a esa riqueza natural, existen minas de caliza operadas por empresas como Calco S.A. (Cales de Colombia), Caltek; y la planta de cemento del grupo Corona y la española Mollins que tiene la capacidad de producir 1.5 millones de toneladas de cemento por año.

Esto piensan los voceros de la Reserva Natural de Río Claro: “Los mineros y las empresas piscícolas, junto a los ganaderos, nunca son nuestros enemigos o contrincantes, mientras que ellos cumplan con las verdaderas políticas de conservación y sostenibilidad ambiental en la región” Ver.

En Río Claro tenemos otro ejemplo de cómo podemos desarrollar las distintas potencialidades que tenemos en los territorios, generar empleo a través de diversidad de industrias, aportar al mejoramiento de la calidad de vida de las personas, y, sobre todo, aprender a disfrutar de lo simple.    

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

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