En defensa de la ortodoxia

En diciembre de 2021 se estrenó en el mundo la película de Netflix Don’t Look Up (en Latinoamérica, No miren arriba), protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence. Brevemente, la cinta trataba de dos científicos que querían alertar a la Presidente de los Estados Unidos acerca del riesgo inminente de un colapso planetario producto de la llegada de un meteorito. No obstante, una política sesgada por la ideología decidía ignorarlos. Finalmente, el colapso ocurrió.

Si bien la película pertenece al género humor, el mensaje político era bastante claro: hay temas que en la ciencia tienen pleno consenso, pero, si los políticos deciden ignorarlos, entonces es inevitable sufrir las consecuencias.

El filme sirve de pie para conversar acerca de la ortodoxia económica, precisamente, en momentos en los que el Presidente Electo de Argentina, Javier Milei, recientemente declaró que para solucionar algunos de los problemas del país va a aplicar el “Manual Ortodoxo”.

¿Qué es la ortodoxia?

Una rápida búsqueda por Internet nos sugiere que una posición ortodoxa es una que tiene “conformidad con los principios de una doctrina o con las normas o prácticas tradicionales, aceptadas por la mayoría como las más adecuadas en un determinado ámbito”. En el caso de Don’t Look Up, eran dos astrónomos ortodoxos, avalados por artículos académicos “revisados por pares” y que contaban con el respaldo del consenso de sus colegas, los que alertaban por la catástrofe.

Lo mismo ocurre cuando uno sufre por su salud. Si nos duele la panza y nos descubren que tenemos un problema en el apéndice, no vamos a ser muchos los que pidamos conversar con un médico “heterodoxo” o “naturista” para solucionar el inconveniente. Lo más probable es que nos sometamos a una cirugía convencional, tradicional, que sigue lo que la ortodoxia médica sugiere.

El análisis es el mismo para cualquier otra disciplina científica. Y la economía es una de ellas.

En la economía como ciencia existen leyes y principios universales generalmente aceptados por la mayoría, lo que los dota de relevancia y de un grado importante de verdad –aunque esta sea siempre provisoria, como nos enseñó Karl Popper–.

Cinco leyes clave

¿Cuáles son estos principios? Un libro que los resume bien es el del profesor norteamericano N. Gregory Mankiw. El manual de Principios de Economía de Mankiw es uno de los más estudiados en las universidades de los Estados Unidos y también de amplia difusión en las casas de estudio de Argentina y América Latina. El libro de Mankiw comienza, precisamente, con un listado de diez (10) principios fundamentales del análisis económico, es decir, diez (10) ideas que gozan de un amplio consenso en la profesión de economistas y que, por tanto, podría considerarse que constituyen la “versión ortodoxa de la economía”.

Entre otros, aparecen cinco (5) que son de una importancia fundamental a la hora de analizar la economía argentina. De acuerdo con Mankiw, el 4.º principio de la economía sugiere que “Las personas responden a los incentivos”; por ejemplo, si ponemos impuestos y trabas para exportar, entonces muy probablemente terminemos exportando menos.

El 5.º principio dice que “El comercio puede mejorar el bienestar de todos”, lo que se traduce en que una amplísima mayoría de economistas académicos y profesionales a nivel mundial coinciden en que: cuan menores sean las restricciones a las importaciones, mayor será el crecimiento y la prosperidad de esos países. El hecho de que Argentina, por décadas, le haya dado la espalda a este principio, es una de las principales explicaciones de su fracaso y decadencia económica.

Asimismo, el 6.º principio es de cabal importancia. De acuerdo con la visión ortodoxa, “los mercados normalmente son un buen mecanismo para organizar la actividad económica”. Esto significa que la política pública debe permitir en el máximo grado posible el funcionamiento de mercados libres y desregulados si se pretende alcanzar resultados en materia de efectividad y crecimiento. Es cierto también que el 7.º principio sostiene que “En ocasiones, el Estado puede mejorar los resultados del mercado”, y allí se hace referencia a la cuestión de las externalidades, los bienes públicos o los monopolios.

Ahora bien, si traemos estos principios al Programa Económico de Milei, vemos que ambos se combinan. Por un lado, el Gobierno de Milei buscará un amplio programa de privatizaciones y desregulaciones de la actividad económica, con baja de gasto y de impuestos, pero al mismo tiempo no habrá recortes en materia de salud y educación pública, áreas donde el consenso de los economistas considera que existen externalidades positivas que requieren del apoyo del Estado.

La economía ortodoxa también reconoce que “El nivel de vida de un país depende de la capacidad que tenga para producir bienes y servicios”, con lo cual Argentina necesita desesperadamente mejorar su nivel de productividad, y para lo que necesita del desembarco de ingentes cantidades de inversiones que solo llegarán si el Gobierno se compromete a respetar la propiedad privada y los contratos, algo que Milei ha destacado enfáticamente.

Por último, los economistas suelen coincidir en que “Cuando el Gobierno imprime demasiado dinero los precios se incrementan”, constituyendo este el 9.º de los principios destacados por Mankiw. O sea que nadie niega lo que Milei viene repitiendo desde que comenzó a aparecer en los medios de comunicación: que la inflación es un fenómeno monetario que se resuelve dejando de emitir.

Para ir cerrando, el nuevo Presidente de la Argentina suele ser calificado de loco, extremista o libertario radical, pero en su programa económico no hay grandes diferencias con lo que la ortodoxia económica sugiere acerca de cómo debe proceder cualquiera que quiera arreglar los problemas económicos de un país.

Y, volviendo a Don’t Look Up, si una vez más decidimos ignorar estos consejos, seguiremos entrampados en la crisis y el fracaso.


La versión original de este artículo apareció por primera vez en el portal DataClave, y la que le siguió en nuestro medio aliado El Bastión.

Iván Carrino

Economista, escritor, conferencista internacional y docente. Actualmente, dirige «Iván Carrino & Asociados»: empresa de investigación y asesoría económica y financiera. Es investigador asociado de FARO UDD: Núcleo de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad del Desarrollo (Chile), y entre 2018 y 2022 fue subdirector de la Maestría en Economía y Ciencias Políticas del Instituto Universitario ESEADE (Argentina). Licenciado en Administración por la Universidad de Buenos Aires, máster en Economía de la Escuela Austriaca por la Universidad Rey Juan Carlos de España y máster en Economía Aplicada de la Universidad del CEMA de Argentina. Ofrece además, charlas y conferencias en congresos especializados, reuniones empresariales y eventos no gubernamentales; asesora a empresas en temas de coyuntura macroeconómica y sectorial.

Es profesor de «Historia del Pensamiento Económico» en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad del Desarrollo, donde también dicta el curso «Economía, Política e Instituciones». Escribe columnas en medios como La Nación, Ámbito Financiero, El Cronista, Infobae, El Bastión, entre otros. Cuenta en su haber como autor con cinco libros: «Cleptocracia» (2015), «Estrangulados» (2016), «Historia Secreta de Argentina» (2017), «El Liberalismo Económico en 10 Principios» (2018) y «La Gran Desproporción: economía y política de la pandemia de Covid-19» (2021).

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