Nuestros deportistas nos hicieron vibrar de emoción; madrugamos con ellos, nos trasnochamos con ellos, y hoy podemos decir que dejaron en alto el nombre de Colombia en Tokio.
Para estas personas, consagradas al deporte y a la bandera de nuestro país, toda la gratitud, porque el sólo hecho de poder participar en el evento deportivo más importante del mundo, con todos los sacrificios que esto implica, los hace ganadores y dignos de admiración por parte de nuestra sociedad.
Yo misma fui deportista, estuve en la Liga Antioqueña de Atletismo, y tuve el grandísimo honor de contar con el acompañamiento de Emperatriz González, quien fuera entrenadora de Ximena Restrepo, medallista olímpica en Barcelona 1992, y sé de primera mano el inmenso esfuerzo, pero también la disciplina que el deporte inculca.
Desde esos tiempos soy una apasionada del deporte; no solo con los Olímpicos, sino también con diferentes torneos y competiciones en diferentes disciplinas, ya que detrás de la participación de un colombiano, hay una historia de superación, voluntad y abnegación que son dignas de admirar y de replicar.
Pero no es solo una pasión personal lo que me lleva a escribir esta columna, sino que es menester entender el poder transformador que el deporte tiene en nuestra juventud y en el espíritu de la Nación. Recuerdo con emoción cómo atletas como Caterine Ibargüen o Mariana Pajón, se convirtieron en los héroes de las nuevas generaciones, y también conozco historias en la que muchos niños y adolescentes enderezan el camino, gracias a la práctica de alguna disciplina deportiva.
Por esta razón es que debemos ser exigentes con las entidades públicas que tienen dentro de su misionalidad velar por el deporte en el país, los departamentos y los municipios. En el caso de Medellín, he sido muy incisiva con el INDER, ya que los indicadores de mantenimiento a escenarios deportivos, así como la ejecución y asignación presupuestal, son pobres y dejan mucho que desear para una ciudad como la nuestra.
Esta tiene que ser la oportunidad para que las administraciones reflexionen y entiendan el verdadero poder del deporte, el valor que le da a nuestra sociedad y que esto lleve a la generación de estrategias y políticas públicas en pro de diferentes disciplinas atléticas.
Finalmente, debo agregar que soy coautora de la tasa prodeporte en Medellín, precisamente para promocionar las prácticas deportivas en la ciudadanía, con un capítulo muy especial en el apoyo de transporte y refrigerio a los niños y adolescentes de escasos recursos, y en el 2022 debemos estar viendo reflejados esos primeros recursos que gerenciará el INDER para esta tarea. Invito a toda la ciudadanía a que sea veedora de esos recursos para que Medellín siga siendo cuna de campeones.
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