El amor propio, el acompañante para un amor de dos

¿El amor?, ¿Qué es el amor?, ¿Cómo tener un gran amor?, muchos alrededor de su vida se hacen estas preguntas, y tal vez, yo soy el menos apropiado para decirles qué es, cómo demostrarlo o qué deben hacer para conseguir un gran amor, ese amor que todos quisieran “bonito, hermoso, maravilloso, tierno, eterno, etc”; ante todo soy un ser humano como ustedes y lo que quiero es dar mi humilde y simple opinión, para todo aquel que necesite escucharla.

Mi escrito no estará basado solo en mi perspectiva, sino también en la opinión y en la obra “El arte de amar”, del gran escritor Erich Fromm, trataré de que este texto sea lo más parsimonioso posible para toda persona que guste leerlo y analizarlo.

Y entonces, retomemos la pregunta, ¿qué es el amor?, nunca sabría explicarlo, es a veces algo hermoso, otras veces algo muy doloroso, puedes pasar de estar en un 100% de felicidad a un 100% de tristeza, pero siempre vamos a querer estar en el mayor punto de felicidad, ya que desde la época occidental tenemos ese pensamiento plasmado, el cual podemos entender mejor con lo que nos dice Erich From en su obra titulada “El arte de amar” (1959), “todos están sedientos de amor; ven innumerables películas basadas en historias de amor felices, escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor”.

De igual forma desde la época occidental y contemporánea nos han enseñado a qué debemos de ser amados y que ese amor siempre será hermoso y eterno, que el amor solo es ver a la persona como un objeto amado y no ver al amor como una facultad y que solo así seremos dignos de amor.

Como decía Erich Fromm desde épocas pasadas hemos visto como objeto al amor y un claro ejemplo es: que el matrimonio se efectuaba por un convenio entre las respectivas familias o por medio de un agente matrimonial y nunca por el amor que se tenía hacia la persona.

El amor no solamente se trata de química, no se trata de abrazar, besar, acariciar, etc, el amor es más que eso, es apoyo mutuo, es no limitar a tu pareja, sino apoyarla a crecer,  es darle libertad al ser que amas, darle prioridad a sus intereses, pero es verdad que para dar amor, debes de darte amor a ti primero, ser tú, tu propio novio, tu propio amante, y de ahí tratar de dar lo mejor por otra persona, pero sin perderte a ti, sin perder tu individualidad.

El amor es dejar vivir a tu alma gemela, ser su acompañante, no es ser codependiente de una persona, como en este ejemplo lo marca: “a mí me gusta vivir la vida, por lo que obviamente no tendría una pareja que me limite, tengo muchas metas y me gusta mucho trabajar, soy independiente, no necesito estar pegada 24/7 a alguien, salir siempre juntos y que estar bien dependa de si salí o no, o si vi a mis amigos”.

Dejen de normalizar su codependencia emocional y el ser jaulas de sus parejas.

Si seguimos teniendo estos pensamientos, podríamos llegar a tener formas inmaduras de amar, las cuales Erich From (1959) llama unión simbiótica: “la unión simbiótica tiene su patrón biológico en la relación entre la madre embarazada y el feto. Son dos y, sin embargo, uno solo. Viven «juntos» (sym-biosis), se necesitan mutuamente. El feto es parte de la madre y recibe de ella cuanto necesita; la madre es su mundo, por así decirlo; lo alimenta, lo protege, pero también su propia vida se ve realzada por él. En la unión simbiótica psíquica, los dos cuerpos son independientes, pero psicológicamente existe el mismo tipo de relación.

La forma pasiva de la unión simbiótica es la sumisión, o, para usar un término clínico, el masoquismo. La persona masoquista escapa del intolerable sentimiento de aislamiento y se paraliza  convirtiéndose en una parte de otra persona que la dirige, la guía, la protege, que es su vida y el aire que respira por así decirlo.

Todo esto, tal vez es fácil plasmarlo en un texto, pero no es fácil tener esa facultad de amar; el amor, ahora que lo entiendo, debe de ser una relación sana, poder dar y tener tiempo para esa persona, poder expresarme con honestidad y dejar expresar sus sentimientos e ideas a la persona que esté a mi lado, sin cuestionarla, ni juzgar su pensamiento, salir y dejarla ser libre “ir con amigos, familia” sin ninguna desconfianza o celos e incluso poder ir a dormir felices, sin enojos por recordar cosas del pasado, debemos de ser el complemento de la persona con la que queremos estar, no una carga, eso y más razones, debe de incluir una relación sana, que todos quieren dar y recibir.

Ahora que escribo esto, me siento feliz y bien, pero a la misma vez me siento triste y enojado, ya que como dicen siempre ves las cosas que quieres, hasta que las dejas ir, siempre recuerdas las cosas hermosas, los bellos momentos, las risas, las salidas hermosas, pero así no es la vida, ni el amor, la vida y el amor, es enfrentarte a lo que no conoces y pasar cosas difíciles para así poder reaccionar a situaciones similares que te lleguen a pasar, con esto, no digo que deba ser así siempre, si no que siempre hay la oportunidad de buscar tu amor propio, que es lo más sano, para poder dar amor a las demás personas, simplemente debes sufrir para sentir que estás vivo, sentir tus emociones y sentimientos, y con eso lograr salir adelante, después de sufrir y hacer catarsis, siempre viene la paz y ese amor que siempre has buscado, así que cambia tu pensamiento, tus ideas, tu postura, y lucha, para poder ganar ese amor propio que necesitas para ofrecer a tu alma gemela o a esa persona que amas.

Ante esto quiero que piensen y se les impregnen estas palabras, “Sabía que ella merecía algo mejor, pero sabía que me dolería verla a lado de alguien más, entonces mejore, mejore por amor, mejore para no perderla y así decirle a esa alma gemela, no fue fácil pero lo logre”.

Solo busca tu amor propio, encuéntrate a ti mismo, y ofrécele tú mejor yo a tu alma gemela. Sé que en esta vida nadie quiere la separatidad ya que la vivencia de esta provoca angustia, y la necesidad más profunda del hombre es, la necesidad de superar su separatidad, de abandonar la prisión de su soledad.

Debemos saber que la vida es un lugar para sufrir y con eso hacerte más fuerte, en los aspectos donde nunca te imaginaste o no nunca quisieras estar, porque si, nunca te imaginas estar en los momentos tristes de tu vida, siempre querrás y pensarás en los momentos felices.

Siempre es fue sentir las emociones negativas, son esenciales en nuestra vida; la tristeza nos ayuda a conectar con nuestro interior y nos impulsa a reorganizarnos, la decepción nos ayuda a romper las ideas irreales que tenemos y así ver la realidad de manera objetiva, el enojo nos proporciona recursos para poder hacer frente a diversas situaciones y hace que la tristeza duela menos y el miedo nos ayuda a ver los puntos dónde hay que trabajar y fortalecer para enfrentarnos a las situaciones difíciles.

Todas estas emociones son necesarias e importantes, porque no puede haber luz y paz sin oscuridad.

Recuerda siempre es bueno sufrir y pasar momentos difíciles en la vida, para llegar a la paz que necesitas. Así es, de esto se trata la vida y el amor es similar.

David Monroy Ledesma

Pasante en Psicología de la Universidad Latina

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