“Ese camino lo están construyendo empresas como Minera de Cobre Quebradona con este tipo de iniciativas, es una empresa que deja de pensar exclusivamente en hacer minería para apalancar economías tradicionales como el café”.
Uno de los debates que surge con la minería es que algunas personas creen que este sector no puede coexistir con otras vocaciones, se tiende a caer en falsas dicotomías como agua o minería, turismo o minería, caficultura o minería dando por hecho de que es una actividad excluyente, como si no se pudieran hacer cosas distintas a la vez. Considero que como país no sólo debemos apostarle a un renglón económico cuando tenemos la posibilidad de desarrollar múltiples sectores acorde a nuestras potencialidades. Soy de los que piensa que entre más y mejores oportunidades, mejor nos va.
La semana pasada en Jericó, Antioquia, se lanzó la sede de la Asociación Café, Carriel y Arrieros, creada por la Fundación ProJericó de Minera de Cobre Quebradona, la asociación lleva un año de funcionamiento, cuenta con más de 30 caficultores asociados, tienen el primer laboratorio de café en el municipio -un hito- que les permite reconocer la calidad del producto, mejorarlo y hacerle trazabilidad. Los asociados están enterados de primera mano de quienes son los compradores. Por desarrollar un mejor café, la asociación les reconoce hasta un 20% adicional con respecto al valor de la carga a nivel nacional.
Sandra Castaño es la presidente de esta asociación, es una mujer que se define como orgullosamente caficultora y tiene la convicción de que no sólo en Jericó, sino en todo el país, todos cabemos, así lo dijo recientemente en un conversatorio con el periódico El Suroeste (ver) “(…) Hoy hablamos de minería pero mañana puede llegar otra industria y eso no significa que el café se tenga que acabar. Yo sí creo que podemos coexistir siempre y cuando vengan empresas legales a generar empleo y progreso”.
Sin duda, el sector minero debe cambiar la forma con la que históricamente se ha relacionado con los territorios, no es suficiente con sólo construir y operar una mina, eso per sé no es atractivo para los pobladores locales, las nuevas empresas mineras deben ser aliadas para el desarrollo, deben buscar que los territorios donde operen se encuentren mejor con su presencia, eso significa poder trabajar con los distintos sectores y vocaciones, por supuesto con la institucionalidad, para generar sinergias que mejoren la competitividad y la diversidad de las economías locales.
Ese camino lo están construyendo empresas como Minera de Cobre Quebradona con este tipo de iniciativas, es una empresa que deja de pensar exclusivamente en hacer minería para apalancar economías tradicionales como el café. Es la ruta a seguir para una industria sostenible.
Sebastián Torrealba de Golder, una de las multinacionales de ingeniería más importantes a nivel global, ha dicho sobre este proyecto: “Quebradona va a definir un nuevo concepto de cómo se hace la minería… la minería del futuro. Jericó, Colombia y el mundo se merecen un proyecto de esta naturaleza”.
El café de la Asociación Café, Carriel y Arrieros ya tiene compradores en Inglaterra, a futuro se espera que llegue a Australia, Estados Unidos y Alemania, esta iniciativa es un ejemplo más de coexistencia y trabajo mancomunado para lograr propósitos comunes, que no son otros que mejorar la calidad de vida de las personas en armonía con el ambiente.
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