Bloquear o no bloquear, he ahí el problema.

Desde hace ya un par de meses se viene hablando del tema Uber y bueno, cada uno puede tener una opinión particular sobre si bloquear o no este tipo de aplicaciones de transporte, pero el tema va mucho más allá de solo quedarse en ese tipo de App, sino que podría extenderse mucho más allá y llevarnos quizás a un momento muy complejo a nivel tecnológico en nuestro país.

#NoalBloqueo

Quizás hoy suene un poco extraño, pero la internet ha traído la posibilidad de vivir en un espacio social de “neutralidad” donde todos pueden compartir sus opiniones, se encuentran aplicaciones y se pueden hallar accesos a diferentes posibilidades bajo los mismos principios, dando la posibilidad de elegir a quien le gusta de acceder a una información, página, recurso o aplicación cuando así lo desee, obviamente dentro de los parámetros correctos, amparados en el artículo 2.6 de la Ley 1341 del 2009, en el que se garantiza la libre adopción de tecnologías y la libre y leal competencia, que está claramente vinculado con la ley 1450 que establece el concepto de neutralidad tecnológica.

Sin embargo, Alberto Samuel Yohai, presidente de la Cámara Colombiana de la Informática y Telecomunicaciones ha mencionado que bloquear el acceso a una aplicación, sea Uber o sea cualquier otra, viola justamente ese principio de neutralidad que es aceptado por todos; además, señala que dejaría al país en un retraso considerable con respecto a otros países en cuanto a la participación y el acceso  a aplicaciones en el mundo, básicamente, porque se estarían poniendo algunos intereses particulares por sobre el interés de la mayoría.

El tema no se detiene ahí, porque de ser permitido el bloqueo de aplicaciones se sentaría un grave precedente para las empresas que se dedican a la producción de software, sobre todo aquellas que emprenden y se dedican al tema de creación de App, llegando a reducir las inversiones de programas como Apps.co y que han permitido surgir a muchas aplicaciones alrededor del mundo con casos de éxito como Netflix, Airbnb, Spotify, Deezer y muchas más.

Más allá de esto, se establecería un gravísimo precedente frente al bloqueo de aplicaciones, ya que se estaría demostrando que ante un interés económico de un grupo numeroso o poderoso, podría ejercerse tal presión que sería suficiente para desconectar una aplicación de las posibilidades de los Colombianos, por lo que se podría llegar a bloqueo de App de música bajo las pretensiones de competencia desleal por parte de las casas disqueras, App de comunicaciones como Telegram, Whatsapp, Line y muchas otras por ser competencia desleal de las empresas de telecomunicaciones y así podría seguir la lista, un poco rayando en la ironía… ¿de verdad se quiere abrir esa puerta?

 

#SíalBloqueo

No obstante, es posible apreciar el otro lado de la moneda cuando nos encontramos con casos de aplicaciones que, bajo el mismo argumento de colaboración y de neutralidad de las redes, llegan a molestar, afectar, perturbar y provocar malas cosas en nuestras vidas y sobre todo en la vida de los más pequeños y frágiles mentalmente, ¿les suena a algo reciente?

Casos como el de la ya muy conocida “Ballena Azul” llegan a la vida de personas jóvenes, vulnerables, con falta de cariño o con dificultades de socialización, involucrándolos en una especie de “sociedad secreta” donde los involucran de tal forma que les hacen sentir que son importantes, queridos pero, bajo el riesgo de ser excluidos, deben cumplir con una serie de retos, aventuras y eventos riesgosos que pueden llegar, como lo hemos conocido, a acabar con la vida de algunas personas.

En nuestro país se ha legislado en temas de restricción de acceso a páginas web que fomentan el maltrato, son racistas, tienen contenido de violencia y muerte explícita y sobre todo aquellas que comparten contenido sexual de menores de edad y que son las que promueven la pedofilia; sobra decir más que esto para entender por qué es necesario establecer parámetros que limiten el acceso a determinados contenidos.

Desde una opinión personal, el acceso a internet debe ser libre y neutral, ya que esas son las formas en las que ha crecido alrededor del mundo, sin embargo y mucho más allá de esperar que la ley haga nuestro trabajo, es necesario hacer un acompañamiento permanente a los más pequeños, estar al tanto de sus cambios de comportamiento, conocer cuáles son las App que más está usando y ser responsables  con lo que les permitimos en cuanto al acceso a redes sociales sin supervisión.

 

¿Conclusión?

Una vez más, queda abierta la polémica sobre el acceso o bloqueo a las aplicaciones: algunos las ven como oportunidades de empleo y de aprovechar un nuevo recurso y otros las ven como competencia desleal y pérdida de dinero; algunos las ven como un avance tecnológico notable y otros las verán como un peligro para la sociedad establecida… ¿cuál es su opinión?