Ayunar los vicios

“Ayunar los vicios” debe entenderse como un proceso de liberación, transformación personal y cambio de hábitos que no aportan a la construcción cotidiana de la vida”


Los seres humanos por nuestra naturaleza estamos en constante evolución y búsqueda de superación, en cada etapa de nuestras  vidas suceden una serie de acontecimientos, experiencias nuevas, que para bien o para mal contribuyen a la toma de decisiones: y cada etapa que va transcurriendo sigue marcada por sucesos y relaciones acontecidas en el camino de la vida, como también influyen la subjetividad personal frente al bien y el mal, es así como nosotros mismos y la sociedad determinamos calificativos, asumimos patrones, tenemos comportamientos y conceptos propios sobre cómo , qué, por qué y para qué, cuando se trata del sentir personal, y cuando cometemos errores muchas veces no reflexionamos y queremos seguir como si nada, pero si por un instante ayunáramos los vicios que hemos adquirido en nuestro caminar; que diferente y bendecida sería nuestra existencia.

“Ayunar los vicios” debe entenderse como un proceso de liberación, transformación personal y cambio de hábitos que no aportan a la construcción cotidiana de la vida, esos vicios que entorpecen la realización y consolidación de anhelos y proyectos, vicios que colocan límites a nuestras capacidades, vicios que nos hacen procrastinar y empobrecer intelectual, cultural, económica, familiar y socialmente; y es que son tantos y se representan de tantas formas como: La débil disciplina, la pereza, el conformismo, la drogadicción, el tabaquismo, el alcoholismo, la lujuria, los juegos de azar, los videojuegos, la internet, las redes sociales,  las cuales cada día hacen más impersonales las relaciones humanas, las excusas, posponer, gastar más de lo que se gana, aparentar lo que no se tiene, quejarse por todo, tener actos de violencia, vivir el momento etc; todos estos tienen un efecto  negativo en la salud, en la construcción de riqueza,  limitan las relaciones interpersonales, dañan la familia, y agregan estándares inferiores a la sociedad ; vicios que se convierten en hábitos y restan felicidad a la vida.

Analizando desde la perspectiva que la inteligencia no se limita únicamente a la capacidad cognitiva, sino que también incluye habilidades emocionales, sociales y prácticas; es importante destacar la capacidad del ciudadano colombiano  para crear, para emprender, para innovar, para producir ideas y propuestas, pero así mismo y quizás con muchas más ligereza se abandonan los proyectos, se rezagan las ideas, se desvía la atención, se sintetiza en la falta de disciplina, las excusas, la liberalidad, el simple deseo por lo terrenal, y es que cuando el ser humano no tiene a Dios en su corazón simplemente se vive sin norte, nuestros pasos son débiles y sencillamente se resume en un retroceso en todos los aspectos inherentes a la vida.

Existe una gran verdad y es que ¡Si podemos cambiar! Y se trata de voluntad y de tener una nueva actitud; con este cambio nuestra vida va a mejorar, y si estas palabras llegan a la mente y el corazón de los lectores, es Dios quien envía este mensaje, es Dios quien nos hizo buenos a su imagen y semejanza y desea siempre que corrijamos nuestros errores porque él tiene grandes bendiciones para nuestras vidas, el cambio es ya, nuestra decisión de iniciar una buena y nueva etapa es ahora, no después. Ayunemos de tantos vicios que entorpecen nuestra realización y que colocan límites a nuestras capacidades.


Todas las columnas de la autora en este enlace: https://alponiente.com/author/astridsuarezv/

Astrid Suárez Velásquez

Soy Administradora Pública egresada de la Institución universitaria Politécnico Grancolombiano, y soy educadora egresada de la normal nacional para señoritas de Copacabana Antioquia, presté mi servicio público durante 21 años de mi vida, actualmente soy independiente en el sector el comercio.

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