La auto-posesión de José Ismael Peña como rector de la Universidad Nacional de Colombia, realizada el día de hoy en la Notaría 14 del Circulo de Bogotá, sin el requisito del Decreto ministerial (informa “El Tiempo-City”), es la última treta jurídica, la ingeniosísima leguleyada, seguramente con la anuencia de la rectora saliente (que ya renunció dejando prácticamente tirada a la Universidad en una honda crisis) y de los exrectores a los que debe su mañosa elección. En adelante, todos sus actos serán manifiestamente ilegales, sin descontar su ilegitimidad creciente. Mientras más se multiplican las voces de rechazo, en los claustros y asambleas, mientras más se expresan los voceros profesorales, reclamando una nueva reelección y mientras se interpone una demanda ante el Consejo de Estado (con asesoría de Rodrigo Uprimny) el hombrecito comején Peña, va a Notaría de la esquina, y sin más se auto-designa rector en propiedad.
Este nuevo asalto al Alma Mater, me deja verdaderamente mudo. Sin argumentos suficientes para creerme la astucia hecha rector. Nunca he presenciado tanto descaro de sangre fría de reptil. Solo incita ello al mayor desorden, a la violencia institucional, a las pedreas próximas, de todo lo cual es y será el primer responsable. Administrativa y penalmente. Como me quedé sin más que decir, helado de la indignación, me limito a auto-plagiarme reproduciendo el correo que esta mañana envié a mis estudiantes. Nunca se desengaña uno suficientemente de la perversión burocrática y de las malas mañas del ansia del poder. Es hoy la Anti-Universidad pues.
“Muy apreciadxs estudiantes,
Como ven el curso de esta Universidad sigue en vilo por el desvergonzado nombramiento de Ismael Peña como rector de nuestra Alma Mater. Una burla a la democracia universitaria, al sentir mayoritario de los profesores y estudiantes. Crisis enorme, y con consecuencias aún no previstas. Quizá catastróficas a mediano y corto plazo.
Si se posesiona hoy, espero que la Ministra Aurora Vergara, aparte de su ingenua torpeza de dejarse engatusar con la burda treta Borda, no cometa el más grave error de su cartera ministerial. Su salida es simple; simplemente nombra al profesor Leopoldo Múnera, (quien obtuvo amplia mayoría en las consultas de profesores, estudiantes y egresados) rector encargado mientras, se le elige en propiedad. Por democracia.
He venido escribiendo sobre este macabro suceso, en el portal Al Poniente. Les adjunto las columnas. Nunca recuerdo más espantosa crisis, ni cuando Caro la trató de liquidar para poner a la Universidad del Rosario de Monseñor Carrasquilla, como eje educacional del país, ni cuando Rojas Pinilla puso un rector militar, ni cuando Carlos Lleras estigmatizó la universidad pública (el sonsonete se repitió con Mancuso) nido de comunistas ni cunado en 1984 Turbay Ayala (nuestro Pinochet con corbatín) asesinó y desapreció a los estudiantes en 1982 y 1984. Ahora la crisis viene desde sus altos directivos, desde adentro. Son su tóxico silencioso.
Eso sí espero que aprovechen este forzado receso o paro, para que lean con pasión merecida a Fourier y hurguen algo del Manifiesto Comunista. Recuerden que a principio de semestre les envié mi libro de ensayos Del socialismo utópico a Lenin (en prensa e inmovilizado hace más de dos años en la Facultad por falta de recursos: si todos se los come Bogotá en viáticos para sus joviales orgías) que pueden muy bien consultar, así sea por la bibliografía que contiene cada ensayo. La Biblioteca sigue abierta e invita a prestar los libros.
Mis saludos, y confío en que la mejor decisión se tome para beneficio y bienestar para todos. Exigimos razonables, decisivas soluciones.
He sido testigo, ya desde mediados de los ochentas, del retroceso universitario, con la llegada de Marco Palacios a la rectoría para tapar la crisis que produjo la masacre de mayo de 1984. De allí para hoy solo han pasado por este alto cargo figuras del museo de cera criollo, el tartufo de Mockus, el patán de Palacios (dos veces), el villano de Mantilla, el hiper soberbio de Wasserman y la inútil de la casa Dolly. Todos de la casa matriz bogotana. Centralismo puro y rudo. Con Peña llegaríamos a un descenso incluso imprevisto para nuestros estándares de roscas comején.”
Todas las columnas del autor en este enlace: Juan Guillermo Gómez García
[1] Profesor de la Universidad de Antioquia y Universidad Nacional (Sede Medellín).
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