Por ahí se filtró una información en la F.M de un “CARTEL DE LA NOTA” en la Universidad Pontificia Bolivariana. Según las publicaciones, se conoció que dos funcionarios de esta institución, estaban negociando con algunos alumnos bajo cuerda el cambio de sus notas.
Las dos personas que hacían parte del Área administrativa de la Universidad, junto con estudiantes interesados en suplir la mediocridad de un semestre y con algunos pesos en el bolsillo, iniciaron en marzo de éste año, una serie de transacciones, en donde por cierta plata se subían las calificaciones.
Entre 400 mil y un millón de pesos se dice, oscilan los precios de las décimas necesarias para ganar la materia y llegar a casa como abanderados y triunfalistas. También parece que en otras seccionales de la Universidad estarían sucediendo hechos similares, pero no se ha comprobado todavía.
Aquí la controversia no debería girar en echarle la culpa a la universidad y el bajonazo de su prestigio, lo más congruente es ver qué tipo de personas se están formando en nuestras familias y cómo lo estamos haciendo. Porque es decepcionante que gente que tiene la posibilidad de estudiar en una de las mejores universidades de Latinoamérica, tenga que pagar demás por su falta de interés, estudio y GUEVAS. Por ello, no sería honesto culpar a los directivos de la UPB. Es imposible controlar las acciones de más de dos mil personas que ingresan al plantel diariamente. Démonos garrote cada uno y veamos en qué nos estamos formando, cuál es nuestra finalidad, y qué ejemplo estamos dando, porque es delicioso señalar y criticar, pero esos jóvenes que pagaron por sacar más de 3.0 y otros tantos que pagan porque les hagan sus trabajos, pueden ser nuestros amigos, hermanos y hasta hijos.
Nos cuestionamos muchas veces por qué hay tantos desempleados en el país y la ciudad, tal vez es por esta falta de interés en ser mejores, aprender y crear proyectos académicos que generen empleo. ¿Cómo esto sería posible si los estudiantes no quieren salir adelante? ¿Qué sueños o metas tienen estos jóvenes que pagan por las notas? Se están engañando a ellos mismos, y serán siempre personas mediocres que tal vez aprendieron equivocadamente que con plata se compra todo, pero ni el conocimiento, ni la inteligencia se pueden comprar.

Estudiante de Comunicación Social – Periodismo de la UPB
Representante al Consejo estudiantil de la misma universidad en el año 2011
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