Candidato del Polo Democrático a la Alcaldía de Medellín.
Es el segundo de cinco hijos de Óscar Hoyos Naranjo, quién se destacó como constituyente, concejal de Medellín y diputado de Antioquia; está casado con la médica Marisol Aristizabal y es el orgulloso padre de Daniela y Samuel Hoyos. También, es abogado de la Universidad de Medellín, con especialización en Derecho Administrativo en la misma universidad y en Derecho Constitucional en la Universidad de Antioquia.
Lee principalmente libros de derecho, que abundan en su biblioteca; en cambio, no disfruta tanto de la literatura. No obstante, reconoce las virtudes de escritores colombianos como Gabriel García Márquez y Fernando Vallejo.
Aunque es militante convencido del Polo Democrático Alternativo, admira el enfoque en la cultura ciudadana de la administración de Antanas Mockus en Bogotá. Otros líderes con los que se identifica son Antonio Nariño y el ex presidente uruguayo José Mujica.
Ningún presidente colombiano de los que le han tocado en su vida cuenta con su aprobación. Sin embargo, considera que el general Gustavo Rojas Pinilla hizo mucho por el país, de hecho recuerda las elecciones presidenciales de 1970 como uno de los momentos más difíciles de su carrera política, pues acompañaba a su padre, quien militaba en la ANAPO, en el momento en el que tras circunstancias confusas fue elegido presidente el conservador Misael Pastrana. Cree en un futuro gobierno de una mujer como Clara López y le disgusta la posibilidad de que Germán Vargas Lleras, personaje con el cual no haría política, llegue al Palacio de Nariño.
La educación es el valor que definirá su gestión como alcalde de Medellín. Tiene la convicción de estar capacitado para modificar las conductas asumidas por los políticos que han llevado a que haya tanta inequidad en el municipio. Se considera el único de los seis candidatos que tiene un pensamiento fundamentado en las personas y no en el concreto y las obras.
Héctor busca representar un Polo Democrático Alternativo más moderno y amplio que trascienda el discurso ortodoxo de la izquierda tradicional y que represente una nueva izquierda orientada a mejorar las condiciones sociales de la ciudadanía, la educación, la cultura y el deporte. Sin dudarlo, resalta a la gente como lo mejor que tiene Medellín, y califica a la inequidad como lo peor de la ciudad. Para él, el poder es un medio para servir a su gente.
Comentar