“Los resultados de octubre serán determinantes para el resto del mandato de Gustavo Petro y para la consolidación futura del proyecto político de transformación en Colombia”.
En cinco pueden resumirse los retos que enfrenta el gobierno de Gustavo Petro. De los resultados de estos dependerá, en gran medida, el éxito o fracaso del Pacto Histórico en las elecciones del mes de octubre. La aprobación de las reformas en el Congreso de la República, el aumento del costo de vida, la creciente preocupación por la seguridad urbana y los efectos negativos del conflicto armado en medio de una negociación compleja para alcanzar la Paz Total, la imagen favorable del presidente, y la movilización ciudadana para respaldar las reformas que las mayorías demandaron en las urnas.
El Plan Nacional de Desarrollo pasó su primer debate y fue radicada la ponencia de la reforma a la salud. Pese a ello, la inasistencia de César Gaviria a la reunión del 27 de marzo para concertar junto con los conservadores y la U los términos de la misma, muestra que no es desacertada la afirmación que hizo Gustavo Petro en la entrevista realizada por La Pizarra (https://www.youtube.com/watch?v=LyN9VpLkFfA): no existe certeza absoluta sobre la aprobación de las reformas en el Congreso de la República.
Mantener unida la coalición para aprobar las reformas a la salud, laboral, y pensional son una condición necesaria para el inmediato futuro. De llegarse a hundir en el Congreso, sería un duro revés para el gobierno. No se debe perder de vista que el gobierno del cambio es, en lo esencial, las reformas. Sacarlas adelante y ubicar en el horizonte la superación del modelo neoliberal es una medida de éxito para las mayorías que votaron por el cambio.
La economía es otro de los renglones críticos que enfrenta Petro. De acuerdo con el Banco Mundial, el crecimiento en América Latina y el Caribe en 2023 será de 1,4%. Colombia, en ese contexto mundial de altas tasas de interés, baja demanda de materias primas, e incertidumbre sobre la recuperación China, crecerá según estimaciones en 1,1%, ocupando el octavo lugar entre las economías de la región.
La inflación no cede. Aumentó 4,81 puntos porcentuales entre marzo de 2022 y 2023, y los sectores que impulsaron el incremento son alimentos, servicios públicos y transporte, lo más inmediato para la economía diaria de la gente. La gasolina, desde el pasado octubre, ha subido $1.989, ubicando el galón en $11.000 por cuenta de un déficit que no atendió Iván Duque para no asumir el costo político. Aunque es una decisión responsable con la economía, esto puede pasar factura de cobro en las urnas, sobre todo en las grandes ciudades donde se registra el mayor aumento: Villavicencio, Cali, Bogotá.
La aprobación de Gustavo Petro presidencial se cotiza a la baja. De acuerdo con la última encuesta de Cifras & Conceptos, la imagen favorable del presidente pasó del 62% al 52% entre noviembre de 2022 y marzo de 2023. A esto se sumó las revelaciones sobre Nicolás Petro, una investigación que según parece aún tiene mucho que mostrar. Lo cierto es que esto mina el capital político del presidente, debilita aún más su imagen, y aunque no tendrá que defenderse permanentemente tal como se comparó con el proceso 8000 de Ernesto Samper, el efecto negativo en el mediano plazo está por verse.
Desde Villavicencio, Gustavo Petro afirmó con acierto que “(…) los cambios van a llegar si la sociedad se mueve”. El reto que enfrenta el proyecto de transformación hoy es que la movilización ciudadana es débil o insuficiente para desatar de manera irreversible estos cambios. Prueba de ello está en la movilizaciones convocadas para la radicación de los proyectos ante el Congreso de la República y las manifestaciones del pasado 14 de febrero.
Esta debilidad, en parte, se explica en que la convocatoria se efectuó cuando aún no se habían radicado las reformas y sus líneas generales eran parcialmente conocidas a través de los medios de comunicación. Aún falta pedagogía para que exista una apropiación efectiva sobre su contenido.
En esto será clave el fortalecimiento de las organizaciones sociales. La capacidad de articular al movimiento popular será una condición necesaria para impulsar las reformas y hacer de estas un proyecto de cambio en el largo plazo. Es importante, así mismo, una estrategia sostenida de comunicación que permita hacer visible las realizaciones del gobierno y las reformas. Recientes encuestas registran que sólo el 8% de encuestados conoce la gestión del gobierno (Cifras & Conceptos).
A este panorama no se ha sumado como dificultad la oposición porque esta ha sido incapaz de articular una agenda y encontrar un liderazgo. Por su parte, en el interior del Pacto Histórico es necesario profundizar el debate que permita comprender el triunfo de Gustavo Petro y Francia Márquez como un producto no exclusivo de la unión de izquierdas y que, el peor de los escenarios, sería perder la Alcaldía de Bogotá. Lo que se comprometería no sería un mandato de ciudad por cuatro años. El riesgo sería gobernar el país con el segundo cargo más importante ejercido por la oposición, escenario que comprometería el proyecto de cambio democrático.
El gobierno que inició el 7 de agosto de 2022 enfrenta, en menos de un año en ejercicio, un conjunto de variables complejas que de no resolverse favorablemente pueden impactar negativamente al Pacto Histórico y a la izquierda en particular en las próximas elecciones regionales. Los resultados de octubre serán determinantes para el resto del mandato de Gustavo Petro y para la consolidación futura del proyecto político de transformación en Colombia.
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