Porque cargan mucho más que flores

¿Conocen la flor chocolatera o la flor monedero?, tal vez nunca las han escuchado, pero con seguridad las han visto, crecieron con nosotros, en las casas de nuestros abuelos y en las fincas de los paseos de fin de año…  Se han preguntado alguna vez, ¿qué es lo que llevan a sus espaldas nuestros silleteros cuando desfilan año tras año?; es decir, qué hay más allá de esos ramilletes de pétalos multicolores que vienen a la mente cuando se escucha la palabra “silletero”… lo que estos campesinos cargan es una gran diversidad de historias que se conectan con nosotros.

Y nada mejor que aprovechar esta edición virtual de la Feria de las Flores para conocer y difundir entre la narrativa patrimonial que soporta nuestra “Manifestación Cultural Silletera”, de modo que reivindiquemos lo que debemos celebrar con esta fiesta anual: evocar nuestras raíces.

Solo pensar en los orígenes de las flores que decoran las silletas exige trasladarse, por ejemplo, al periodo colonial, cuando dichas especies llegaron a nuestro territorio desde zonas tan remotas como África, Europa o Asia.  Porque una cosa es hablar de las flores nativas y otra de las tradicionales.  Según el experto en botánica Mario Quijano, docente de la Universidad Católica de Oriente, entre las 90 especies que suelen usarse en la confección de las silletas, solo unas pocas como la vira-vira (una flor andina, de la familia del girasol) y la bomaria (de la familia de las astromelias) son esencialmente de nuestra tierra. Las demás, en su gran mayoría, son tradicionales por haber sido cultivadas en el territorio cultual silletero durante muchas décadas, otra expresión más de ese mestizaje que tanto se nos olvida.

Y muchas veces, también perdemos de vista que la gran protagonista de la identidad silletera es precisamente la silleta. Este artesanal armazón de madera ha marcado innegablemente a esta zona. Sus pobladores décadas atrás llevaban esas silletas hasta la desaparecida plaza de Cisneros (hoy Parque de las luces), o a muchos cementerios y parques de la ciudad repletas no solo de flores, sino también de tierra de capote, musgo y de plantas aromáticas y ornamentales; pero además en ellas también cargaron la tierra con la que construyeron sus viviendas de tapia, cuando comenzaron a poblar el territorio. Y en momentos mucho más especiales, a sus familiares enfermos, a las mujeres parturientas, a los recién nacidos…. Una humilde estructura de madera que también nos remonta a los cargueros indígenas y esclavos que movieron mercancías y personas antes y durante la conquista. Porque incluso, la silleta, mucho antes de ser concebida como un elemento de exhibición, tal como sucede hoy, fue una unidad de carga, tal como se lee en los anuarios estadísticos donde se documenta el movimiento de las flores locales según la entrada del número de silletas a las plazas de mercado.

Por eso, para tratar de entender qué cargan hoy nuestros silleteros cuando evocan su historia por nuestras calles en el desfile anual, en el Programa de Memoria, Patrimonio y Archivo Histórico de Medellín, de Secretaría de Cultura Ciudadana, hemos diseñado el Florario Silletero, una exposición compuesta por 24 “flores objeto”, todas inventadas a partir de la historia de nuestros silleteros, que estará expuesta en la Plazoleta central de La Alpujarra durante todo noviembre.  En ella podrán ver flores como la estregalia, alusiva a las lavanderas de la zona; la flor chiva, referida a la llegada de los carros escalera a este territorio; la sinzapaticos para contar cómo nuestros silleteros, al estilo de tus abuelos o bisabuelos solo calzaron sus pies cuando ya eran adultos; la flor vela que documenta cómo estos campesinos alumbraban sus recorridos en las madrugadas solo con una vela metida dentro de un tarro y también la flor chocolatera y la flor monedero, con la que reconocemos el invaluable aporte de las mujeres a la historia de esta zona.

Y también lanzamos la segunda fase de Raíces, cultura silletera, el repositorio digital más completo sobre la Manifestación Cultural Silletera, alusiva esta vez a cuatro oficios patrimoniales ya desaparecidos: la extracción de los productos del bosque, el cultivo y procesamiento de la cabuya, la construcción en tapia y el trabajo de las lavanderas.  Videos, audios y textos para recorrer a un clic la historia del territorio cultural silletero desde cualquier lugar del mundo (https://raices.patrimoniomedellin.gov.co/), una herramienta pedagógica con la que, al igual que el Florario silletero, invitamos a aguzar la mirada para acercarse -como un colibrí o una abeja- y ver en primer plano cuánto hay de historia en esas coloridas flores que cargan nuestros silleteros cada vez que desfilan por Medellín.

 

Sebastián Trujillo Osorio

Comunicador social y periodista; especialista en gobierno, gerencia y gestión pública. Asesor en desarrollo de proyectos; gestión cultural; comunicación, marca y estrategia. Se desempeñó como Ejecutivo de Mentalidad y Cultura de iNNpulsa Colombia, y Líder de Comunicaciones de Gobierno Digital del Ministerio TIC.
Actualmente, Subsecretario de Bibliotecas, Lectura y Patrimonio de la Alcaldía de Medellín.

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