MADE IN CHINA ¡Aquí estoy, Aquí me quedo!

“China introdujo América Latina una nueva cultura comercial”

 

El siglo XXI está destinado por el comercio que ya ha impuesto el gigante asiático. La disputa constante por mantener las relaciones internacionales, comerciales y culturales es la geoestrategia con el mundo.

Recordemos como la marca según la periodista norteamericana Naomi Klein en su libro no logo el poder de las marcas hace referencia a la manera de cómo nacen y se hacen esas “nuevas economías” que fascinan a la sociedad, pero que al tiempo de manera clandestina comete todo tipo de vejámenes y atropellos al consumidor y los trabajadores. Para nadie es un secreto que China es una de las “nuevas economías” que mayor crece en el mundo, además, del crecimiento de denuncias por no tomar cartas en el asunto, sobre la explotación laboral y las degradaciones inhumanas cometidas por industriales en su país.

La influencia en nuestras vidas se ha visto destinada por la manera en que consumimos, trabajamos y nos recreamos. Una cultura que nos introdujo en lo más ordinario, so pretexto de que todo está al alcance de cualquier bolsillo, pues no existe nada que escape al escanners (ojos) de un chino.

En líneas generales, cualquier fabricación por minina que esta signifique trae consigo una mezcla de cualquier hidrocarburo, lo que ha implicado que China sea un comprador asiduo en el mercado internacional de petróleo. Este propósito ambicioso, condujo a la firma de acuerdos exclusivos de manera bilateral con países como: Rusia, los Emiratos árabes y Venezuela en aras de mantener suministros de gas y petróleo como una manera “diplomática” de tener el dominio completo del comercio internacional.

Bajo estos aciertos, su política exterior acarrea la universalización de una marca que alude a su capacidad de fabricar cualquier cosa. MADE IN CHINA reproduce las marcas más famosas; pues según encuestas sobre este tema, fueron los chinos que nos dieron la oportunidad de vestir, jugar y comprar el dispositivo tecnológico sin la preocupación de tener que esperar la otra quincena. Empero de ello, el consumo desmesurado de la ciudadanía es la garantía y la permanencia de la política exterior China no solo en mercados europeos o anglosajones, sino con América Latina.

No olvidemos que para el caso de América latina según el análisis del investigador Social Decio Machado, el 2018 en medio de los acuerdos bilaterales alcanzados hasta ese momento entre China y América latina rodeaba el “record de 307.400 millones de dólares, lo que implica un aumento del 18,9% respecto del año anterior”, cifras que sitúan al gigante asiático como el principal socio comercial del hemisferio.

China introdujo América Latina una nueva cultura comercial. No hay una mirada univoca del modo en que consumimos productos chinos indistintamente de su calidad, pero si hay una política que afianza el conformismo y la mediocridad de unos gobiernos – aunque sean neoliberales, –  que, para activar la economía nacional, signifique llevar una decoración floral en homenaje al comunismo chino.