“No es un sofisma decir que las cenizas de Molano Vargas están donde nace un amor, donde transcurre un amor, y finalmente, donde muere un amor.”
El mes de Junio, es un mes especial para la población LGBTIQ+, un mes para seguir defendiendo el arcoíris de la diversidad sexual. Y es que no ha sido fácil para esta población luchar primero en contra la discriminación en sus familias, y luego la discriminación en la sociedad. Fernando Molano Vargas, escritor bogotano, vivió en carne propia las miradas de desprecio por su orientación sexual, por su condición económica y por ser portador del VIH. Este autor de dos novelas, Un beso de Dick y Vista desde una acera, y el poemario Todas mis cosas en tus bolsillos plasmó en su literatura autobiográfica, historias sencillas para describir un amor puro e ingenuo que enaltecen la unión de dos jóvenes homosexuales que luchan día a día para cumplir sus sueños a pesar de las infinidades de dificultades que les tocaba que enfrentar en una sociedad para una minoría. En el poemario de Todas mis cosas en tus bolsillos nos encontramos con la intolerancia en su familia:
Celebro la fuerza con que hoy
aquellos que en casa te odian
me humillaron
y me echaron a andar
para buscarte de nuevo
para
venirme
despacio
por tus íntimos alivios
Y Molano, con la excusa de esconderse de la mirada de su familia y todo aquel que estuviera en contra de su manera de amar, trasladó sus caricias, sus besos y sus palabras hacia las calles y a los lugares menos transitados de Bogotá:
Desde la puerta del bus
él me grita
sonriendo
que si ya sé
—que él me ama
No es un sofisma decir que las cenizas de Molano Vargas están donde nace un amor, donde transcurre un amor, y finalmente, donde muere un amor. El poemario está dedicado a Diego: el amor de toda su vida. Y con Diego la sombra de la muerte se hace presente:
O tal vez—qué le parece
por una despedida larga
en que tan solo él se vaya
y yo espere para siempre
Y cuando Diego muere por la complicaciones del sida, aparece con todo ímpetu el vacío en el corazón de Molano. Un vacío que lo va llenando con su obra para recordar a su amor ido. Y pienso que mientras más escribía, más deseaba encontrarse con la muerte:
Todo lo que amo
es una inicua nostalgia
vedada a mis caricias
Es así como la obra de Molano Vargas nos va enseñando que el amor tiene múltiples colores, y que es necesario aceptarnos como somos pero también aceptar la posición de los demás; y que en la tolerancia y en el respeto de la diferencia de nuestras formas de pensar, de actuar y de amar nos abren las puertas a un universo más equitativo, más humano.
Santiago de Cali, Junio 25 del 2021
Comentar