No puede reducirse la participación ciudadana al voto, pero indiscutiblemente la elección de gobiernos se constituye en una forma de participar de las decisiones. Así, cuando ejercemos el derecho activa o inactivamente (no votar también es un ejercicio del derecho a votar) nos asiste la responsabilidad de perseguir ese ejercicio y hacer veeduría a los gobiernos que de una u otra forma elegimos.
Tenemos derecho a quejarnos, no sé si sirva para alguna cosa, pero tenemos ese derecho; yo quisiera quejarme, por ejemplo, de los millones de ciudadanos que por acción u omisión contribuimos a elegir un gobierno que pretende sustentar el fracaso del modelo económico en el que ha insistidito; poniendo más cara la vida de los colombianos y disminuyendo sus ingresos.
Los bienes y servicios en el mundo suben y bajan, las monedas con que se intercambian y sus divisas también fluctúan y no hace falta ser un experto –como los que contrató el gobierno para decir que había que ponerle IVA a todo- para saber que es la naturaleza del intercambio de bienes y servicios en un mercado.
En lo que radica la genialidad del modelo económico colombiano es que negando esa realidad, algunos pocos que para mi pesar eligieron otros muchos, decidieron que la economía colombiana dejara de hacer cualquier otra actividad lucrativa para dedicarse a vender exclusivamente ciertos bienes.
¿Qué está pasando? Sencillo, que las condiciones del mercado cambiaron, como es apenas normal, y esos bienes que iban a desarrollar a Colombia ya no son tan buen negocio. Lo peor fue que nos dimos cuenta justo cuando se desindustrializó la economía colombiana y se abandonó hasta la quiebra el aparato productivo. Ahí tienen su mano invisible.
Ahora hay que financiar las cosas que necesita financiar el Estado; como los sueldos de los expertos que van a poner a declarar renta a los colombianos ricos que obtienen la exorbitante suma de 1.5 millones al mes. Y ese grupo de expertos economistas pretenden que los colombianos, de su bolsillo asuman las consecuencias de las malas decisiones económicas de sus dirigentes lo que en mi concepto es absolutamente justo ¿acaso quien los eligió? Por eso es que uno puede votar desde que es mayor de edad, precisamente, porque se presume que los adultos asumen la responsabilidad de sus acciones.
Una mayor carga tributaria se justificaría plenamente si viviéramos en un Estado que asegure la prestación efectiva de los servicios públicos esenciales y por tanto garantice los derechos de los ciudadanos; pero ¿Cómo nos van a cobrar más impuestos si la educación, la salud, los servicios públicos e incluso la justicia y la seguridad tienen cada vez mayor tendencia a ser privados? Si todo es privado y le corresponde a la libre competencia ¿paraqué necesita el Estado más recursos?
La plata que el Estado necesita recoger es para pagarle a grandes contratistas para que se enriquezcan con obras de infraestructura, para pagar los sueldos de los expertos en economía que dicen cómo debe vivir la gente con un mínimo, sin saber cuándo vale un libra de arroz y para los cupos indicativos de los Congresistas que les van a aprobar en el congreso las reformas que necesitan para que la vida de la gente sea más difícil.
Se ha dicho mucho que este modelo económico privatiza las ganancias y hace públicas las pérdidas, se vienen días difíciles para la economía y por tanto para los ciudadanos. Que no nos vuelva a pasar, de verdad podemos elegir gobiernos que gobiernen para las mayorías y no a pesar de ellas, nuestros gobernantes requieren un fuerte jalón de orejas. Va siendo hora de que nos hagamos responsables por nuestras decisiones y liberemos al país de este tipo de gobierno.
Hay que hacernos responsables, nos vemos en las calles, si los elegimos podemos sacarlos del puesto. Una buena fecha para empezar es el próximo 13 de enero día en que se subasta uno de los activos más importante de la nación ISAGEN.
Si usted es de los que no se mete en política, no hay problema ya la política se metió con usted, nos vemos el 13E la cita en Medellín es en Carabobo norte a las 5:00 pm.
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