Sobre el saqueo de la UNAL. Y del comején Peña ¿qué?

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Las semanas que van de la designación ilegítima del profesor Ismael Peña como rector de la UNAL, por un CSU cuestionado por múltiples sectores, y su posesión próxima, el 2 de mayo, han sido de incertidumbre, de agitación y de resistencia contra esa designación. Se especula que el gobierno de Petro no intervendrá ante otro de los desaciertos de la Ministra Aurora Vergara, bajo el entendido de respetar la autonomía universitaria. ¿Cuál autonomía? se preguntan miles de miles. ¿La de la marrulla larga y solapadamente enquistada de los mismxs con las mismxs? ¿La del comején que roe las entrañas de las más sólidas estructuras tropicales, ese animalito silencioso que arrasa con todo, como lo estudió el sabio Mutis?

Las expresiones de enfático rechazo y de desagravio moral contra la designación de Peña han venido en aumento, y el tono es cada vez más preciso y claro. El profesor emérito Orlado Acosta de la Facultad de Medina parece reunir o concentra, con gran dignidad, la voz en coro contra la nube pestilente que ensombrece la primera institución universitaria del país. Lo expresa así: “No haber atendido por más de tres décadas las solicitudes que algunos hemos hecho de manera sistemática sobre la necesidad reformar la actual gobernanza burocrático-dictatorial de la UNAL hacia una gobernanza compartida con inherentes propiedades de inclusividad, transparencia y principios democráticos, ha conducido a la crisis que hoy afecta a la institución. Ante previas oportunidades perdidas para ponerle fin a la tradicional gobernanza excluyente y discriminatoria, la actual crisis es una espléndida oportunidad para forjar un camino hacia una gobernanza compartida donde el ejercicio democrático solo tenga como limite el mérito.”

En el hilo de correos de profesores las acusaciones y los improperios contra la camarilla que está detrás de Peña, y que debe seguir alentándolo en su desafortunada carrera a la rectoría, se multiplican y rozan con lo permisible, en una institución universitaria. Algunos expresan su preocupación por el clima de “…odios y agresiones que vienen creciendo desde hace bastantes años… guerras de odios entre profesor@s de planta dentro de departamentos y facultades, personas que no se pueden ni encontrar en los pasillos de los edificios, mucho menos en reuniones de unidades académicas.” También “Desde Abajo” se pronuncia: «Nuestra universidad está mucho más permeada por el modelo neoliberal, alianzas público-privadas, manejo privado de recursos públicos, sobrecostos, el lobby no es necesario porque usan artimañas en el CSU para elegir rector a dedo.» En ocasiones el lenguaje callejero se impone en los chats profesorales (no cabe citarlos), se tilda abiertamente a la camarilla de exrectores, la rectora actual y beneficiados de millonarias bonificaciones vía gastos de representación (algunos perciben hasta 300 millones anuales) de criminales, estafadores, abusivos, etc,

La incertidumbre ronda en todas las instancias, el paro persiste y las sedes siguen el dictado de Bogotá. Se aplaza la reunión del CSU, programada para este pasado 23 de abril,  por razones misteriosas y sin justificación. El prestante portal “El Observatorio de la Universidad Colombiana” titula esta semana: “La preocupante incapacidad de la Universidad Nacional de Colombia para poder solucionar su crisis”, para insistir en lo que estamos de acuerdo, desde la designación de Peña como rector que “…la universidad está paralizada, polarizada, sin liderazgo, con violencia y sin norte.” El dedo acusador de la estafa a la democracia universitaria, que arrebató al profesor Leopoldo Múnera la legítima opción a la rectoría, apunta a la jugadita genial de Ignacio Mantilla (el mismo que compró multimillonarios sofás para rectoría) para aplicar el denominado “método Borda” (que no respeta la mayoría, sino que se pliega dócil a nuestra marrulla criollo-universitaria), como lo explica, tan didáctico como es su costumbre, el colega Rodrigo Uprimny. Es decir, un malabar ilusionista para robarnos a todxs la ocasión de enderezar el curso turbio del Alma Mater.

La ruta para una Constituyente universitaria se abre paso, aunque no con el esperado vigor (falta mucha movilización de base), expresa otro colega: “La autonomía es una actitud y una cualidad de TODA la comunidad universitaria. Y lo que no saben o quieren desconocer es el derecho a rebelarse frente a la manipulación de una aristocracia que desfigura la actividad académica y el proceso educativo como proyecto de mercadeo en beneficio de ellos, estimulado por la rectoría y por el CSU.” Esta ruta se opone a lo constituido ruinosamente: “Se trata de un problema de tiempo atrás y que ahora con la prepotencia y arrogancia de seis embaucadores, incluida la rectora Dolly Montoya cruzó el umbral y la comunidad universitaria, con el movimiento estudiantil a la cabeza les responde.”

El equipo rectoral saca el 23 de abril un comunicado asmático (señal de desespero) para llamar a la cordura, dentro de los canales regulares: “Vivimos una situación muy compleja en la Universidad Nacional de Colombia, que debería ser resuelta con base en las herramientas del saber universal y de la tradición universitaria, establecida a través de su larga historia. La universidad es el lugar del diálogo y la argumentación y es también un espacio en donde se hacen realidad muchos proyectos de vida que responden al propósito de poner el conocimiento al servicio de la construcción de caminos para el desarrollo posible de las regiones, del país y de la humanidad en su conjunto. Quienes han tenido la fortuna de llegar a nuestras aulas se forman como ciudadanos críticos y responsables, dispuestos a servir a la sociedad.” Traducimos: “situación muy compleja” igual “caos” provocado por ellos mismos; para ser “resuelta con bases en las herramientas del saber universal” igual consultar el folleto de la ferretería de Home Center (no la Enciclopedia de Diderot y D’Alembert); “caminos para el desarrollo” igual catástrofe institucional del comején empeñado… Etc.  Una  profesora de la Facultad de Ciencias Humanas y Económicas (sede Medellín) les contestó en defensa del sarcasmo como opción válida: “A veces el sarcasmo es lo único que nos queda frente a la aplanadora de las directivas y la sensación de impotencia.” Se representó en el Auditorio León de Greiff, como señas de protesta y a favor de la Constituyente universitaria convocada por Leopoldo Múnera, la obra del colectivo Tramaluna, “Antígonas. Tribunal de Mujeres”, bajo la dirección de Carlos Satizábal. En medio de esta avalancha de protesta  estalló antier el escándalo del desfalco a la Sede de Tumaco de la UNAL, que denunció “El Colombiano”, en la que se habla de un presunto descalfo por encima de 2.000 millones de pesos. Etc., Etc., Etc.

Incapacidad para resolver el hoyo negro que han propiciado con esta designación rectoral, amoralidad y astucia en los procedimientos para elegir el rector, ilegitimad al burlarse de los resultados de la consulta, incertidumbre creciente, rechazo masivo, continuismo desvergonzado, arrogancia, autoritarismo, importantismo vulgar, vandalismo institucionalizado, son los adjetivos más discretos que podemos expurgar del RAE para referirnos al caos presente, que tiende a agriarse en un hiper-caos con consecuencias institucionales funestas para la Universidad Nacional de Colombia. Para toda la universidad pública del país. Ni un minuto de paz o sosiego o disfrute internos ha tenido Peña desde su elección, ni un segundo de paz o sosiego o disfrute de su triunfo mal halado, podrá tener en sus años de rectoría ni siquiera leyendo, la versión que desee de El Príncipe de Maquiavelo, pues este pensaba desenmascarar los crudos hilos de lo político, para beneficio del disfrute del poder. Pero ¿qué poder? ¿qué beneficio? ¿qué carajos hará este hombrecito comején en la rectoría, aparte de sentarse en los ya desgastados sofás de Mantilla? ¿Nos querrá seguir engatusando con el burdo método Borda? No tendrá un segundo de nada bueno ni nada nuevo para el buen hombre nuevo. Nuestro estudiantado.


Todas las columnas del autor en este enlace: Juan Guillermo Gómez García

[1] Profesor Universidad de Antioquia y Universidad Nacional (Sede Medellín).

Juan Guillermo Gómez García

Abogado de la Universidad Externado de Colombia. Doctor en filosofía de la Universidad de Bielefeld, Alemania. Profesor UN y UdeA.

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