Petro y la división “elena”, ¿una encrucijada del alma?

Dice la letra de una conocida composición del cantautor argentino, Leonardo Favio, “No juegues más mi amor, no juegues más, que el hilo del amor se romperá”, ese estribillo, desprovisto de su amor (de amor eficaz, si se quiere) e ingenuidad romántica, se podría aplicar al difícil momento por el cual atraviesa la negociación con el ELN, la cual se encuentra estancada en una sucesión de crisis que llevaron a tal punto de tensión que la delegación encabezada por Vera Grabe e Iván Cepeda no vio más alternativa que pedirle al presidente como comandante en jefe que intervenga para definir su futuro inmediato.

En la manos de Petro se encuentra una decisión en una sola vía, seguir avanzando en el diálogo con la delegación que el Comando Central -Coce- del ELN designó cuando se reactivó el proceso de paz en diciembre de 2022; o, constituir un proceso de alcance regional con el Frente Comuneros del Sur, una estructura elena con presencia en Nariño que en los últimos meses ha manifestado su voluntad de paz (y de desarme) y que le ha solicitado al gobierno una mesa independiente al no sentirse representada por la delegación designada por el Coce.

Todo parece indicar que no será una decisión sujeta a tibiezas. Porque lo que inició como una fisura al interior de la guerrilla se ha ido convirtiendo en una inmensa grieta que amenaza con echar por el suelo el proceso más avanzado de la política de Paz Total (el único que en medio de la polarización tiene resultados para mostrar), no solo eso, ¡es el proceso que ha logrado más resultados con el ELN a lo largo de las últimas tres décadas!

Aunque la decisión de avanzar en un acercamiento con el Frente Comuneros del Sur tiene sentido desde la incierta lógica de la Paz Total, ya que así el Gobierno nacional -de la mano del Gobierno departamental- responde al clamor de las comunidades, sí tiene el riesgo de activar una “doble política de negociación” que no solo evidenciaría el altísimo nivel de autonomía de los frentes elenos, sino que, además, podría detonar un efecto domino y en consecuencia reducir la capacidad de negociación de la delegación designada por el Coce.

Por donde se le mire el riesgo es alto.

Por un lado, si se desestima el acercamiento con el Frente Comuneros del Sur se perdería la oportunidad de constituir un diálogo con una estructura que ha manifestado su intención de dejar las armas antes de que Petro termine su mandato (y con la delegación designada por el Coce la expresión “dejar las armas” no es ni siquiera una posibilidad), lo que podría derivar en un resultado tangible para la Paz Total en una región muy afectada por el conflicto armado (y donde Petro arrasó en las elecciones de 2022), y por el otro, implicaría tensionar hasta la ruptura definitiva el diálogo que se viene sosteniendo con la delegación designada por el Coce.

Y precisamente ahí es donde se encuentra la encrucijada del alma para el presidente, o se la juega por avanzar en un diálogo que podría terminar en la fotografía insólita del desarme de un frente de guerra eleno, o se decide por la continuidad del proceso que se reactivó en diciembre de 2022 y que a pesar de sus importantes avances se ha caracterizado por su lentitud y excesivo protocolo, y sobre el cual cada vez se cierne una certeza: su resultado final no dependerá de la voluntad del actual gobierno, porque cada vez es más claro que el proceso de diálogo con el ELN quedará entrampado en una temporada electoral que el mismo presidente se ha encargado de anticipar.

Personalmente, me resulta absurdo que la resolución de una tensión que, en principio, le corresponde resolver al ELN desde sus instancias de dirección, ya sea expulsado el Frente rebelde o este declarándose en disidencia ante el Coce, quede en las manos de Petro. Pero así están las cosas, las tensiones y los congelamientos de la Mesa tienen que remitir de una buena vez porque como lo expresaron Vera y Cepeda en un reciente comunicado: “no se puede adelantar un proceso de negociación en dos instancias con una misma organización”.

Solo falta preguntar, ¿Cuál hilo se romperá?

*En la Plataforma de seguimiento al proceso de diálogo entre el gobierno y el ELN -Isegoría- se puede encontrar una amplia serie de análisis, columnas, boletines, documentos académicos, y reportajes periodísticos relacionados con este proceso. Toda esta información se puede consultar en el sitio https://isegoria.udea.edu.co/


Todas las columnas del autor en este enlace: Fredy A. Chaverra Colorado

 

 

Fredy Chaverra Colorado

Politólogo, UdeA. Magister en Ciencia Política. Asesor e investigador. Es colaborador de Las2orillas y columnista de los portales LaOrejaRoja y LaOtraVoz.

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