‘Que entren todos los que quieran’: Boaventura de Sousa

Que mejor forma de ser coherente con su pensamiento que la frase que lanzó Boaventura de Sousa al darse cuenta que muchas personas se quedaban por fuera de la presentación de su libro: Democracia y transformación social. Junto a Leopoldo Múnera y justificando la ausencia de Alfredo Molano y César Rodríguez, Boaventura inició el conversatorio dando las gracias a Colombia por dejarlo presentarse en la Filbo y además, agradeció a todos los asistentes que sentados contra las paredes del salón B de Ecopetrol, esperaban ansiosos las palabras del sociólogo portugués.

La sala que en sí es una improvisación de auditorio dividido por paredes de drywall, tiene una capacidad para 290 personas, pero después de la indicación de Boaventura, podíamos pensar que habrían 320, 340 personas que llenaban los pasillos y muy juiciosos como niños de colegio, se sentaron en el piso y esperaron la intervención del gran sociólogo. Una de las críticas fuertes fue la logística para el evento de Sousa, a sabiendas que es uno de los grandes intelectuales, la Filbo pareció no contemplar la posibilidad de un lleno total en la presentación de este libro. De todas formas, Sousa se presentará el 1 de mayo en el auditorio José Asunción Silva, para toca algunos temas que se quedaron en el tintero de la charla con Múnera.

Su último libro gira en torno a la crítica de la democracia liberal, de la división entre la academia y los movimientos populares, de la pasividad de la sociedad ante los cambios o movimientos políticos que tanto daño han hechos a los países de América Latina. Por esta razón afirma Sousa: “El presente es confuso por las diferentes formas de poder”. Es que en un continente que se enfrenta a grandes cambios, tienen la necesidad de repensar, reevaluar las acciones que conllevan a la construcción del futuro que es en sí, el mañana mismo. Colombia que no se queda atrás a toda esa “revolución” de cambios políticos, tiene una parte fundamental en el pensamiento del intelectual portugués que afirma: “Colombia sigue siendo un lugar de interrogantes y de esperanzas”. Cosa que es común entre los habitantes de un país que piden a gritos justicia, respeto y democracia con responsabilidad, con seriedad, con formas que den tranquilidad y que a su vez, de una razón del porqué vale la pena seguir viviendo estos cambios y soñar con que sean positivos en ese futuro inmediato.

La propuesta de Boaventura es clara y concisa: “Se necesita un nuevo tipo de democracia, de transformación”. El intelectual portugués le apuesta a los movimiento sociales, a las formas más efectivas en los cuales se generan los cambios ya que, como hemos visto en la última década, el poder es venenoso y deforma a aquel que está cerca, llevándolo a la violación de los derechos y a un abuso exagerado. Lo peor de todo este caso, es que todos sabemos lo que ha pasado, conocemos el proceso pero ninguno denuncia, se roban el dinero, abusan de los recursos y nos mienten constantemente y no pasa nada, nadie hace nada “no hay revoluciones, no hay mutaciones, no pasa nada con los malos”. Tal vez Boaventura no incite a una revolución tipo Marx, tal vez no se busque formas de acabar con todo lo que esté al paso, simplemente se trata de ser conscientes y además, de ser honestos con la realidad en la que vivimos, en el mercado en el que nos movemos y en el continente en el que estamos. Necesitamos ver y cambiar cosas, no repetirlas.

“En el mundo convive la democracia local con los fascismos sociales” parafraseó Múnera uno de los apartados del libro de Sousa y tiene toda la razón, nos estamos volviendo crédulos de una fachada que ha montado la ultraderecha, los gobernantes y dominadores de un poder que les cuesta soltar porque la ambición los lleva a decir mentiras, a montar un paisaje del cual creemos que hacemos parte pero la verdad, simplemente estamos siendo un elemento más de la escenografía.

“Estamos luchando por la igualdad y la democracia” afirmó Sousa al referirse a su trabajo en Brasil y Portugal a cerca de las minorías y los movimientos sociales, la democracia local. Pero también fue crítico al afirmar: “Estamos ahora víctima contra víctima”. La realidad nos muestra que el pobre está peleando contra el pobre, el obrero de cierta nacionalidad ve como enemigo al otro obrero que intenta hacer algo diferente, entonces, nos estamos acabando entre nosotros y el capitalismo se ríe porque el verdadero problema es él y nadie hace nada. Las personas que habían calmado sus ánimos por el inconveniente logístico, escuchaban con atención las palabras de Sousa y a su vez, asentían con la cabeza las fuertes críticas del intelectual que hacía menos de 24 horas había llegado de Brasil. El momento más agudo de la crítica fue cuando afirmó: “Tanta ciencia y tanto conocimiento y perdimos. No tenemos revolución y la democracia está fracasada”. El llamado de atención de Sousa va ligado a esa falta de autocrítica que tienen los países para reconocer sus procesos políticos y democráticos, para establecer en qué momento fue efectivo ciertos cambios y en qué momento hizo falta más trabajo para mejorar tantas cosas que se escaparon de las manos, por ejemplo, el trabajo realizado por Lula da Silva y Dilma en los diferentes gobiernos de la izquierda, cambios que llevaron a prestar atención a los movimiento sociales y darle paso a una nueva forma de pensar la sociedad. Pero ahora, unos cuantos decretos destruyeron el trabajo realizado durante diez años. Por esta razón afirmó con un proverbio ruso: “El pasado es más incierto que el futuro, porque hay que estar reevaluando el pasado constantemente”.

Antes de terminar hizo referencia al papel que tiene la ultraderecha en las redes sociales, como manipula, como exige y como promueve la desinformación. Esto no es otra cosa que el poder de la comunicación deliberada y abusiva por parte de aquellos que saben cómo enredar en medio de la confusión. “Las vivencias de las posibilidades entre el miedo y la esperanza”. Así se mueven las multitudes, con esperanzas y con miedos y está bien, porque en ese trasegar hay cambios, hay obsesiones que ayudan a mejorar algo que está haciendo tanto daño pero también, es una contra ya que puede usarse para la manipulación y el olvido del poder de la crítica. Por esa razón, Sousa termina: “Debemos analizar los instrumentos que tenemos para luchar, para resistir”.

 

Editor Cultura: Juan Camilo Parra Martinez

Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Santo Tomás, columnista y periodista freenlace. Ha escrito para varios medios de comunicación. Su pasión entre la literatura y el periodismo lo llevó a buscar un punto central en donde la ficción y la realidad se crucen, se toquen pero no se confundan.