Prensa y política: ¿Aliados de quién?

La libertad de prensa, sin ninguna duda, es un elemento central del derecho más amplio a la libertad de expresión. La prensa (en sus varias plataformas) juega un papel central al informar de forma contextualizada sobre los temas relevantes para todos los ciudadanos y ciudadanas, al agendar en debate público las cuestiones centrales para el desarrollo y la democracia, al actuar como “perro-guardián” de los gobiernos y otros actores.

Por eso, es fundamental que pueda ejercer su trabajo con libertad. Esta libertad está amenazada de muchas formas: censuras directas a través de leyes que no respetan los estándares internacionales, concentración de medios, violencia contra medios y periodistas, impunidad en los crímenes cometidos contra medios y periodistas, violencia digital, auto-censura, entre otras. (“Libertad de Prensa | Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura,” n.d.)

La prensa surge en Colombia a finales del S.XVIII, y desde ese histórico momento hasta el día de hoy, no ha habido en Colombia un instante en el cual los periódicos tengan una posición neutral e imparcial frente a una situación, un instante en el que los periodistas puedan tener libertad de prensa sin ser censurados porque su columna le incomodó al gobierno de turno o un instante en el que el periódico cumpla su fin que es informar y no ideologizar.

La prensa y la política han estado estrechamente relacionadas en Colombia. Desde los escritos publicados por Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander o Antonio Nariño, se ha visto la fuerza de la divulgación por medio de los escritos. Y por supuesto, en el S.XIX se puede evidenciar sin el más mínimo esfuerzo cómo la prensa es uno de los métodos para manejar las masas y cómo el periodismo se ve opacado por la censura producida por el gobierno de turno o por los mismos directores; es en estos dos aspectos anteriores donde se va a desarrollar este ensayo.

Respecto a la prensa como método para manejar la voluntad de la gente, se tienen registros de que presidentes tales como Manuel Murillo Toro, Santiago Pérez, Rafael Núñez, Miguel Antonio Caro, entre otros; tenían su propio periódico, en el cual se desarrollaban sus planteamientos al punto de decirse que fue su camino para llegar al poder, en igual o mayor medida que su prestigio en el manejo de la espada.

Y este manejo de la gente no solo tenía fines electorales, eran fines más allá de lo político, eran fines netamente militares, en los cuales se daba suma importancia a los temas relacionados con la violencia bipartidista. Estos periódicos manejan el tema de acuerdo a la ideología propia del director, y es así que publicaciones como “El Neogranadino” que pertenecía a Miguel Antonio Caro, manipulaba la información para exaltar a los conversadores y hacer nacer en ellos un deseo de extinguir a toda fuerza opositora; pero los liberales no se quedan atrás con periódicos como “El Espectador”; o “El Siglo” que producían el mismo sentir, pero en el bando contrario, a tal punto que llegaron a ser clausurados por el gobierno.(UDEA, n.d.).

La postura mencionada anteriormente por parte de los periódicos, se puede evidenciar los últimos días del año 1898, cuando los diarios conservadores decían: «Ha vuelto a hablarse en estos días, como de cosa inminente, de una formidable revolución liberal» (Santos Molano, n.d.); los liberales replicaron que eran rumores idiotas, que antes de hacer la guerra, ellos buscaban la paz, a tal punto que Rafael Uribe Uribe tuvo una cena de año nuevo con el presidente Manuel Antonio Sanclemente para conversar sobre la paz en su residencia de descanso en Anapoima, Cundinamarca.

Este hecho nos muestra el manejo que se hacía a las personas mediante la mala información que se difundía, y más al tener el apoyo del presidente Sanclemente, conservador fundamentalista y colaborador de Caro en todo momento. El único caso que se puede citar frente a la libertad de prensa durante la época es el del ibaguereño Manuel Murillo Toro, quien en su periódico “El Republicano”, permitía la libertad de prensa bajo la hipótesis de que, si un argumento es mejor que el propio, ¿por qué no publicarlo? La acción anterior y algunas más que se llevaron a cabo durante su gobierno de corte liberal fueron las que le dieron a Murillo Toro el logro de ser el más reconocido buscador de la libertad en el S.XIX tanto política como periodísticamente.(“Murillo Toro, Manuel | banrepcultural.org,” n.d.)

Teniendo las referencias sobre el manejo que se daba a los medios de comunicación basándose en los fines del gobierno, surge la siguiente inquietud apoyándonos en el método darwinista, ¿hemos evolucionado solo físicamente o también mentalmente a tal punto de no permitir la censura de prensa y el amarillismo informativo?

Lamentablemente, en la actualidad es donde más uso se hace de este manejo de masas, hoy en día hablamos de la biopolítica, “lo que alude a la relación entra la política y la vida”(Aguilera Portales, 2009), y el principal fin de ésta es el manejo de la vida de las personas para llegar a controlar su voluntad política mediante el uso de los medios de dominación de masas, que hoy en día están ligados en gran medida al uso de los medios masivos de comunicación.

Y no se puede ignorar el papel determinante dentro de la sociedad tanto en el S.XIX como ahora en el S.XXI, como se vio anteriormente la prensa manejaba a las masas en torno a unos fines que eran considerados adecuados para el director o el gobierno, y nada no conocido se vive en la actualidad; las mismas familias con trayectoria periodística son las que tienen también una gran representación en la cúspide de la política nacional, pues no hay medio mejor para conseguir adeptos que la tan mencionada prensa. Un claro ejemplo de una historia cíclica.

Por lo dicho anteriormente y reflexionando un poco sobre la relación entre el manejo de la prensa en el S.XIX frente a las guerras civiles y el manejo actual frente a los temas relacionados con lo bélico, llámese FARC, ELN, bacrim, etc.; podemos ver cómo nos han impuesto pensamientos que, en nuestro afán o simple ignorancia, no rumiamos, y es así como han manejado nuestra vida a lo largo de varios siglos.

Y ya para culminar este ensayo, vale la pena reflexionar sobre lo siguiente, ¿es coherente que se hable de la misma censura de prensa hoy, que a mediados del S.XIX?, ¿es lógico que en un Estado Social de Derecho en el que tenemos derechos inherentes como la libertad de expresión, vivamos esta libertad tal cual la vivieron nuestros antepasados hace más de cien años? Como dijo Estanislao Zuleta en algún momento, “tenemos que dejar nuestro afán de hombre moderno para poder generar un pensamiento propio”.

Bibliografía

Aguilera Portales, R. E. (2009, July 1). Biopolítica, poder y sujeto en Michel Foucault. Universidad Carlos III de Madrid. Instituto de derechos humanos Bartolomé de las Casas. Retrieved from http://e-archivo.uc3m.es/handle/10016/8892

Libertad de Prensa | Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. (n.d.). Retrieved March 4, 2016, from http://www.unesco.org/new/es/office-in-montevideo/comunicacion-e-informacion/libertad-de-expresion/libertad-de-prensa/

Murillo Toro, Manuel | banrepcultural.org. (n.d.). Retrieved March 7, 2016, from http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/biografias/murimanu.htm

Santos Molano, E. (n.d.). La guerra de los mil días | banrepcultural.org. Retrieved from http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/mayo2004/guerra.htm

UDEA, P. académica. (n.d.). HISTORIA DEL PERIODISMO ANTIOQUEÑO. Página 15.

Alejandro Palacio Restrepo

Un ciudadano más. Estudiante de ciencia política. Como buen antioqueño, soy creyente pero de la democracia y las instituciones.

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.