Oliver Sánchez y el colapso del sistema de salud

Maria Auxiliadora Dubuc

…PINTAME ANGELITOS NEGROS… (https://www.youtube.com/watch?v=sp5Ku7E2KW0)

Esta semana nos conmueve una historia, su protagonista: un niño de 8 años de edad. Oliver Sánchez,  quien participó en una protesta el 26 febrero de este año en Caracas, Venezuela, pidiendo ayuda para conseguir los medicamentos para su quimioterapia, indispensable para el tratamiento de su enfermedad: Linfoma de No- Hodgkin.

Oliver, de tez morena y delgada figura de nuestro Barlovento. Tenía toda una vida por delante. Era un niño alegre, perspicaz, pícaro y  transmitía energía positiva, soñaba con ser bailarín, cantante pues quería ser como Michael Jackson, su ídolo y lo imitaba en todo. También le habría gustado ser inventor, trabajar en un laboratorio para encontrar la cura a su enfermedad, y en ocasiones, manifestó querer ser bombero.

Lo cierto  es que Oliver fue diagnosticado en noviembre del año pasado de un cáncer en el tejido linfático, sufría de infección y fiebre alta y fue allí que comenzó el calvario para sus padres. Su madre que trabajaba en el SENIAT, renunció para atenderle, de modo que sobrevivían con el sueldo de su padre, un humilde transportista.  La odisea de sus padres para conseguir los medicamentos resultó ser una tarea titánica. Pasaron penurias y dificultades de toda índole; se convirtieron en detectives, los buscaban por todas partes, hasta en las redes sociales, twitter, facebook, etc, donaciones en el interior, no quedó que no hicieran para salvar la vida del niño. Buscaron cama, los rebotaron de varios hospitales y no se consiguió la terapia intensiva, así  lamentablemente Oliver se agravó a causa de una infección urinaria, una meningitis  y una infección respiratoria que lo llevaron al coma. Perdió la batalla y murió por falta de medicamentos, (no se consiguió el protector cardiovascular aplicado a niños en quimioterapia), la tarde del martes 24 de mayo en la Clínica Loira en el Paraíso, donde pasó más de diez días hospitalizado.

Desde el punto de vista legal, nuestra Carta Magna consagra expresamente en su artículo 83, la salud como un derecho fundamental y además como un deber del Estado, el cual debe promover políticas orientadas a garantizarlo. Sin embargo, Venezuela atraviesa hoy en día en materia de salud, la peor crisis de su historia. Desde fines de 2012 enfrentamos una fuerte escasez de medicinas, insumos médicos y deterioro de la infraestructura de salud,  crisis que muchos analistas asocian a una importante merma en la venta de divisas oficiales que generó el año pasado una caída de más de 40% en las importaciones, y que se prevé podría complicarse este año por el deterioro de los precios del petróleo, que representa la principal fuente de ingresos del país por exportaciones.

En consecuencia, sin divisas para importar los medicamentos e insumos básicos, hay desabastecimiento y si a eso le sumamos que Venezuela es uno de los países con menos inversión per capita en materia de salud, pues ya visualizamos la realidad. Por otro lado, es importante tomar en cuenta, la importante a eso se le suma la importante deuda que mantiene el  Gobierno con las empresas farmacéuticas y laboratorios, la cual ronda los 3 millones de dólares.

Los indicadores de gestión arrojan cifras alarmantes de mortalidad materna, cardiovascular, cáncer entre otras enfermedades. Esto no es otra cosa, que un signo inequívoco de la ineficiencia de nuestro Sistema de Salud. Así vemos como los venezolanos mueren de mengua, porque ni reactivos hay para la detección de enfermedades, no existe un Plan Nacional de Salud y han pasado más de 5 ministros en 3 años por ese ministerio, porque sencillamente “no dan pie con bola”. En consecuencia y para rematar la faena, tenemos epidemias también. En Venezuela hoy en día  hay malaria, chincungunya, dengue y zica, todo lo cual causa un terrible impacto en la población, todo ello a consecuencia de la falta de políticas de prevención adecuadas, lo que hace la situación insostenible.

El gremio médico denuncia que no puede realizar operaciones, ni cirugías por carecer de los insumos en clínicas y hospitales, de tal manera que han tenido que generar contingencias a través de las cuales en clínicas y hospitales, solo se atienden emergencias y se postergan las cirugías electivas, es decir, las que pueden esperar.

Por otro lado, el gobierno sostiene que la escasez es consecuencia de una «guerra económica» de la oposición y del sector empresarial para desestabilizar el país y se defiende destacando la instalación de ambulatorios en barrios populares operados por médicos cubanos.

La realidad es que la muerte de Oliver debe llamarnos a la reflexión, un llamado a la conciencia de todos los venezolanos. Conciencia social sobre el trasfondo del caso, porque esta muerte no es más que un reflejo de la sociedad en la que nos hemos convertido. Nos recuerda que hay personas que están en los hospitales luchando por sobrevivir todos los días, de modo que se trata de un tema que no debemos politizar y que debemos atender con la seriedad y la celeridad que requiere.

En Venezuela hay muchos Oliver que sufren las consecuencias de un sistema de salud que no funciona, ¿cuántos niños no mueren en hospitales por la misma causa, porque a decir verdad no ubican el fármaco que se requiere con la urgencia que amerita?  Es terrible, todo esto genera que las condiciones de salud del paciente empeoren a veces de manera irreversible.

Adicionalmente es importante entender que los niños son una prioridad ante esta situación de desabastecimiento y escasez que vive el país. En el entendido que el estudio realizado a niños, en esta situación en Venezuela, ha arrojado que tardan hasta dos meses por decir lo menos, para conseguir los medicamentos indispensables con el objetivo de continuar su tratamiento, por lo que considero inaceptable e inconcebible que se hayan intentado acciones de protección ante los Tribunales de la República  y ante este drama que vive el país,  irresponsablemente consideren que no hay pruebas suficientes o evidencias contundentes de la escasez que vivimos en esta área y que esta escasez este afectando a nuestra infancia, eso señores es intentar tapar el sol con un dedo, resulta insólito y clama ante los ojos de Dios.

La resolución de esta crisis está en manos del Gobierno: Es su deber encontrar los mecanismos y accionar, porque no ingresan los medicamentos al país sin el debido permiso sanitario o control  del ejecutivo nacional y muchos de ellos se quedan en aduana porque las autoridades encargadas del asunto, no les dan la prioridad que requieren. Debemos exigir al Gobierno que cumplan con su función, que se nos garantice nuestro derecho a la Salud, que se nos permita a todos los venezolanos el acceso a los medicamentos indispensables, remozar la infraestructura de nuestros hospitales, dotarlos de equipos médicos que permitan la atención adecuada y eficiente a los pacientes e igualmente de insumos básicos para su cabal funcionamiento, tomar acciones en este sentido se hace urgente, no podemos esperar.

Oliver hoy es un angelito en el cielo, luchó por su vida, marchó y protestó, pero tristemente no fue escuchado. Esperemos que su muerte contribuya a que el Gobierno reaccione y accione en este sentido, con la intención de impedir que ocurran más muertes inexplicables como la de Oliver y presumimos las de otros muchos niños que fallecen irremediablemente todos los días en los hospitales de nuestro país, gracias a la indolencia de un régimen que mantiene a un pueblo en estado de angustia y que definitivamente no busca ni su paz y ni mucho menos su bienestar.

MARIA AUXILIADORA DUBUC

@mauxi1

 

Somos Ciudadanos Venezuela

Somos ciudadanos es un movimiento de venezolanos demócratas independientes en busca de retomar los derechos ciudadanos y promover la democracia en Venezuela y Latinoamérica. Nuestra misión es divulgar la violación sistemática de los derechos humanos en Venezuela, así como la diaria violación de la Constitución Nacional. Difundimos opiniones acorde a nuestros valores ciudadanos y buscamos la interacción masiva con ciudadanos del mundo usando las redes sociales. El objetivo final es retomar la paz y la democracia en nuestra Tierra de Gracia, VENEZUELA.

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