¡Muertos y no de la risa!

Según la Organización Mundial de la Salud cada año aproximadamente, 1,19 millones de personas fallecen como consecuencia de accidentes de tránsito. Entre 20 y 50 millones de personas sufren traumatismos no mortales, muchos de los cuales provocarán una discapacidad.

En Colombia las cifras son escandalosas tal como lo registra el Ministerio de Transporte que tiene esta data: Entre enero y diciembre del 2.023 en nuestra nación se registraron 8.405 personas fallecidas por siniestros viales. En lo corrido del 2.024 en Medellín, se han incrementado los accidentes de tránsito con respecto al 2.023 en un 13%

Los compatriotas mueren más por accidentes viales que por el conflicto interno, es menester llamar a la reflexión al gobierno nacional, a los alcaldes y gobernadores, a los congresistas, diputados, y concejales para que incorporen actividades que lleven a la mínima expresión estas horripilantes estadísticas.

Debemos apuntar como sociedad a gestar una cultura vial para la movilidad donde los actores viales conozcan y apliquen las normas de tránsito. Entender que lo más habitual debe ser esperar un semáforo en rojo, cruzar por la cebra, evitar confrontación en las calles, saber que el peatón es sagrado, como cada vida del busero, taxista, conductor de plataformas, ciclista y motocilista que hace uso de la vía pública.

Corresponde a las autoridades hacer controles en las calles que aludan a cumplir el código nacional de tránsito. En nuestra urbe es competencia de la Secretaría de Movilidad ser autoridad de tránsito, debe mejorar para liberar las calles medellinenses del mal parqueo que obstaculiza el paso libre, ser autónoma y salir de la mafia del negocio de las fotomultas donde hoy en día el 60% de los ingresos por sanción de fotodetecciones van a un privado (Quipux _UNE).

Hace algunos quinquenios el INVIAS lideró una campaña denominada «Las estrellas negras» en la cual en los 32 departamentos y 1.101 municipios colombianos, se marcaba en el asfalto y en el lugar preciso de un accidente mortal, una estrella negra con rasalto amarillo que generaba una emoción que llamaba a la reflexión. ¡Qué bueno sería retomar esa iniciativa!

Desde los comportamientos individuales se pueden transformar los colectivos, insto a la ciudadanía a cambiar el chip y ser los distintos en las vías pero por cumplimiento de las normas, como sucede en Japón, Alemania como eje europeo y el viejo continente mismo.

Santiago Jaramillo Botero

Santiago Jaramillo Botero es comunicador y relacionista corporativo de la Universidad de Medellín, fue concejal de Medellín en el periodo 2.016 a 2.019 y es columnista de opinión en Al Poniente desde su primer año.

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