“Millennials” al poder

«Somos la generación de la inmediatez y la crítica constante, estas dos actitudes, tendrán relevancia en la arena política del corto plazo.»

¿A qué se enfrenta la política con esta nueva generación de jóvenes quienes lentamente van tomando las riendas del poder público? ¿Qué sucederá con la figura del político tradicional, es decir, cristiano, patriarcal y un toque soberbio? ¿Cómo deberán mutar las ideas políticas de derecha e izquierda para adaptarse a los nuevos principios y valores de la denominada “Generación Y”? Estas preguntas socavan lo más profundo de la cosmovisión de una generación entera; pero sin duda, es importante comenzarlas a plantear; pues, a la fecha, es la generación que más ha utilizado la tecnología en la historia de la humanidad.

Nosotros los millenials -quienes nacimos desde el año 1990 en adelante- estamos acostumbrados a tenerlo todo al alcance de la mano, a obtener lo que deseamos instantáneamente, y en especial; a someter al linchamiento virtual a personas políticamente incorrectas; a generar turbas cibernéticas armadas con muchos caracteres y emoticones contra quienes por desgracia se han hecho virales por sucesos inadmisibles en nuestra concepción de lo correcto. Sencillamente; somos la generación de la inmediatez y la crítica constante, estas dos actitudes, tendrán relevancia en la arena política del corto plazo.

Yendo en contravía de la mayoría, esta generación es mucho más consciente del suceso político; pues si bien, nos hemos llenado de opinólogos cibernautas, esto no fluye en razón de la ignorancia colectiva; pues el mero hecho de opinar implica un esfuerzo mental, así sea errado, el cual debe sostenerse sobre unos argumentos medianamente sólidos, por ende, obliga a los individuos a investigar para sustentar su opinión. Se observan otros fenómenos como el bombardeo de los titulares noticiosos en redes sociales, el cual genera disminución en la desinformación de los acontecimientos actuales. En resumen, con sus defectos, las redes sociales y el mundo virtual, nos hace más sensibles a los temas álgidos en la política del día a día.

Otro factor, son los temas políticamente correctos, pues en estas generaciones, se ven de manera positiva temas como; el aborto; la adopción homoparental; el matrimonio entre parejas del mismo sexo, por lo tanto, estas minorías poblacionales tendrán su lugar de manera indiscutible en la sociedad; al igual que las ideas del empoderamiento de la mujer, la cual es una idea cada vez más respetada y adoptada; los derechos de los animales; del medio ambiente; las libertades civiles las cuales incluirían los conceptos de uso de marihuana recreativa.

En números, observamos que, en las últimas elecciones presidenciales, los candidatos Gustavo Petro y Sergio Fajardo, quienes eran más afines con este tipo de propuestas, triunfaban en las redes sociales, claramente plagadas por Millenials que se dejaban seducir por sus coincidencias. Ideas demasiado liberales, las cuales habrán de combinarse con nuestro inmediatismo.

El político del futuro cercano deberá ser; un gran participe de las redes sociales; un político a la mano, para así colocarse a disposición inmediata del ciudadano; un político que conozca las grandes críticas que circulan en las redes y les haga frente, además, tendrá que representar esa figura “light” de Millennial, que respete los valores antes mencionados y les haga frente a los ideales tradicionales cada vez más desconfigurados.

Daniel Muñoz González

Soy estudiante de Derecho de décimo semestre de la Universidad de Medellín, me he destacado a lo largo de mi carrera por un excelente promedio académico. Entre otros estudios he realizado diplomados en Conciliación y actualmente estoy cursando uno sobre Derecho Procesal Administrativo, he realizado otros cursos en Derecho Procesal y en conflictividades. Actualmente también estoy cursando línea de énfasis en Derecho Público. Mis prácticas las he desarrollado en múltiples dependencias de la Procuraduría General de la Nación, en sus áreas de derechos humanos, administrativa y penal. Me gusta la filosofía y la historia, y eventualmente quisiera estudiar economía.