El banquete político

“Es hora, entonces, de elaborar un plato de buen gusto. Uno, donde el bien por las diferentes sociedades, sea el objetivo de los ingredientes que se agreguen al proyecto de gobierno.”


Pareciera que la población colombiana, “degusta” de un banquete algo abstracto y deforme. Es un banquete compuesto por fuerzas políticas, donde unos empujan a la izquierda, otros a la derecha y otros simplemente se quedan neutros, en el centro de la tensión. El banquete propone actualmente (por fuerza del primer mandatario) un tipo de híbrido que surge del progresismo, el socialismo, el comunismo y toda iniciativa de ese talante.

En efecto, el plato que resulta, no es el más rico para las papilas gustativas de quienes solo aprueban las políticas justas y convenientes para la comunidad en general. “Degustación que se hace cuando se debate en el congreso”; y eso, ya es un punto bastante positivo a favor de la democracia que tiene el país, misma que se encuentra en peligro de extinción.

Y es que, en Colombia, el manjar que presentan las reformas del alto mandatario son, a groso modo, de un sabor desabrido y simple en lo que se refiere al bien de la sociedad. Pero, ¿qué esperarse de un sazonador cuyos ingredientes provienen de los principios revolucionarios del ELN? Por supuesto, su sazón integra una mezcla de ideas contrarias a la democracia, maquilladas con un gran discurso de amor por la masa popular; pero ello es solo demagogia barata.

Por ahora, nótese el interés general del mandatario. En términos políticos, podemos considerar que el mismo se encuentra en campaña presidencial para las elecciones del 2026; de ahí, tanto discurso radicado en las reformas a la salud, a la pensión, o su común denominador discursivo: el medio ambiente. Esto último, como intento de posicionarse en el liderazgo internacional medioambiental, al respecto de los demás países del continente. Hoy por hoy, el primero en jefe de Colombia, solo ofrece un banquete de propuestas incoherentes a la democracia que procura nuestra constitución, y al sueño ciudadano de un estado justo y fuerte. Por lo tanto, el plato que presenta a la opinión popular, no es más que la muestra tangible de cómo no se debería gobernar a un país.

El banquete, por otra parte, sería totalmente diferente si desde la opinión popular se considerarán los aspectos del alma que propone Platón, al respecto de mandatarios y líderes de la polis. Y es que, el mencionado filósofo, sugiere que el hombre que gobierne el estado deberá ser un ser racional; uno que piensa con coherencia y que se integra por un sentir del bien común y la justicia social. No deberá ser uno que busca interés propio, y que defiende sus principios por encima del pueblo y la razón. Es por ello, que resulta ser fundamental, el papel de cada ciudadano a la hora de la elección, pues en análisis de la candidatura, por lo menos corresponde elegir entre el menos malo si es requerido el caso.

¿Colombia necesita cambios? Por supuesto que son necesarios, el cambio lleva al desarrollo social. El banquete debería, entonces, ser transformado en un plato que guste a los pequeños corregimientos del país, como también a las capitales del territorio colombiano y sus ciudades. Los manjares políticos deberían tener una explosión de sabores a justicia y a un futuro más asegurado y prometedor.

Pero nos gobierna el alma irascible al que se refirió Platón en su libro (la República), y es fácil encontrar en sus iniciativas, una intensidad por el cambio obligado, o algo así como convocar a una constituyente, o proponer marchas con tintes revolucionarios. Al parecer, no solo dirige sus impetuosos llamados de resistencia (tal M19 lo haría en su apogeo), a la primera línea actual, sino a todo joven que se encuentre desorientado y opacado por la ignorancia del tema político y social. Todo esto, a fin de corromper una inocencia que podría ser aclarada bajo la luz del buen sentido de la razón, sin coerción de ninguna de las corrientes que al inicio fueron mencionadas.

Es hora, entonces, de elaborar un plato de buen gusto. Uno, donde el bien por las diferentes sociedades, sea el objetivo de los ingredientes que se agreguen al proyecto de gobierno. Es hora de agregar al banquete, un plato que de vista, textura y sabor, consiga brindar a la opinión popular, la seguridad de que su manera de vivir, está en manos de un buen grupo de gobernantes que saben dirigir con un sentido fuerte de razón, y no con base a ideologías y principios de revolución progresista.

Es realmente triste, que en este punto de la historia, muy semejante a Venezuela y al aplauso de un grupo de individuos a su comandante y mandatario comunista actual, una parte de Colombia levanta la bandera tricolor, junto con la del M19, en escenarios tales como la plaza de Bolívar-Bogotá: marcha del 01 de mayo día del trabajo.

Marcha durante la cual, el primer mandatario eleva su discurso, al estilo de un líder que se vende para alcanzar el cargo al que aspira, y no al estilo de uno que ya está gobernando. Misma durante la cual, en mano propia, sujeta la bandera de la república que representa, anidada con la del grupo armado en mención; como si de una sola bandera se tratara.

Corresponde, pues, que la derecha se ubique en la brecha con mayor veracidad, y que, frente a las innumerables tentativas que hay, de cambiar la democracia por comunismo, sea más la perseverancia de quienes batallan por justicia.


Todas las columnas del autor en este enlace: Anders Felipe Arboleda Gonzalez

Anders Felipe Arboleda Gonzalez

Actualmente, soy estudiante de gestión administrativa en Instituto Tecnológico Metropolitano. He culminado una técnica profesional en administración. Me considero un apasionado por el saber; por lo cual, nace mi gusto por la lectura y la escritura.

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