Lo que está en juego

Este domingo tendrá lugar una de las contiendas electorales más trascendentales de las últimas décadas en Colombia. En ella, los colombianos definiremos entre dos rumbos muy diferentes para la nación, que conllevarían, por un lado a la continuidad de un modelo de gobierno que sumió en desesperanza a las mayorías de la población y por otro, a la ejecución de una propuesta de cambio que podría devolverle la dignidad, la posibilidad de construir una sociedad justa y en paz.

Los votantes de este 19 de junio no elegiremos entre dos formas de comunicar y tomar decisiones, ni entre dos maneras de concebir la función pública; aunque lo anterior estará implícito en la elección, lo que verdaderamente vamos a definir los colombianos será nuestro futuro y viabilidad como nación, que dependerá directamente de las acciones que se tomen desde la institucionalidad en materia de medio ambiente, economía sostenible,  producción alimentaria, construcción de paz territorial, lucha frontal contra la corrupción y especialmente, sobre la generación de aperturas democráticas que garanticen una Colombia más justa.

Sin duda, existe una diferencia irrefutable entre ambos candidatos, por su parte el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández, brilla en medio de contradicciones, desconocimiento de la institucionalidad, la ley y ausencia de propuestas que estén a la altura de los problemas de Colombia. Gustavo Petro, demostrando su talante de gran estadista, le ha propuesto a toda el país un programa de gobierno que responde a los retos y desafíos del siglo XXI, que garantiza la aplicación de la Constitución de 1991 y en el marco de ella, realiza las reformas y transformaciones que requiere Colombia para consolidar su democracia.

El candidato del movimiento Liga de Gobernantes Anticorrupción, ha hecho de la lucha anticorrupción su bandera de campaña, sin embargo, el estar imputado por un presunto caso de corrupción sucedido durante su alcaldía en la capital de Santander, lo sumerge en una profunda contradicción impresentable a los colombianos.

Y en esa línea, si de coherencia se trata, del lado de Gustavo Petro ha habido desde siempre una verdadera lucha en contra de la corrupción en todas sus manifestaciones. Este que es uno de los males que más aqueja a cualquier ciudadano de Colombia ha sido combatido con ahínco por parte del candidato del Pacto Histórico, y ese antecedente es garantía absoluta de que su gobierno será transparente y tendrá como única pretensión la satisfacción del interés general por encima del particular de enriquecimiento individual.

La mejor opción para gobernar a Colombia es la dupla conformada por Gustavo Petro y Francia Márquez. Por lado y lado, son personas que conocen los padecimientos del ciudadano de a pie, no porque los hayan conocido en cifras o en estudios sociológicos sino porque los han padecido en carne propia. Sus propias vidas son testimonio de amor por esta nación, en sus manos, los colombianos podemos estar tranquilos, que nuestros gobernantes tendrán lo que le ha faltado a buena parte de quienes han estado en el Solio de Bolívar desde la constitución de esta república, esto es luchar por Colombia y sus gentes más vulnerables.

Por esto, pensando en mis hijas y en toda la infancia de mi país que merece tener un futuro para vivir sus sueños. También pensando en los jóvenes que quieren recuperar la esperanza para no hacer planes de irse del país. Por ellos, por los campesinos, por los millones de empobrecidos, desplazados, víctimas, por el empresariado, la clase obrera y en general, por toda la nación: mi voto será por Gustavo Petro y Francia Márquez.

Walter Salas Quinto

Hijo dé Urabá, comprometido con la construcción de oportunidades para #VolverACreer

Abogado, Esp en derecho administrativo y estudiante de maestría en derecho Administrativo. Trabajé como agente del ministerio público, asesor del DNP Colombia y docente Universitario

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