La vida es un derecho, no una obligación

“Mientras vivamos, también ellos vivirán, pues son ahora parte de nosotros, cuando los recordamos.”   – Gabriel García Márquez

Hace unos días, salió a la luz la noticia de que Países Bajos aprobó el proyecto de ley que consiente el uso de la eutanasia en menores de 12 años. De este hecho, muchas personas de creencias mayormente religiosas se han manifestado en contra, ya que es algo que desde su perspectiva no debe hacerse, pues estas personas tienden a no tomar en cuenta las razones más lógicas por las cuales este es un gran avance.

Ahondando más en el caso de Holanda, esta aprobación se dio con el fin de habilitar la eutanasia en niños con enfermedades terminales, buscando evitar el sufrimiento insoportable e innecesario en los niños con esta condición.

Como exprese anteriormente, esta situación ha provocado muchas opiniones entre las personas, pues personas mayormente conservadoras se mantienen firmes en el rechazo a esta medida, expresando textualmente que “la eutanasia es un crimen”. Pero, viéndolo desde una perspectiva más racional y menos conservadora, sería un crimen por el contrario dejar que las personas, en este caso niños, sufran innecesariamente debido a sus enfermedades terminales cuando la medicina puede evitar esta situación tan inhumana, puesto que, desde un punto de vista objetivo, es bastante inhumano dejar sufrir a alguien cuando en lugar de esto se le puede dar una muerte digna.

La eutanasia es, en gran medida, una herramienta que sin duda hará de nuestra sociedad un poco más empática, pues con la aprobación de esta a lo largo del planeta se puede observar que, sin duda alguna, es el camino para humanizarnos más frente a las situaciones que viven las personas con enfermedades terminales, que están en todo su derecho de decidir si quieren tener esta “vida”, o hacer lo mejor que pueden hacer frente a su situación.

Vivir es un derecho, por ende, es muy contradictorio que, siendo un derecho, se le niegue la posibilidad de decidir sobre esto a personas que realmente necesitan tener esta segunda opción.

Alejandra Agudelo Cadavid

Mi nombre es Alejandra Agudelo Cadavid, tengo 20 años, vivo en Medellín y soy estudiante de mercadeo. Soy apasionada por la escritura desde muy pequeña, siempre ha sido mi mejor medio de expresión y siento que es una de las maneras más bonitas de contribuir a la comprensión entre seres. Me gusta mucho la ilustración y el diseño a pesar de que no lo practico.

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